Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

jueves, 11 de marzo de 2010

NEANDERTALES Y HOMO SAPIENS





En aquellos yacimientos europeos donde existen secuencias arqueológicas continuas se observa una sustitución brusca de la industria Musteninse (modo 3) por el Auriñacinse, la primera industria del Paleolítico Superior o Modo 4, técnicamente el Modo 4 se caracteriza por la preparación de núcleos alargados para la obtención de lascas finas y de bordes paralelos, y al menos dos veces más largas que anchas, estas hojas eran luego retocada y transformadas en una gran variedad de útiles, entre los que destacan los buriles (instrumentos biselados que se usaban para trabajar el hueso, el asta o el marfil) y los raspadores distales (hojas con un extremo retocado que se utilizaban para preparar pieles), esta técnica permite el máximo aprovechamiento de la materia prima, obteniendo de cada piedra más longitud de filos (sumados los de todos los útiles producidos a partir de ella) que con ningún otro método, el Modo 4 también se diferencia por la utilización del hueso, el marfil y el asta como materias primas para la confección de instrumentos y elementos de adorno personal. Asociado a la industria del Modo 4 aparecerá también el Arte en forma de figuras transportables de animales y personas, y de pinturas y grabados rupestres (aunque estas manifestaciones artísticas no acompañaran a las primeras industrias de Modo 4 sino que surgen algunos miles de años después). Sin embargo, en algunos yacimientos de la cornisa cantábrica y del oeste y centro de Francia hay, intercalados entre los últimos niveles Musterienses y los primeros Auriñacienses, niveles intermedios con una industria que tiene características comunes a ambos modos técnicos (el 3 y el 4), esta industria llamada Chatelperroniense es una evolución del Musteriense que incorpora elementos del Modo 4, como hojas alargadas y utensilios de hueso y marfil, y objetos ornamentales como dientes de animal perforados y anillos de marfil, también se evidencian ciertos óxidos de manganeso que serían restos de un pigmento negro, utilizado para decorar el cuerpo.

El Auriñacinese se extiende por Europa en poco tiempo, hace unos 40.000 años o poco más, ¿quienes eran los autores de los utensilios Chatelperronienses y Auriñacinses? Los fósiles humanos hallados hasta la fecha en contexto Musteriense (Modo 3) en Europa son siempre neardentales, y los hallados con industria del Modo 4 son siempre humanos modernos. En los dos únicos yacimientos en los que hay fósiles humanos con industria Chatelperroniense, los fósiles corresponden a neardentales, por otro lado, las fechas tan modernas del Chatelperroniense, posteriores al primer Auriñacinese, descartan una posible evolución de los neardentales hacia los humanos modernos en Europa occidental, suponiendo que estos últimos sean los autores de las primeras industrias europeas del Modo 4.

También las pinturas rupestres, las más espectaculares manifestaciones artísticas de la Prehistoria (y tal vez de toda la historia del arte), empiezan pronto: las figuras de animales descubiertas en la Cueva Chauvet (en Ardeche, Francia) se han datado por radiocarbono en unos 30.000 años y nadie osaría atribuirlas a los neardentales. Sin embargo es bien cierto que, por desgracia, no se dispone aún de fósiles humanos asociados a las primeras industrias el Auriñaciense en Europa. En los últimos neardentales no se aprecia ninguna evolución hacia los humanos modernos, son de hecho neardentales de lo más “clásicos”, por lo que un origen europeo de los humanos modernos por evolución a partir de los neardentales locales puede desecharse por completo, también desde la perspectiva paleoantropológica, la conclusión es que los humanos modernos en Europa somos unos inmigrantes que vinimos de fuera, el estudio de las proporciones corporales de los humanos modernos primeros en el registro europeo nos da una pista acerca de su procedencia, su biotipo longilineo corresponde a pobladores de regiones próximas al Ecuador, menos macizos, más altos y brazos y piernas más largos que los neardentales.

