Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

jueves, 18 de marzo de 2010

El cromosoma Y






Los estudios de los polimorfismos en el gen beta-hemoglobina, en el gen CD4, y en una región del ADN en el cromosoma 21, demuestran también que las poblaciones africanas son mucho más diversas que las que viven fuera de África, pero el problema de usar marcadores como éstos, que se encuentran el los veintidós cromosomas que componen la mayor parte de nuestro genoma, es que la información tiende a mezclarse con el tiempo.

El caso del cromosoma Y es un poco más complicado, en los machos mamíferos el cromosoma Y sólo aparece junto al cromosoma X en regiones cortas de ambos extremos, lo que sirve para alinear correctamente los cromosomas sexuales durante la división celular, el resto del cromosoma Y, conocido como la parte no recombinante de Y, no guarda ninguna relación con el cromosoma X. por tanto, no tiene un cromosoma pareado con el cual recombinarse y por eso no se recombina, siempre pasa sin mezclarse de una generación a otra, exactamente igual que el genoma mitocóndrico. A diferencia del ADNmt, que es una molécula compuesta de aproximadamente 16 mil unidades de nucleótidos, la del Y es enorme, tiene alrededor de 50 millones de nucleótidos, el panorama de posibles polimorfismos es simplemente mucho más amplio en Y, además, debido a la ausencia de recombinación, podemos inferir el orden en el que las mutaciones ocurrieron en el cromosoma Y, igual que en el ADNmt, hay consecuencias evolutivas negativas en la ausencia de recombinación, lo cual es parte de la razón de los pocos genes funcionales de estos tipos de ADN, así en el caso de ADNmt son únicamente treinta y siete, cuando la media por cromosoma son unos 1.500, en el caso del cromosoma Y sólo se han identificado veintiuno, que crean un macho en un embrión no diferenciado, en general el ADN que forma el Y carece de función discernible, se le llama “ADN chatarra”, lo que significa que se transmite de una generación a otra sin conferir ninguna utilidad, sin embargo esta “chatarra biológica” es oro en polvo para la genética de poblaciones.

La primera pregunta obvia que debemos hacernos es ¿la gran cantidad de polimorfismos del cromosoma Y indica un origen africano del hombre moderno?, la respuesta es inequívocamente sí, exactamente la misma respuesta que el ADNmt nos había dado en el caso de las mujeres, la sorpresa surgió cuando se calculó la fecha del antepasado común más antiguo: Este hombre, de quien habrían de proceder los cromosomas Y de todos los hombres vivos en la actualidad, vivió hace 59 mil años, ¡ más de 80 mil años después del cálculo de Eva! Esto significa que podemos ubicar a todos los seres humanos modernos en África desde los 200 mil años y que ninguno vivía fuera de este continente hasta hace 60 mil años.

Una de las cosas más interesantes que resultan del análisis del cromosoma Y es la pauta de diversidad en África, algunas poblaciones conservan huellas de linajes muy antiguos, estos grupos se localizan actualmente en Etiopía, Sudán, y en parte del sur y del este de África, las poblaciones en cuestión abarcan el Valle del Rift, donde gente como los San (antes llamados bosquimanos) tienen una señal muy marcada de la diversidad que caracteriza a las poblaciones más antiguas, también hablan uno de los idiomas más extraños del planeta, notable por el uso de chasquidos o “clics” como partes integrantes de las palabras, ningún otro idioma los usa, salvo poblaciones Hadza y Sandawe de Tanzania.

En conclusión la imagen que emerge de “Adán” es la de una persona de piel oscura (aunque tal vez no tanto como muchos africanos actuales), razonablemente alta y delgada, tal vez con pliegue epicantrico (esta característica pudo haber surgido dos veces en diferentes partes del mundo, incluso aparece “de novo” en los casos de Síndrome de Down, de modo que es relativamente fácil su seguimiento).El ADNmt y el cromosoma Y nos dan la mismas fechas de nuestros primeros linajes genéticos no africanos, la mayoría de los genetistas están de acuerdo en que los seres humanos empezaron a salir de África hace 60 mil años, es posible que hubiese incursiones esporádicas en el Medio oriente antes de esa fecha, como indican los restos humanos de 100 mil años de antigüedad en el actual Israel. Pero el Levante de hace 100-165 mil años era una extensión del noreste de África y tal vez formaba parte del alcance original de las primeras poblaciones de nuestra especie.

El mundo empezó a enfriarse hace unos 70 mil años, cuando la última Edad del Hielo se aceleró, tal vez éste fue el catalizador que favoreció la inteligencia y las estructuras sociales complejas a medida que el clima se deterioraba, los bosques se estaban reduciendo en el este de África y eran sustituidos por sabanas y estepas con su proliferación de ungulados, los hombres seguían a estos animales que cazaban al tiempo que desarrollaban métodos para fabricar herramientas y destrezas sociales cada vez más complejas, la distribución de los desequilibrios del ADNmt indica que lo lograron con bastante éxito y las poblaciones continuaron expandiéndose.

