Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

martes, 11 de julio de 2017

HISTORIA DE LA TIERRA (y XV)



Laurasia

Laurasia es el nombre dado a una antigua masa de tierra del hemisferio norte surgida hacia el final del Jurásico de la desintegración del supercontinente Pangea, separándose de Gondwana por la apertura del mar de Tetis hace entre 200 y 180 millones de años. Laurasia se dividió posteriormente en Eurasia y América del Norte.

Gondwana

Gondwana es el nombre que se le da a un antiguo bloque continental que resultó de la porción meridional de Pangea, cuando se extendió el mar de Tetis hacia el oeste. De Gondwana surgieron Sudamérica, África, Australia, el Indostán, la isla de Madagascar y la Antártida, se cree que a lo largo del Cretácico. El nombre deriva de una región central de la India: el Gond. A esta región se le llamó gondvana, en sánscrito bosque de Gond.
En el Pérmico (hace más de 250 millones de años) todas las masas continentales estaban reunidas en un único supercontinente, al que llamamos ahora Pangea. Hace unos 200 millones de años ésta se había partido en dos supercontinentes: Laurasia, al norte y Gondwana, al sur. Los separaba entonces el Océano Tetis, que se extendía desde el sur de Asia, por la actual cuenca del Mediterráneo, hasta la actual América, separada en dos por sus aguas, pues Norteamérica estaba unida a Europa y Sudamérica a África. Anteriormente el continente de Gondwana se fue subdividiendo en grandes bloques separados por fracturas de la litosfera continental. Esos fragmentos, continentes o subcontinentes, se dispersaron en un proceso que aún continúa, complementado ahora con una convergencia general de los continentes del norte (laurásicos) contra los del sur (gondwánicos). De este modo, Gondwana habría empujado contra los continentes boreales el geosinclinal mediterráneo, plegando los alpes euroasiáticos y provocando en ellos grandes corrimientos hacia el norte. A la vez, Norteamérica y Sudamérica confluyeron dando lugar al levantamiento del istmo de Panamá.
África, que constituía el núcleo central de Gondwana, sigue fragmentándose. En un pasado relativamente reciente se separó de Arabia, que sigue alejándose hacia el noroeste al ir ensanchándose el rift del mar Rojo. Ahora, aunque muy lentamente, se está desgajando otro fragmento del continente africano, al este del llamado Gran Valle del Rift, que es una enorme fractura que parte en la desembocadura del río Zambeze y va hasta el mar Rojo, jalonada por los lagos Malawi, Tanganica, Victoria y Rodolfo. También se desplaza muy lentamente hacia el Mediterráneo y acabará incrustándose contra los países del sur de Europa.
Es importante biogeográficamente, pues explica la distribución geográfica de muchos grupos taxonómicos, que surgieron allí, y se diseminaron luego algunos a los continentes septentrionales derivados de Laurasia; o que, nacidos en Laurasia, han irrumpido luego en los continentes meridionales, como en el caso de los mamíferos placentarios que pasaron a Sudamérica y sirvió de protección a algunas especies como las placerias y koolasuchus, o la distribución actual de la flora antártica.


miércoles, 5 de julio de 2017

HISTORIA DE LA TIERRA (XIV)