Es, por tanto, seguro que los últimos neardentales habitaban todavía en el sur de Europa cuando los humanos modernos ya pintaban rinocerontes, leones y bisontes en las paredes de la Cueva Chauvet, y 10.000 años más tarde de que los primeros humanos modernos se instalaran en la península Ibérica, no obstante, no debe pensarse que los humanos modernos avanzaron de este a oeste como una apisonadora que extinguía a todos los neandertales a su paso, durante miles de años unos y otros debieron de repartirse el mapa de Europa formando un mosaico de poblaciones entremezcladas, hace unos 40.000 años había ya humanos modernos en Cataluña y Cantabria, y miles de años después aún sobrevivían neardentales bien al norte de los Pirineos, es posible imaginar que las bolsas de población neardentales irían poco a poco reduciéndose hasta desaparecer la última de ellas. Esta larga coexistencia de neandertales y humanos modernos (popularmente conocidos como hombres de Cro-Magnon) en uno de los capítulos de la Prehistoria que más excitan la imaginación del publico, un episodio especialmente intrigante de esta coexistencia entre neandertales y humanos modernos es el origen de la tecnología Chatelperroniense y otras similares, ¿Habrían desarrollado los neandertales por su cuenta el uso del hueso, el asta y el marfil para fabricar instrumentos y adornos, así como la producción de finas y largas láminas de piedra?, ¿Lo hicieron en varios lugares de Europa independientemente?, ¿O lo copiaron de los humanos modernos, observándolos trabajar, o fijándose en los objetos abandonados?, ¿Tal vez alguno de los elementos encontrados, como colgantes de marfil, procedían de un intercambio entre unos y otros tipos humanos?, No tenemos todavía solución para estos enigmas.

Desde el punto de vista del paleontólogo los neandertales son una especie (Homo neardentalensis) diferente de la humanidad actual (Homo sapiens), eso quiere decir que los neandertales son el resultado de un largo proceso de evolución independiente de la nuestra a partir de un antepasado común, como resultado de esta evolución separada y divergente, neandertales y humanos modernos somos diferentes en un grado mucho mayor que las diversas poblaciones actuales entre sí. Para definir una especie nueva se suele invocar el criterio genético: los miembros de la nueva especie no pueden cruzarse con los de cualquier otra especie y tener descendientes fértiles, que pueden a su vez reproducirse con individuos de la población del padre o de la madre, o entre sí, es decir, la nueva especie tiene que estar aislada genéticamente de las demás, en el caso de los neandertales, ahora bien, el que hubiera poco intercambio de genes no quiere decir que fuera imposible, y ésta es la condición que impone el criterio genético de especie. Si hubo un cruce genético cuando se encontraron las dos especies, debió ser muy esporádico, pues no dejó huella en el ADN mitocondrial de los humanos actuales.

En paleontología tiene más sentido el concepto evolutivo de especie; una especie es un continuo de poblaciones que se suceden en el tiempo y siguen una trayectoria evolutiva propia, independiente de las demás y que se prolonga en el tiempo, lo que cuenta es que haya continuidad genética entre generaciones, y que el aislamiento se mantenga. De acuerdo con este criterio, los neandertales serían una “especie evolutiva”, algo parecido ha sucedido entre las dos especies de chimpancés, que están separadas por el río Zaire, los chimpancés comunes viven al norte y los chimpancés pigmeos o bonobos al sur, también las diferentes especies de gibones se han formado por separación geográfica. Sin embargo, de acuerdo con este criterio, la especie Homo Heidelbergensis, tal y como se entiende actualmente, no existiría, puesto que fósiles como los de la Sima de los Huesos (España) son los antepasados de los neandertales y, por tanto, pertenecen a la misma “especie evolutiva”, sólo son unos neardentales muy primitivos; reconociendo la validez de este razonamiento, dado que hay mucha diferencia morfológica entre prácticas, como normalmente se hace en paleontología.