El ADNmt, por sus peculiaridades, es el único que nos habla de las mutaciones y cambios habidos en nuestra especie, es decir: si ha habido un aumento de la población y cuándo, si ha habido un descenso, si una población se ha mezclado con otra, etc. Los genetistas estaban alucinados al ver nuestro ADNmt, pues era demasiado homogéneo para la edad de nuestra especie, según pasa el tiempo, la diversidad genética aumenta, y en nosotros no ha aumentado mucho, somos muy parecidos unos a otros (aunque parezca que no). Los genetistas averiguaron que en la historia de la humanidad hubo un momento (hace entre 80.000 y 70.000 años) en que la población descendió de forma alarmante, solo sobrevivieron unos pocos miles, pero no se sabía por qué, fueron los antropólogos quienes relacionaron la explosión del Toba con la casi desaparición de nuestra especie.

El Toba fue un supervolcán que se encontraba en Sumatra y hace 74.000 años su caldera explotó de la forma más violenta que se ha registrado (está calificada con las siglas VEI8, el punto máximo de la escala de erupciones volcánicas), esta caldera tenía aproximadamente la superficie que tienen ahora el lago que dejó en su lugar, unos 10 Km. De largo y 60 Km. De ancho, el Toba emitió una gran cantidad de partículas a la atmósfera, pero al mismo tiempo destruyó todo lo que había a su alrededor. Aunque sucedió hace mucho tiempo, esta explosión ha sido muy estudiada para conocer este fenómeno tan inusual y, sobre todo, para ver qué podría pasar en un futuro “próximo” con otra caldera de las mismas características existente en la actualidad (la caldera que se4 encuentra bajo el parque Yellowstone, en Estados Unidos, y que ocupa toda la superficie del parque, tiene un periodo de formación-explosión de 600.000 años, y resulta que ya ha rebasado esta edad).

Se recogieron muestras de los sedimentos acumulados en los fondos marinos, los llamados núcleos oceánicos, y así ver todos los acontecimientos climáticos sucedidos en aquellas fechas, su análisis reveló que la caldera del Toba expulsó 3.500 kilómetros cúbicos de materiales, es decir, 10.000 veces más que el Monte Santa Elena en 1.980. Varios centímetros de ceniza se acumularon por todo el planeta, uno de estos núcleos oceánicos, a 2.500 km. Del toba, refleja la acumulación de 35 cm. De ceniza en el lecho marino. También se supo que fue una erupción muy rica en azufre, así que se liberarían grandes cantidades de aerosoles de ácido sulfúrico y otros gases a la atmósfera, esto supuso una variación climática en la Tierra durante varios años. Tras la superexplosión del Toba la temperatura global del planeta descendió 5ºC, eso supuso para Europa que sus veranos sufrieran un descenso de 15ºC. (la erupción en 1.991 del monte Pinatubo, supuso que descendiera la temperatura media del planeta 0,5ºC).

La competencia y las dificultades de tierra adentro, donde los accesos a los acuíferos y a las presas fáciles variaban de día en día, indujo a varias poblaciones a vivir en la costa y casi seguro empezaron a emigrar de África a lo largo de la ruta costera entre el actual Djibouti y el actual Yemen, en camino directo que condujo desde el Valle del Rift a las playas de Asia en cuanto las condiciones climáticas crearon una salida en esa dirección .El estilo de vida de estas poblaciones costeras era relativamente sedentario, los datos genéticos y arqueológicos así lo confirman, los recursos explotados en Eritrea se parecían mucho a los de la costa de Arabia, del oeste de la India, y del sureste de Asia e incluso Australia, la línea arenosa que circunda los continentes permitía que las migraciones fueran relativamente más fáciles, no había montañas ni fluctuaciones térmicas grandes, ni variaciones en el tipo de recursos, en general la ruta costera es más fácil que la interior, sólo hay un par de secciones de mar abierto, no sabemos cómo, pero el hecho es que lograron cruzarlas.

Lo bueno de los datos genéticos es que nos presentan una progresión clara, paso a paso, desde África hasta Eurasia, se utilizan como marcadores a los descendientes de antiguos episodios de mutaciones, siguiendo el orden en que ocurrieron estas mutaciones, y calculando la fecha y los detalles demográficos, entendemos los detalles del viaje. La primera prueba proviene de un individuo que sufrió una mutación importante y fortuita en el cromosoma Y, entre hace 31 mil y 79 mil años, a quien se le ha dado el nombre de M168, cuando estudiamos la distribución del árbol mitocondrico observamos un patrón similar, todas las ramas mitocóndricas no africanas descienden de una rama específica que se inició hace aproximadamente 50 o 60 mil años, hecho que indica que pudo coincidir con M168, a esta mujer se le dio el nombre de L3, y sus hijas acompañaron a los hijos de M168 a poblar el mundo, es probable que M168 y L3 hayan vivido en el noreste de África, en la región donde se encuentran Etiopía y Sudán.

Es intrigante que tanto en la rama mitocondrica como en la del cromosoma Y haya otra división, inmediatamente después de M168 y L3, que separa la estructura de las ramas euroasiáticas en grupos distintos: dos en el caso del ADNmt, y tres en el caso de Y (el marcador YAP se encuentra sobre todo en África, y, fuera de ella se divide en dos linajes que indican las mismas rutas migratorias que los otros dos grupos Y). El 60% de los linajes no africanos de ADNmt forman un grupo mitocondrico que recibe el nombre de M, la distribución de M es indicativa de una migración temprana desde África que recorriendo la costa sur de Asia llegó hasta Australia, M está prácticamente ausente en Oriente Medio y Europa, pero se presenta el 20% en los tipos mitocondricos de la India y cerca del 100% de los de Australia, se calcula su edad en 50-60 mil años. ¿El linaje mitocondrico M tiene un equivalente masculino?, la respuesta es M130, los descendientes de M130 son prácticamente desconocidos al oeste del mar Caspio, son el 5% en la India, el 10% en Malasia, el 15% en Nueva guinea y el 60% de los aborígenes australianos, se observa una proporción caprichosamente alta de M130 en Mongolia y este de Siberia, fruto de una migración posterior.