Panthalassa

Panthalassa (del griego para "todos los mares") fue el enorme océano global que rodeaba al supercontinente Pangea durante el final del periodo Paleozoico y el principio del periodo Mesozoico. Pangea fue el supercontinente del que se desprendieron luego los continentes actuales, en el contexto de la teoría de la deriva continental. La ruptura de Pangea creó las cuencas del océano Atlántico y del océano Ártico y provocó el cierre de la cuenca de Tetis, creándose la cuenca del océano Índico. La palabra se deriva del griego cuyo significado es “todos los mares” es el nombre que se ha convenido en dar al enorme océano que rodeo Pangea al final del Paleozoico y principios del Mesozoico hace aproximadamente entre 300 millones de años, cuando se formó Pangea y 200 millones de años, cuando el supercontinente comenzó a separase en otros menores con la consiguiente formación de nuevos mares.
Durante los periodos mencionados ocurrieron acontecimientos relevantes, como la denominada explosión del Cámbrico ( se refiere a explosión de vida, marina por supuesto) con su correspondiente extinción masiva, proliferación de invertebrados durante el Ordovícico, aparición de las primeras plantas terrestres en el Silúrico y de reptiles e insectos durante el carbonífero; el Paleozoico termina en el periodo Pérmico con la formación de Pangea y la extinción masiva del 95% de la especies existentes.
Antes de esto transcurrió el periodo Precámbrico, a pesar de su larga duración (desde hace 4.600 hasta 540 millones de años) no se tienen apenas evidencias fósiles de vida, probablemente porque la mayoría de las formas tuvieron cuerpos blandos que no podían fosilizar o porque quedaran atrapadas en rocas primigenias que posteriormente sufrieron erosión o metamorfizacion y los posibles restos quedaron destruidos. En cualquier caso, la Panthalassa del Precámbrico fue el caldo primigenio donde se originó la vida, esto, claro esta, si obviamos la teoría creacionista y la hipótesis de la Panspermia, que propone un origen extraterrestre de la vida. Los estudios científicos mas aceptados sostienen la formación de vida en un tiempo en que la atmosfera de nuestro era reductora (pobre en oxigeno ) y cálida y la composición de los mares muy diferente a la actual, otros, sin embargo proponen que era necesaria la congelación y el impacto de meteoros. En resumen, a parte de algunos hechos probados (creación de aminoácidos en condiciones prebióticas, experimento de Urey-Miller en 1953), no existe un único modelo y no se tiene muy claro como apareció la vida en la Tierra, pero se presume que el océano, fuera cual fuera su composición jugó un importante papel, no en vano las primeras muestras fósiles eran de animales y plantas marinas.
Son, así mismo, evidentes las implicaciones simbólicas de los océanos actuales en los tiempos de la humanidad, desde remotas antigüedades existieron deidades marinas como Poseidón en la mitología griega o Dagón, dios marino de los filisteos con atribuciones agrícolas actualmente demonizado, así como numerosas ninfas y espíritus guardianes de las aguas en el caso de los pueblos célticos y del norte de Europa.
Algunos alquimistas de la edad media describen el agua de mar formada por toneladas de metales preciosos, hecho que no siendo verdad, tampoco es una mentira, pues existen en una proporción ínfima cantidades de oro y plata así como de otros metales.

El análisis químico de las aguas marinas revela que los elementos mas abundantes son el cloro, el sodio, el magnesio, el azufre, el calcio, el potasio, el bromo, el estroncio, el boro y el flúor, además del oxigeno y el hidrogeno que aparecen combinados en forma de agua. El cloro y el sodio en forma de sal común, el magnesio como cloruro, bromuro y sulfato, el calcio como carbonato, etc. En general estos elementos están combinados en forma de diversas sales. Existen también en cantidades menores numerosos metales como hierro, cobre, estaño, plomo, oro, plata y elementos no metálicos como la sílice, el yodo o el flúor, éstos, por su minima concentración se denominan oligoelementos y, como todos los demás, son imprescindibles para el mantenimiento de la vida. También se encuentran disueltos gases raros como el argón, el kriptón, el xenón o el helio. En fin, si analizáramos concienzudamente el agua de mar veríamos que esta compuesta de casi todos los elementos conocidos, incluidos minerales radiactivos como el radio. No obstante estos minerales no aparecen en forma pura, sino combinados como sales en la mayoría de los casos (cloruros, bromuros, fosfatos, carbonatos, etc.) o en forma de agua en el caso del oxigeno y el hidrogeno. Esta distribución de los materiales entraña cierto misterio, a saber, que las creaciones complejas comienzan con multiplicaciones y variaciones de lo simple, así existe un numero reducido de elementos que dan lugar a infinidad de compuestos de los que todo deriva y se me antoja semejante a la reflexión de Lao Tse en la que dice que un gran viaje comienza con un pequeño paso y un castillo con la colocación de un simple ladrillo. Entonces presento una modesta colección de los “ladrillos” del mar, de la superficie terrestre, de la vida…a modo de compuestos y elementos, aunque no están todos hay representación de bastantes de ellos. El criterio seguido para decidir cuales elegía es enteramente personal y heterogéneo, algunos han sido seleccionados por su abundancia en la composición del mar, otros por la facilidad para conseguirlos, otros por simpatía y todos en general por su importancia en el desarrollo de la sociedad a múltiples niveles y por ser, de alguna manera, imprescindibles en los océanos.