Por otro lado, si no fuera porque los neandertales eran humanos, nadie discutiría que merecen una especie propia, sin embargo, a muchos investigadores se les hace difícil aceptar que unos seres humanos que enterraban a sus muertos y utilizaban el fuego fueran de otra especie, más aún, los neardentales europeos llegaron a fabricar unos instrumentos similares a los de los humanos modernos (el Chatelperronienese), por último, vemos que la industria de los primeros humanos modernos (en el Oriente Próximo) era la misma que la propia de los neandertales (el Musteriense). Ahora bien, todas esas coincidencias sólo significan que los neandertales eran inteligentes, que nosotros seamos la única especie humana inteligente que existe en el momento presente no quiere decir que haya tenido que ser siempre así, también somos ahora la única especie bípeda de primate, y ya hemos visto que en el pasado ha habido varias especies de homínidos bípedos al mismo tiempo, los neandertales eran otra especie humana inteligente, entre otras razones, porque los antepasado comunes de neandertales y de humanos modernos (Homo antecesor) también eran inteligentes, nada se oponía a que las diferentes especies humanas inteligentes intercambiaran información, produjeron al mismo tipo de utensilios y compartieron la tecnología del fuego, dos especies inteligentes pueden intercambiar información sin intercambiar genes.

Por otro lado, la asociación que preconizan algunos investigadores de cambios tecnológicos con cambios biológicos implicaría cuatro ocupaciones diferentes y sucesivas de Europa: primero llegarían los fabricantes del Modo 1 (representados por los fósiles de la Gran Dolina, en España), luego los del Modo 2 (Homo heidelbergensis), después los del Modo 3 (los antepasados de los neandertales) y por último los del Modo 4 (la humanidad moderna), en cambio, si la difusión cultural entre poblaciones o especies humanas ha sido más frecuente que la sustitución entre ellas, así Europa sólo habría sido poblada dos veces: primero por el Homo antecesor hace unos 800.000 años, y por nuestros antepasados hace alrededor de 45.000 años. Hay investigadores que creen percibir una diferencia sustancial, un abismo, entre las mentes de los neandertales y las de los humanos modernos, de este modo, nuestra superior capacidad cognitiva se manifestaría entre otros aspectos en que sólo nosotros seríamos capaces de elaborar conceptos estéticos y simbólicos, ya hemos visto que hay discusión sobre sí los neandertales enterraban o no a sus muertos con ceremonia.

El canibalismo prehistórico ha resultado ser muy útil para la moderna biología molecular, al rascar un hueso para quitarle toda su carne, se elimina también los microorganismos cuyo ADN contaminaría la muestra. Hoy sabemos que el gen MC1R, encontrado en restos neandertales indica que al menos algunos ejemplares pudieron ser pelirrojos, de piel clara y, posiblemente pecosos, sin embargo, no se trata del mismo gen que presentan los pelirrojos actuales, lo que sugiere que los humanos modernos y los neandertales desarrollaron este rasgo independientemente, quizá bajo presiones similares en latitudes septentrionales, donde es escasa la luz solar, lo que puede favorecer una piel mas clara, capaz de absorber más luz para fabricar Vitamina D. Sin embargo, los ojos azules aparecieron por primera vez a causa de una mutación genética hace entre 6.000 y 10.000 años, al menos 18.000 años después de la extinción de los últimos neandertales.

Al igual que les ocurre a algunos humanos modernos, entre los neandertales también había individuos incapaces de percibir el gusto amargo de los alimentos, lo que constituye un misterio evolutivo, ya que en muchos casos este sabor nos alerta de que el alimento que estamos a punto de digerir es tóxico, el gen responsable es el TAS2R38, que codifica una proteína que se encuentra en la membrana de las células gustativas (en las papilas gustativas). Es la interacción de la proteína con la célula amarga la que envía señales al cerebro sobre el gusto de lo que se está comiendo. El gen TAS2R38 -que codifica la percepción de la amargura en el ser humano actual-se ha encontrado en un neandertal del yacimiento de El Sidrón, en Asturias.