Así, tanto el cromosoma Y como el ADNmt presentan una imagen clara del salto costero desde África al sueste asiático y a Australia, tomando las fechas genéticas como guía, los humanos modernos podrían haber realizado ese viaje aproximadamente en la misma época de los vestigios arqueológicos más antiguos que apuntan a la ocupación humana de Australia (utensilios del Paleolítico Superior y restos humanos modernos) hace 60 mil años, donde se encontraron con canguros carnívoros de hasta tres metros de alto, nuestros métodos de caza acabaron con ellos. Los restos más antiguos en Nueva Guinea son de hace 40 mil años, y, en el caso del continente, en Lang Ronquien (Tailandia) se fechan en hace unos 37 mil años, la falta de secuencia anterior hasta Australia se debe a que la línea de la costa ha retrocedido y ahora se encuentra sumergida.

En el periodo entre hace 80 mil y 50 mil años los restos de hombres modernos desaparecen de modo abrupto del Oriente próximo, en algunos casos fueros sustituidos por Neandertales, eso nos da una idea de lo que ocurría en Levante en esos tiempos, el clima se enfrió desde hace 80 mil años, es probable que la temperatura global promedio haya descendido alrededor de 10ºC, con graves repercusiones en la distribución de animales y plantas, las primeras poblaciones humanas modernas en estos lugares, o murieron o regresaron a África. Luego, hace unos 45 mil años vuelven a aparecer en el levante, pero ahora hay una diferencia crucial: los utensilios y herramientas pertenecen al Paleolítico superior, esta nueva tecnología, y su cultura más compleja, como ponen de manifiesto las migraciones de temporada y la especialización en determinadas presas de caza, así como comportamientos más cooperativos, les confirieron ventajas nuevas, las pautas genéticas revelan las rutas que siguieron.

La zona subsahariana, más al sur de la sexta catarata del Nilo, es un lugar aislado por una franja de dos mil kilómetros de arena y calor, sin embargo no siempre ha sido así, en toda la región se han encontrado restos del Paleolítico Medio, entre hace 80 y 100 mil años , con la aceleración de la última Edad del hielo hace 80 mil años, los humanos desaparecieron del Sahara, es decir el Sahara se comporta como una especie de “bomba de homínidos”, en los periodos húmedos habría albergado poblaciones humanas y, a medida que las condiciones se hacían más secas, forzaba las migraciones. El descenso de temperaturas y empeoramiento del clima hace 50 mil años empujó a grupos humanos del Paleolítico Superior a emigrar hacia oriente Medio. Sea como fuere que estos hombres del paleolítico Superior llegaron al Levante, el deterioro climático de hace 45 mil años los atrajo allí, el Sahara pasó su época más seca entre hace 40 y 20 mil años.

Los microorganismos que llevamos a cuestas confirman lo que se ha ido estableciendo sobre las migraciones humanas, los genes de helicobacter pylori, la bacteria endémica en el hombre que causa las úlceras gástricas, señalan que el microbio dejó África hace unos 55.000 años, al tiempo que los humanos; una misma línea aparece en las poblaciones de Asia oriental y en las de América del Sur, confirma el origen asiático de los amerindios.

Igual que el marcador M130 no se encuentra en África, lo que indica que este marcador “costero” surgió de M168 en ruta hacia Australia, los cromosomas Y con el marcador nuevo M89 no se hallan en el sudeste de Asia ni en Australia, pero aparecen con frecuencia alta en el noroeste de África y en el levante, es decir M89 surgió poco después que M130 en una población que se quedó en África después de que los emigrantes costeros partieran hacia oriente, fueron estos, sin cromosoma con M130, los primeros modernos colonizadores de oriente medio, este marcador data de hace 40 o 50 mil años y hace coincidir las pautas genéticas y arqueológicas del Medio Oriente.

La franja continua de estepas que se extienden a través de Eurasia proporcionó un medio fácil de dispersión, hace 40 mil años apareció otro marcador del linaje de M89, y sus portadores, “clan asiático”, fueron los que en los siguientes 30 mil años se expandieron hasta los confines de la Tierra. Los montes Zagros en el occidente de la meseta de Irán, son una barrera permeable, con numerosos valles y pasos bajos que facilitan el desplazamiento, en los que las manadas emigran a los pastos altos en verano y descienden a las planicies en invierno, pero el Hindu Kush, los Himalaya y el Tian Shan, entre los 5 y 8 mil metros de altura, y saliendo de una Edad de Hielo, fueron un obstáculo diferente, fue debido a estas montañas que los emigrantes eurasiáticos se dividieron.

Los grupos que se dirigieron hacia el Sur sufrieron una mutación en su cromosoma Y denominada M20, no se encuentra en frecuencias apreciables fuera de la India, quizá ente 1 y 2% en algunas poblaciones de oriente medio, pero en el subcontinente, alrededor del 50% de los cromosomas Y del sur de la India tienen este marcador. Los antepasados del “clan indio” M20 que llegaron al sur de la India hace 30 mil años tal vez se encontraron con los anteriores emigrantes costeros en forma del halogrupo M, mientras que el cromosoma Y muestra sobre todo indicios de emigrantes posteriores venidos del norte (M20), es como si los del norte hubieran tomado esposas costeras y los varones costeros hubieran sido ahuyentados, el resultado seria linajes M de ADNmt generalizados y disminución del cromosoma Y costero, que es lo que se observa en la actualidad, éste es de menos del 5% y disminuye a medida que nos movemos hacia el norte del subcontinente indio.

Otros grupos poblaron el norte del Hindu Kush, aproximadamente hace 35 mil años (5 mil antes que apareciera M20) ocurrió otra mutación en el linaje euroasiático, es M45, que se encuentra sólo en las poblaciones del Asia Central y en sus descendientes, M45 aparece sólo de modo esporádico en oriente medio y en Asia oriental, y con frecuencias más altas en la India donde parece haber llegado mucho después, como lo demuestran mutaciones adicionales. La distribución limitada de este “clan asiático central” indica que la población en la que surgió quedó aislada de los otros grupos, si había emigrado hacia el Este ¿por qué este grupo no pudo mantener el contacto por la ruta inversa?, hace unos 40 mil años es probable que las estepas y desiertos de Irán y Asia Central pasaran por periodos de humedad semejantes a la actual o incluso mejores, pero una vez que la Edad de Hielo llegó al límite hubo un descenso significado de la precipitación, el agua se congeló en las capas de hielo del lejano Norte, esto ocurrió entre hace 40 mil y 20 mil años y dio como resultado un desierto que a las poblaciones del continente asiático en Occidental, del Sur (India), y del Norte, los de la India y levante tenían el beneficio del mar, sin embargo los del Norte quedaron atrapados al norte del Hindu Kush, y debieron adaptarse a un estilo de vida cada vez más duro de las estepas asiáticas, hubieron de desarrollar técnicas de caza nuevas, utensilios nuevos, como agujas de hueso y ropas de pieles, también los refugios portátiles y puntas pequeñas de piedra sujetas a maderas, con esos recursos las estepas frías se convirtieron en un almacén de carne y en una “autopista” directa a los extremos del continente.

Algunos miembros del clan euroasiático M89 avanzaron por el norte y el este guiados por el Tian Shan, atravesando la “brecha de Dzungaria” usada miles de años después por Gengis Khan en dirección contraria, y llegaron al territorio e la actual China, lo sabemos porque dejaron descendientes de otro marcador del cromosoma Y que casi se limita por completo al este de Asia y esta ausente en el occidente de Asia y en Europa, hace 35 mil años apareció M175, en la actualidad éste se encuentra con mayor frecuencia (30%) en la población coreana, y coincide con la aparición del Paleolítico Superior en Corea y Japón. Si bien el este asiático fue ocupado por el H. erectus, sus restos desaparecen hace 100 mil años, todos los asiáticos orientales actuales tienen a M168 en su cromosoma Y, y el ADNmt del este de Asia nos da la misma respuesta, todas estas poblaciones provienen de África.

La madeja se complica al comprobarse que el linaje costero M130 se encuentra con frecuencia del 50% en Mongolia y es común en todo el noreste de Asia, es probable que los primeros emigrantes costeros se internaran poco a poco en el territorio continental, desplazándose al norte a lo largo de milenios, los cromosomas M130 del sur son más antiguos que los M175 del norte, que probablemente llegó hace 35 mil años procedente del clan euroasiático a través de las estepas del sur de Siberia, los miembros del viejo clan costero tal vez se encontraban ya allí desde hace 50 mil años. Incluso observando polimorfismos ajenos al cromosoma Y se observa distinción entre chinos del Norte y del Sur, incluso miembros de un grupo étnico como los Han muestran estar mas estrechamente relacionados con sus vecinos geográficos que con sus vecinos étnicos: Han del norte con otros pueblos del norte, y han del sur con otros grup0s del sur.

El principio del Paleolítico superior en Europa (herramientas, arte parietal y mueble) anuncia la llegada de los hombres modernos a este continente hace unos 35 mil años (cuando M20 llega a la India y M175 al sur de Siberia). El linaje de M89 que habría caracterizado a las primeras poblaciones del Medio oriente hace unos 45 mil años, no es muy común en Europa, el punto más lógico para entrar en Europa es el paso del Bósforo, debemos preguntarnos por que tardaron 10 mil años en atravesarlo los hombres modernos. Resulta que el marcador M173 es el que se encuentra en frecuencias mas elevadas en toda Europa, las frecuencias más altas se encuentran en el extremo occidental, Península Ibérica e Irlanda, donde M173 se encuentra en el 90% de los hombres, es decir la mayoría de los europeos occidentales comparte un antepasado varón, con el consiguiente margen de error la fecha probable del origen de M173 es hace unos 30 mil años.

Aunque el interludio Chatelperroniense neandertal de hace alrededor de 38 mil años representó un breve experimento de modernidad, fue hace 35 mil años cuando observamos la inexorable marcha del hombre moderno y sus utensilios a través del continente europeo desplazando genética y arqueológicamente a los neandertales, hace 30 mil años éstos quedaron reducidos a algunas zonas aisladas, y hace 25 mil años se extinguieron por completo. El hombre moderno tenía a su favor una estructura social más compleja, formando grupos de cazadores inteligentes y sociales, con sus herramientas perfeccionadas los hombres modernos eran más eficientes en la caza que los neandertales.