También parece que los neandertales comparten con los humanos modernos una versión de un gen llamado FOXP2, relacionado con el habla y la capacidad para el lenguaje, que incide no sólo en el cerebro sino también en los nervios que controlan la musculatura facial. Las pruebas genéticas parecen confirmar que los neandertales fueron una especie separada de la nuestra, pero al mismo tiempo sugieren que quizá tuvieron un lenguaje humano y que llegaron a ocupar con éxito una franja de Eurasia mucho mayor de lo que se creía hasta ahora. Por otro lado, es cierto que la explosión del arte se produjo en el Paleolítico Superior o ahora bien, si los antepasados de los neandertales no tenían arte, tampoco los nuestros de la misma época, las grandes manifestaciones artísticas, como las pinturas y los grabados sobre paredes o en placas de piedras, y las esculturas de animales y de personas, no se encuentran en los primeros momentos del Paleolítico Superior, hace entre 50.000 y 75.000 años, sino sólo desde hace poco más de 30.000 años, es posible que los neandertales no llegaran a producir arte simplemente porque se extinguieron antes de que este se generalizara, sin embargo los neandertales llevaban hace 34.000 años objetos de adorno semejantes a los de los humanos modernos contemporáneos suyos, indicando así su sentido de la estética. Pero, si los humanos modernos no evolucionaron en Europa a partir de los neandertales ¿de donde procedían?

Hace 110.000 años hubo en Europa una Eva neandertal que dio origen a las poblaciones posteriores de esta especie, hasta su desaparición, hace unos 25.000 años. Esta antepasada común, más joven que la Eva de nuestra especie, a la que se le calculan unos 150.000 años, pudo ser una superviviente de la última máxima glaciación que dejó diezmadas las poblaciones neandertales en toda Europa, hasta el punto de que su número no superaba los 7.000 individuos. Estas son algunas de las conclusiones del trabajo de un equipo europeo de investigadores, en el que se ha secuenciado el ADN mitocondrial de cinco individuos de neandertales, los resultados no contradicen lo que indica el registro fósil, pero sí confirma la escasa diversidad genética de aquella especie, que fue mucho menor que la del ser humano moderno e incluso que la de los europeos actuales o los chimpancés. Una prueba de esa poca variabilidad está en la enorme distancia que separa a restos de neandertales clásicos muy similares: dos fósiles de Feldhofer (Alemania), uno de Vindija (Croacia), uno de Mezmaiskaya (Rusia) y el de El Sidrón (España). Curiosamente, el genoma mitocondrial del alemán y del croata, separados por 1.000 kilómetros, son casi idénticos: Significa que eran muy pocos, como máximo unos 7.000 neandertales. Ahora sería imposible encontrar al azar dos europeos con un cromosoma tan parecido. Los paleontólogos creen que estos últimos neandertales sufrieron un cuello de botella demográfico hace unos 110.000 años, o antes, aunque aseguran que nunca llegaron a ser numerosos. Hace unos 130.000 años hubo una glaciación máxima y gran parte de sus poblaciones se extinguieron, los que quedaron, entre ellos esta Eva virtual, de la que sólo sabemos que tuvo hijas, se expandieron por el continente. Hubo extinciones locales, sobre todo en el norte del continente, y sobrevivieron los que se refugiaron del frío en el sur

Aunque los neandertales son el resultado de una evolución que se desarrolló sólo en Europa, en algún momento salieron de este continente y se expandieron por Asia Central y Oriente próximo, tal como lo prueban los fósiles en Uzbekistán (últimos hallazgos los sitúan incluso en Siberia), Irak, Siria e Israel. Pero en Israel se han encontrado también fósiles de humanos modernos, hay que precisar que estos humanos modernos no son exactamente iguales a nosotros, sino más bien como podría esperarse que fueran unos antepasados nuestros muy antiguos: algunos presentan, por ejemplo, toros supraorbitarios marcados junto con rasgos exclusivos de nuestra especie, como el mentón de la mandíbula o un cráneo cerebral alto y esférico. Tanto los neandertales como los humanos modernos mencionados comparten una misma clase de tecnología lítica, el Musteriense, dentro de la gran categoría del Modo 3 o Paleolítico Medio.