En los restos de neandertales se encuentras claros indicios de un estilo de vida duro y físicamente difícil, muchos sufrieron numerosas lesiones, este estilo de vida exigente en el aspecto físico es lo que hacía que vivieran relativamente poco tiempo, sólo unos cuantos llegaban a los cincuenta años, la mayoría moría en torno a los treinta. Los neandertales siempre tuvieron una estructura social muy dispersa, con pequeños grupos distintos y separados, cada unos con sus propias variantes locales en la fabricación de utensilios. La naturaleza dispersa y nuclear de la población neandertal representó una adaptación a las condiciones inclementes de Europa durante la última Edad del Hielo, les permitió hacer uso de recursos en un territorio amplio e incrementó sus posibilidades de encontrar alimento, también probablemente condujo a su posterior desaparición. Se ha calculado que una reducción en la tasa de fertilidad, o un aumento de la mortalidad, de 1% habría provocado la extinción de los neandertales en menos de mil años. Este grado de cambio es completamente congruente con los datos de la llegada de los primeros europeos modernos del Paleolítico Superior, las pruebas de ADN con respecto a la expansión de la población que se inició hace aproximadamente 30 mil años y la desaparición de los neandertales al mismo tiempo.

El comportamiento del hombre moderno puede haber sido determinante en darle ventaja sobre los neandertales, quizá empezó con la transformación de técnicas de caza en redes sociales complejas, y esto, junto a su estilo de vida menos exigente en el aspecto físico, les pudo conferir una ventaja de longevidad sobre los neandertales, muchos individuos modernos del Paleolítico Superior vivían mas de cincuenta años, mucho después de superar la edad reproductiva, y esto nos da otra pista con respecto a por qué fueron sustituidos los neandertales, la dependencia de la enseñanza y el aprendizaje, en lugar del instinto, es una de las cosas que distingue a los hombres modernos, tener abuelos cerca permitió un índice de fecundidad mayor, porque cuidan a los niños, esto permite reproducción más frecuente, quizá esa pequeña ventaja, la crianza por las abuelas, desempeñó una función decisiva en la expansión de los hombres modernos .

Estos europeos nuevos eran mucho más gráciles, y considerablemente más altos, aunque la estatura típica de los neandertales era 1,65 m., los hombres modernos a menudo medían 1,80m., y tenían extremidades largas, la implicación es que llegaron a Europa desde un lugar más templado, sin embargo los linajes pertenecientes al clan del Oriente Medio, que esperaríamos encontrar si hubieran seguido la ruta directa hacia Europa vía Oriente Medio rara vez se encuentran en Europa. M173, el marcador de 30 mil años de edad, tiene la ventaja de estar presente en frecuencias muy altas en la mayoría de las poblaciones europeas aisladas (celtas, vascos,..), otros linajes E importantes que están presentes en Europa son más jóvenes que M173, es éste claramente quien define al clan europeo, el camino genético hacia M173 surge de M45, lo que convierte a los europeos en un subconjunto del clan asiático central.

Las estepas de hace 30-40 mil años se extendían a través de una vasta faja del territorio continental euroasiático hasta la actual Alemania y tal vez llegaran a la actual Francia, sabemos que hace 30 mil años el reno era común en la Francia de esa época, el clima había abierto una ventana hacia Europa que permitió entrar a los cazadores de las estepas de Asia Central, estas estepas sirvieron como aprendizaje, en cierto sentido, porque los prepararon para la vida en los ambientes más inhóspitos del planeta, las cuevas del occidente europeo debieron parecerles relativamente benignas después de los vientos de las praderas congeladas. Esto puede explicar por qué los primeros inmigrantes del Medio Oriente no llegaron a dominar Europa, aunque las montañas balcánicas habrían constituido una barrera, es evidente que algunos inmigrantes de oriente medio lograron pasar, podemos especular que la baja frecuencia de sus linajes oculta una población que no estaba bien preparada para el clima de Europa Occidental.

De todos los homínidos que han existido los únicos que han podido vivir en el terrible Ártico son los hombres modernos, las condiciones son demasiado extremas para permitir errores, la selección natural favoreció a aquellos intelectualmente capaces de sobrevivir en este gélido laboratorio evolutivo. Esta es la razón por la que encontramos vestigios de ocupación humana en el Ártico asiático sólo después de hace 20 mil años, si los hombres modernos llegaron al sur de Siberia (como demuestra la huella arqueológica y genética) hace 40 mil años, necesitaron otros 20 mil años para desarrollar adaptaciones culturales requeridas para vivir en las severas condiciones árticas, también es posible que hasta es fecha no se desarrollaran presiones demográficas que alentaran esa emigración.

Los pueblos que vivían en Siberia en esta época crearon una cultura de fabricación de herramientas que difería de las poblaciones de mas al sur y al oeste, lo que concuerda con su estilo de vida altamente adaptado, en especial, eran expertos en la fabricación de microlitos, puntas pequeñas de armas, que golpeadas por ambos lados , tienen una forma simétrica de “hoja”, tipos semejantes de puntas de piedra también se han encontrado en los yacimientos americanos más antiguos, lo que indica una continuidad directa en la cultura entre Siberia y las América. Varios rasgos antropológicos, el más famoso de los cuales es el patrón dental conocido como sinodoncia (soldadura de dos dientes por la capa de dentina), se encuentran en el noreste de Asia y en las Ameritas. Casi todos los datos arqueológicos confiables apuntan a un asentamiento en América en torno a hace 15 mil años, sin embargo, hay un pequeño problema con este marco: en esa época, la Edad del Hielo habría llegado a su punto más intenso, y si los primeros americanos llegaron de Siberia, como indica el material arqueológico y antropológico, debieron de cruzar por los lugares más inhóspitos de la tierra precisamente cuando las temperaturas estaban en su punto más bajo.