Se podría pensar que los neandertales estaban en Oriente Próximo primero y los humanos modernos llegaron después y los reemplazaron, como vimos que sucedió en Europa, incluso cabría la posibilidad de que los humanos modernos evolucionaran a partir de los neandertales en Oriente Próximo y pasaran luego a Europa para reemplazar a los neandertales de allí. Todas los datos apuntan a que los antepasados de los humanos modernos ocupan la región primero, como una extensión de la población africana, luego habrían sido reemplazados por los neandertales, éstos habrían invadido el levante en un momento de frío intenso en Europa, en el que se habría producido un desplazamiento de las poblaciones del centro de Europa hacía el Mediterráneo. Finalmente, hace entre 45.000 y 50.000 años aparecen las primeras industrias del Modo 4 (o Paleolítico Superior) en Oriente Próximo, y cabe suponer que sus autores fueran los humanos modernos que, procedentes de África, habrían sustituido a los neandertales, extendiéndose a continuación por el resto del mundo y reemplazando o cuantas poblaciones humanas de otros tipos encontraran camino

Otra cuestión es ¿Alcanzaban los neandertales la madurez sexual a una edad más temprana que los humanos modernos? Del estudio de imágenes a alta resolución de los dientes que revela una compleja serie tridimensional de líneas de crecimiento diarias, y que junto a las líneas de stres, registran los momentos decisivos de la historia de los individuos, parece desprenderse que así es, esto pudo tener consecuencias para su desarrollo cerebral, lo cual podría contribuir a explicar por qué desaparecieron. Una pubertad más temprana tuvo que afectar a la organización social de los neandertales, su estrategia de apareamiento y a su comportamiento parental, una sociedad donde los individuos empiezan a reproducirse cuatro a los antes que los humanos modernos, sería una sociedad muy diferente.

Los primeros humanos modernos salieron de África con un planteamiento de caza y recolección económicamente eficiente que les aseguraba una dieta más diversificada, mientras los hombres cazaban animales grandes, las mujeres y los niños atrapaban animales pequeños y recolectaban vegetales. Los neandertales no disfrutaron de las ventajas de una división del trabajo tan clara, desde el sur de Israel hasta el norte de Alemania, el registro arqueológico muestra que los neandertales vivían casi exclusivamente de la caza de mamíferos de tamaño mediano y grande, caballos, venados, bisontes y uros, seguramente también consumían vegetales, e incluso moluscos y crustáceos (conejo, tortuga, mejillones, delfín y foca, en los restos de los últimos neandertales de Gibraltar), pero este tipo de alimentos eran sólo accesorios en su dieta.

La implacable demanda de calorías, sobre todo en latitudes altas y durante los interludios de clima frío, obligó a las mujeres y a los niños neandertales a participar en la caza, a juzgar por las numerosas fracturas cicatrizadas que pueden verse en las extremidades superiores y en los cráneos de los neandertales. La unidad social neandertal debía ser mas o menos del tamaño de una familia extensa, sin embargo en los yacimientos más antiguos de los modernos humanos ya vemos signos de grupos más grandes, los grupos grandes inevitablemente requieren más interrelaciones sociales, lo que estimula la actividad cerebral durante la infancia y la adolescencia, conlleva una complejidad creciente del lenguaje, indirectamente, incrementa la esperanza de vida de los miembros del grupo. La longevidad, a su vez, aumenta la transmisión de conocimientos entre generaciones, la transmisión de habilidades prácticas de supervivencia y de técnicas de fabricación de útiles de una generación a las siguientes, y entre un grupo y otro.

Del mismo modo que nuestros antepasados llegaron hasta el Finisterre europeo reemplazando a la especie local, los humanos modernos también se expandieron hasta el extremo oriental de Eurasia y más allá, llegaron a Australia hace más de 40.000 años, no se sabe con exactitud cuanto más porque hay ciertas dudas acerca de las dataciones de los yacimientos arqueológicos más antiguos, pero muchos autores creen que los primeros humanos pusieron pie en Australia hace más de 50.000 años, un hecho interesante es que en los yacimientos australianos se encuentran utensilios del Modo 3, pero no del Modo 4, un dato que apoya la hipótesis de que el poblamiento de Australia podría haberse producido antes que el de Europa, tal vez los antepasados de los aborígenes australianos salieran de África sin pasar por Palestina (donde estarían en ese momento los neandertales), sino cruzando el mar Rojo por el estrecho de Bab el Mandeb, habrían tenido que navegar, pero con toda seguridad lo hicieron para alcanzar Australia, que siempre fue una isla (a diferencia de Java).

Algunos de los cráneos fósiles australianos son muy robustos, con toros supraorbitales incluso y fuentes inclinadas, hay autores que creen que estos rasgos indican que los aborígenes australianos actuales llevan genes de los últimos Homo erectus indonesios que los humanos modernos encontraron en su camino y con los que se habrían mezclado, sin embargo, entre los fósiles más antiguos de Australia algunos son de tipo grácil, otros robustos, se piensa que los fósiles robustos y los graciles tienen procedencias distintas (con mayor o menor participación del Homo erectus); otros investigadores de los orígenes de los australianos, creen que ambos tipos forman parte de la variabilidad normal de una misma población.

Lo más probable es que los aborígenes australianos no tengan nada que ver con las poblaciones que habitaban Asia Oriental antes de la expansión de la humanidad moderna, a quienes en realidad recuerdan los fósiles australianos robustos no es a los de Homo erectus, sino a algunos de los primeros humanos modernos de Israel y Europa. Esta expansión asiática de los humanos modernos tuvo, como en Europa, consecuencias fatales para las poblaciones autóctonas, en el extremo más oriental del mundo poblado por los humanos, en la isla de Java, vivían los últimos Homo erectus, descendientes de las poblaciones representadas por los fósiles javaneses del Pleistoceno Inferior y Medio, de estos Homo erectus finales tenemos una magnífica colección de calvarios encontradas en las terrazas del río Solo en Nyandong. Tradicionalmente se ha pensado, a partir de la fauna y la geología de la región, que los fósiles humanos de Ngadong pertenecían al Pleistoceno superior (menos de 127.000 años de antigüedad), los Homo erectus de Nyandong serían, por tanto, contemporáneos de los neandertales y de los humanos modernos, de ser cierta esta cronología, habrían coexistido tres especies humanas diferentes hasta hace muy poco tiempo.

Ya hemos visto que los primeros humanos que, aunque con algunos rasgos arcaicos, eran básicamente como nosotros, se encontraban en Oriente Próximo hace entre 9.000 y 120.000 años, en Sudáfrica se conoce un yacimiento de más o menos la misma antigüedad que ha proporcionado restos bastante fragmentarios, pero que pertenecen a humanos modernos, también en Etiopía se consideran algunos aproximadamente de la misma edad, aunque con menos seguridad en las dataciones. En torno a hace 1 millón de años, hay un gran vacío de fósiles en África, en el que bien podría situarse una población del mismo tipo que la representada por los humanos de la Gran Dolina (Homo antecesor), mientras que en los siguientes cientos de miles de años la población europea de Homo antecesor evolucionó hacia los neandertales, la población africana evolucionaría hacia nuestra propia especie.

De ser esto así, nuestros orígenes remotos hay que buscarlos entre los fósiles africanos (de hace entre 600.000 y 250.000 años) que algunos autores incluyen, erróneamente, en la especie denominada Homo heidelbergensis (que en realidad es exclusiva de Europa), estos fósiles serían el conjunto que le correspondería el nombre de Homo rhodesiensis. Algunos fósiles del continente asiático son similares, en principio estas poblaciones procedían de África y habrían reemplazado en el continente asiático a los Homo erectus, tal vez cruzándose con ellos, de todas formas necesitamos conocer mejor estos fósiles y sus cronologías para entender bien lo que sucedió en Asia.

Tanto los datos de la genética como de la paleoantropología muestran que nuestra especie es muy homogénea en sus características desde sus primeros representantes, lo que indica que procedemos de una población muy reducida que pertenecía a su vez a una especie más amplia y variada, hay una serie de fósiles humanos en África, de hace menos de 300.000 y más de 10.000 años que pueden calificarse ya de premodernos, de alguna población africana de esta época venimos nosotros, estos fósiles tienen, los que las conservan, caras gráciles y parecidas a las muestras, grandes volúmenes cerebrales (por encima de 135 cm) y neurocráneos que han perdido la robustez y muestran formas redondeadas (con, por ejemplo, occipitales menos angulados que en formas precedentes), sin embargo, todavía no se ha operado en ellos la transformación radical que convirtió, seguramente en un único lugar y tiempo, un neurocráneo más bien bajo y de frente aplanada en uno globoso, enrollado sobre sí mismo, casi esférico, de bóveda alta y frente vertical: el nuestro.

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