Durante el último periodo glacial, hace entre 35.000 y 15.000 años, en Japón y las islas Ryuku había pueblos adaptados a la navegación por aguas frías, esos intrépidos viajeros podrían haberse trasladado costeando hacia el norte, pasando por las islas Buriles, hasta Beringia y Alaska, habrían seguido una especie de “autopista de algas”, alimentándose de peces, mamíferos marinos y aves que habitan en los ricos ecosistemas presentes en los bosques de algas marinas, el que éstos abunden en zonas adyacentes a algunos sitios arqueológicos costeros del continente americano respalda esta idea. Algunos de los restos humanos más antiguos del continente americano presentan una morfología distinta a la de los actuales indígenas americanos, podría indicar descendencia de estos australianos colonizadores en una primera ola que terminaron extinguiéndose.

Usando el ADNmt se demostró que los aborígenes americanos podían dividirse por lo menos en dos oleadas de migración, la más antigua produjo asentamientos tanto en América del Norte como del sur, mientras que la segunda migración dejó huellas genéticas sólo en Norteamérica, los cálculos respecto a las fechas en que tuvieron lugar ambas migraciones varían enormemente. En cuanto al cromosoma Y, se encontró que un solo cambio en los nucleótidos de este cromosoma, luego llamado M3, era común en todo el continente americano, más del 90% de los nativos sudamericanos y centroamericanos tienen M3, y alrededor del 50% de los nativos estadounidenses tienen este linaje, es evidente que es el principal fundador del cromosoma Y amerindio, y, por tanto define al clan americano. El único problema es que M3 no se encuentra en Asia.

El antepasado de M3 está definido por un marcador llamado 92R7 presente en poblaciones de toda Euroasia, con una distribución desde Europa hasta la India, en combinación con otros cambios en los nucleótidos se identificó a Siberia como la población origen de los nativos americanos, lo que vino a confirmar los resultados del ADNmt. Posteriormente se demostró que M47 marca el mismo linaje de Y que 92R7 y los resultados cobraron sentido: era el marcador asiático central, el mismo que había dado origen a M173 en Europa. Parece que el clan asiático central logró llegar también al Nuevo mundo, un análisis del linaje M45 definió otro marcador, conocido como M242, que es el descendiente de M45, parece que surgió en Asia Central ó en el sur de Siberia hace unos 20 mil años, y se distribuyó a través de Asia, desde el sur de la India hasta China y Siberia, así como en todo el continente americano, la frecuencia más alta se encuentra en Siberia, podría denominarse marcador siberiano, y es inmediatamente anterior a M3, definiendo el orden M45 -> M242-> M3 que detalla la migración desde Asia Central hasta América en los últimos 20 mil años.

El panorama que parece emerger del análisis genético de los amerindios es una migración realizada por el clan siberiano del sur al este de Siberia en los últimos 20 mil años, este desplazamiento inicial estableció una población en el extremo nordeste de Asia, estos moradores de la Tundra, bien adaptados, se fueron dispersando de forma gradual hacia el este. Mientras la Edad del Hielo avanzaba a su periodo de temperaturas más bajas, y la humedad quedaba atrapada en las capas de hielo, los niveles del mar descendieron más de cien metros, esto habría creado un puente en Beringia, entre Siberia y Alaska, de tierra libre de hielo, que antes estaba sumergida en el mar de Bering, el clan siberiano logró ir y venir por esta conexión y vivir así, una doble existencia asiática y americana. Sin embargo estos primeros americanos hubieron de superar otro obstáculo, es casi seguro que la capa continua de hielo que cubría la mayor parte de Canadá y el este de Alaska les habría impedido desplazarse hacia el sur, hasta que la Edad del Hielo empezó a ceder, hace 15 mil años, no pudieron llegar a las planicies americanas a través de un “corredor libre de hielo” a lo largo del borde oriental de las montañas Rocallosas. Aproximadamente en esa época, los osos pardos hicieron su primera aparición en Norteamérica, viajando desde Siberia, lo que demuestra que el hombre no fue la única especie a la que el hielo retuvo. De esta manera, la edad genética, así como consideraciones climatológicas que relacionan grado de glaciación y niveles del mar, proporcionan una explicación razonable a la ausencia de restos arqueológicos en las Américas antes de este tiempo, las piedras y los huesos concuerdan con el ADN.

Es evidente que la diversidad genética presente en las Américas representa una diminuta fracción de la que se observa en Euroasia que a su vez es un subconjunto de la que se encuentra en nuestros antepasados africanos, de los que llegaron a Alaska, sólo unos cuantos dejaron descendientes, después de que escaparon a los rigores de la vida en un congelador las planicies americanas deben de haberles parecido la tierra prometida. El resultado fue un pronunciado crecimiento de la población, en sólo mil años, más o menos, recorrieron todo el continente y llegaron hasta la punta de América de Sur, tres cuartas partes de los grandes mamíferos de América se extinguieron en aquella época, entre ellos los mamuts y los caballos, los cambios climáticos de finales de la última era glaciar desempeñaron una función decisiva, ero los hombres contribuyeron a aniquilar las especies de esos terrenos de caza fabulosos.

¿Cuántas oleadas de migración hubo hacia el Nuevo mundo? Los lingüistas nos proporcionan una pista, los idiomas que se hablan en las Américas (más de 600) pueden agruparse por “familias”: Además de la familia amerindia, que incluye todos los idiomas hablados en Sudamérica y la mayoría de los que se hablan en Norteamérica, los lingüistas reconocen otras dos familias de idiomas, la esquimal-aleutiana y la na-dene, las lenguas esquimal-aleutianas sólo se hablan en Groenlandia y en la región norte de Canadá, así como en Alaska y Siberia Oriental, mientras que los idiomas na-dene se hablan en el occidente de Canadá y el suroeste de Estados Unidos.

Cada familia se originó con una sola migración de Asia hacia el Nuevo Mundo, los hablantes de cada una propagaron los idiomas a su paso por América y produjeron las distribuciones que se observan en la actualidad. Estudios genéticos han proporcionado sustento a esta teoría, lo que indica que hubo por lo menos dos oleadas de migración que se originaron en diferentes partes de Asia. La familia amerindia fue introducida por la migración más antigua en América porque es la más extendida y la única que se habla en Sudamérica, los hablantes de estas lenguas tanto en Norteamérica como en Sudamérica comparten frecuencias elevadas de M242 y M3 que los marcan como miembros del clan siberiano, también los datos de ADNmt sustentan un primer asentamiento. Parece probable que los cazadores de Bering hayan hablado un idioma que fue el antepasado de las modernas lenguas amerindias, y que 12 mil años de divergencia han producido la extraordinaria variedad lingüística que observamos en la actualidad.

La familia de lenguas na-dene es la siguiente más generalizada, y traída por una segunda oleada de inmigrantes, de manera interesante observamos una señal genética de esta segunda migración, se presenta en forma del viejo marcador costero M130, en las poblaciones na-dene el 25% de los hombres tienen este marcador, que se encuentra en frecuencias muy inferiores en sus vecinos de lenguas amerindias (M130 no se encuentra en Sudamérica), las fechas genéticas indican que este marcador emigró a América en los últimos 10 mil años, desde el norte de China o el sureste de Siberia, para entonces el mar ya había vuelto a cubrir el puente terrestre de Bering, de modo que estos emigrantes llegaron navegando a lo largo de la costa. Esto se sustenta en la distribución de las lenguas na-dene, limitada a la porción occidental de Norteamérica hasta California, es la continuación de la migración costera que empezó en África hace 50 mil años y avanzó por la costa de Arabia y de la India hasta el sureste de Asia y Australia antes de dirigirse hacia el Ártico y América.

En cuanto a las lenguas esquimal-aleutianas no parece haber una firma genética distintiva de este grupo, es probable que surgieran como un subconjunto del clan siberiano portador de M242 que adoptó un estilo de vida costero, estos grupos migraron al este, hacia Groenlandia, usando kayaks para pescar morsas y focas, pero sus linajes genéticos los unen con sus antepasados de Siberia los cazadores de mamuts habitantes de la tundra hace 20 mil años.

Hace 10 mil años, todos los continentes de la Tierra (excepto la Antártida) ya habían sido colonizados por el hombre moderno, en sólo 40 mil años nuestra especie viajó desde el este de África a la Tierra del Fuego, desafiando desiertos, montañas y páramos congelados, el ingenio de estos hombres les resultó muy útil durante la travesía y se adaptaron exquisitamente bien a la vida en condiciones que distaban mucho de las de su tierra original africana. Entonces algo trascendental ocurrió, algo que transformaría para siempre la forma en que los seres humanos interaccionan con el mundo, podría llamarse la segunda “gran explosión” de la evolución humana moderna, y marcó el inicio de otro viaje de los hombres, éste ya en el dominio de la Historia documentada, se trata de la “Revolución Neolítica”.

Los marcadores neolíticos del Oriente Medio se encuentran en una minoría de los europeos modernos, de hecho, los resultados del cromosoma Y concuerdan con los datos del ADNmt, lo que indica que el 80% de la reserva de genes europeos desciende de otras oleadas de emigración, sobre todo durante el Paleolítico, en los europeos occidentales, este componente paleolítico está definido en gran parte por M173, que une a Europa con Asia Central. Sólo el 20% de los cromosomas Y europeos, definidos por marcadores más recientes (10 mil años), en particular uno conocido como M172, desciende de inmigrantes del Neolítico provenientes de oriente medio. Las pruebas arqueológicas indican que la población europea del paleolítico estaba confinada en la península Ibérica, el sur de la Italiana y los Balcanes, durante el período de glaciación más extenso hace alrededor de 16 mil años, y que las poblaciones humanas se expandieron después hacia el norte durante el periodo postglacial.

Parece que las poblaciones del sur de Europa experimentaron un mayor influjo de agricultores del Neolítico provenientes del medio oriente, que eran portadores de linajes como M172, que los europeos del norte. Un posible panorama es la agricultura que se propagó primero alrededor del Mediterráneo ya que los inmigrantes neolíticos preferían este clima igual que el del Levante. Tiempo después, los nativos europeos del Paleolítico adoptaron la agricultura y la introdujeron en el interior del continente, difundiendo paulatinamente la cultura del Neolítico, pero sólo un pequeño porcentaje de los genes, a su paso.

La pauta de asentamiento e intensa explotación de algunas especies vegetales, que caracterizó al Creciente Fértil, se replicó en China, los emplazamientos del norte de China, como los de Bampo y Zhangzhai en la provincia de Shanxi, muestran indicios antiguos de cultivo del mijo, alrededor del 7 mil a.C. El mijo fue domesticado en las proximidades del río Amarillo y de ahí se difundió al resto de la región del norte de China. Los restos de Penghoushan, en el río Yangtze en China central, indican que el arroz se cultivaba ahí, independientemente, más o menos en la misma época. La agricultura no tardó en difundirse en China, y el arroz predominó en el sur, donde las condiciones de humedad favorecieron el cultivo del grano, el cultivo del arroz se propagó por el Yangtze y ya se había generalizado en el sur de China hacia el 5 mil a.C., tal vez ayudado por una segunda domesticación independiente a lo largo de la costa sur.

En general, los vestigios arqueológicos indican que la agricultura del arroz se propagó desde su origen en la región centro-sur de China a las islas del sureste de Asia en el espacio de aproximadamente 3 mil años, periodo semejante al que tardó la expansión agrícola en Europa, sin embargo, a diferencia de Europa, hay una señal genética muy fuerte de esta expansión que indica que fue la gente, y no solo la cultura, la que se desplazó. Más de la mitad de toda la población masculina de China tiene cromosomas Y definidos por un marcador que muestra evidencia de una expansión masiva en los últimos 10 mil años, M122, que apareció en una población M175, ahora está extendido en todo el este de Asia, difícilmente se encuentra al oeste de las grandes cadenas montañosas de Asia central y no se presenta en absoluto en Oriente medio o en Europa.

Los datos genéticos muestran que el desarrollo de la agricultura del arroz del este de Asia creó una “oleada de avance”, sin embargo, mientras que la oleada que dejaba el Creciente Fértil para llegar a Europa se disipó en buena medida después de inundar el Mediterráneo , la que salió de China saturaría la totalidad del este de Asia. Una expansión poblacional se originó en China en los últimos 10 mil años exactamente análoga a los datos arqueológicos sobre la difusión de la cultura del arroz, juntos M122 y el haplotipo chino relacionado (también descendiente de M175), definido por el marcador M199, representan casi la mitad de los cromosomas Y del sureste de Asia. En Europa. Por otro lado, los inmigrantes neolíticos representan sólo el 20 % de la diversidad actual del cromosoma Y, en comparación con Europa, la oleada de avance en el este de Asia fue como un tsunami.

Por último, un marcador conocido como M17 está presente en una alta frecuencia (40% o más) desde la República Checa, a través de los montes del Altai en Siberia, hasta el sur de toda Asia central, los métodos de datación absoluta indican que este marcador tiene algo más de 10 mil años de antigüedad y la diversidad de microsatélites es mayor en el sur de Rusia y Ucrania, lo que indica que ahí surgió, M17 es descendiente de M173, lo cual concuerda con un origen europeo, el origen, la distribución y la edad de M17 constituyen un fuerte indicio de que fue esparcido por las estepas euroasiáticas. M17 se encuentra en la India en alta frecuencia en los grupos que hablan lenguas indoeuropeas, en Delhi, en la población de habla hindi, alrededor del 35% de los hombres tienen este marcador, los grupos hablantes de lenguas indoeuropeas del sur de la India, también muestran frecuencias semejantes, mientras que los vecinos hablantes de lenguas dravídicas exhiben frecuencias mucho menores.

M17 está presente sólo entre un 5% y un 10% en los hombres de Oriente Medio, esto es válido incluso en la población de Irán, hablante de farsi, una de las principales lenguas indoeuropeas, quienes viven en la parte occidental del país tienen frecuencias bajas de M17, mientras que los que viven en el oriente poseen frecuencias más parecidas a las que se observan en la India, lo que hay entre estas dos regiones es un tramo inhóspito de desierto, el resultado indica que los grandes desiertos iranios constituyeron una barrera para el desplazamiento en la misma medida que lo habían sido para las migraciones en el Paleolítico. Los resultados del cromosoma Y de Irán y de Oriente Medio también indican que los primeros agricultores del Creciente Fértil cuando incursionaron hacia el este hasta el valle del Indo no hablaban idiomas de la familia indoeuropea, el marcador M172, asociado a la propagación de la agricultura, se encuentra en todo el territorio de la India, lo que concuerda con una introducción temprana desde el Oriente Medio, pero la frecuencia es comparable entre hablantes de lenguas indoeuropeas y dravídicas, lo que indica que la introducción de esta gentes de la agricultura antecedió a los idiomas indoeuropeos. La baja frecuencia de M17 en el occidente de Irán indica que unos cuantos invasores indoeuropeos lograron imponer su idioma a la población autóctona por medio de un proceso de “dominio de las élites” , en este modelo, algo, sea una potencia militar, un poder económico, o quizá una cierta capacidad de organización, permitió a los indoeuropeos de las estepas lograr la hegemonía cultural sobre las antiguas civilizaciones ya establecidas en el occidente de Irán, uno de los candidatos a este “algo” fue el uso de los caballos en la guerra, ya sea para tirar de los carros o como montura, la caballería y los carros tirados por caballos, ambos invenciones de las estepas, habrían dado a los indoeuropeos nómadas de aquella época una ventaja sobre sus adversarios

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