Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

viernes, 5 de febrero de 2010

PRESENTACION

Veterinario/a es la persona que se halla legalmente autorizada para profesar y ejercer la Veterinaria. Está claro que ejercer es practicar los actos propios de un oficio, facultad, etc… Diferente es el caso de profesar, puesto que aquí nos encontramos con diversas acepciones de un mismo concepto: Por una parte profesar es ejercer una ciencia, arte u oficio, pero también es creer o confesar, incluso profesar es el obligarse en una orden religiosa a cumplir los votos propios de su instituto, por último profesar es sentir algún afecto, inclinación o interés y perseverar voluntariamente en ellos. Dos conceptos se derivan de profesar, por un lado profesión, acción y efecto de profesar, y también empleo, facultad u oficio que una persona tiene y ejerce con derecho a retribución, por otro lado profesional, o persona que ejerce una profesión.

Veterinaria es la ciencia y arte de precaver y curar las enfermedades de los animales, esto es, de los seres orgánicos que viven, sienten y se mueven por su propio impulso. Arte es la virtud, disposición y habilidad para hacer una cosa, también es el acto o facultad mediante los cuales, valiéndose de la materia, de la imagen o del sonido, el hombre imita o expresa lo material o lo inmaterial, y crea copiando o fantaseando, es arte, así mismo, el conjunto de reglas y preceptos necesarios para hacer bien una cosa, por último debemos señalar que arte es cautela, maña o astucia.

Ciencia es el conocimiento cierto de las cosas por sus principios o sus causas, es el cuerpo de doctrina metódicamente formado y ordenado, que constituye una rama particular del saber humano, por eso se asocia a la ciencia con el saber y la erudición. La palabra ciencia procede del latín scire (saber, conocimiento), cuando se habla hoy de ciencia no se entiende cualquier clase de saber, se trata de un saber cierto que aspira a formular mediante lenguajes rigurosos las leyes por medio de las cuales se rigen los fenómenos físicos. Estas leyes se caracterizan por:

a) Su capacidad de describir series de fenómenos.

b) Ser comprobables por medio de la observación de los hechos y de la experimentación.

c) Predecir acontecimientos futuros deducibles de esas leyes.

La ciencia se ha convertido de esta manera en un sistema riguroso y cerrado de saberes basado en hechos comprobables por la observación y la experimentación. Este concepto de ciencia, originado en el Renacimiento y elaborado posteriormente hasta nuestros días, choca con la idea de la ciencia-sabiduría de la antigüedad clásica greco-latina. Nuestra ciencia es nieta de la magia e hija de la alquimia.

Los alquimistas del medievo y el renacimiento son cristianos, quieren transformar el caos natural interviniendo en la creación de Dios, espléndida e inacabada, convencidos de que Dios depende de la conciencia humana para su propia redención. Con el miedo a ser malentendidos (“Dios sería imperfecto”) disfrazaron sus doctrinas en un simbolismo complejo para disimular su herejía (“el hombre no sería un pobre pecador impotente sin el socorro único de la iglesia”). La vida tenía que ser una co-creación activa con Dios, el plomo (Saturno) puede volverse oro (Sol como creación de Dios) en el alambique (metáfora de la conciencia humana), pasando por las etapas del fuego (calcinatio), luego del agua (solutio), luego de la tierra (coagulatio), y finalmente del aire (sublimatio). La Gran Obra (opus) es un regalo ofrecido a Dios en el momento propicio, después de toda transformación que propicia las limitaciones de las heridas reales y simbólicas. Es absurdo deshacerse de los aspectos inferiores de la naturaleza para acceder al espíritu, porque el espíritu de esta naturaleza trivial transformada por el poder de la conciencia en su manifestación está en su esencia, el alquimista no transforma algo en algo, libera lo que siempre existió en otra forma más oculta y primitiva, en la materia prima. Transmutar plomo es transmutar todos los aspectos estériles de la naturaleza, hacer los cambios necesarios para vivir más armoniosamente.

Precaver es prevenir un riesgo o peligro (riesgo inminente) de un daño, detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor o molestia, para guardarse de él y evitarlo. Curar es sanar, recobrar la salud, entendiendo por salud el estado en que el ser orgánico ejerce normalmente sus funciones, también es salud las condiciones físicas en que se encuentra un organismo en un momento determinado. Curar es aplicar con éxito a un paciente los remedios correspondientes a la remisión de una lesión o dolencia, pero curar es, también, secar o preparar convenientemente una cosa para su conservación, por último por curar se entiende el sanar las dolencias o pasiones del alma.

Enfermedad es la alteración mas o menos grave de la salud, la enfermedad, dolor físico, psíquico y moral, es parte del mal en el mundo y tiene una interpretación muy variada:

a) Consideremos a la enfermedad como efecto del pecado y así, una relación directa culpa-pecado.

b) La enfermedad se considera, a veces, como causa de los malos espíritus. De ahí la estrecha relación entre enfermedad y magia: Bebedizos, conjuros, amuletos, etc., y la presencia en la enfermedad de hechiceros, brujos, chamanes y sacerdotes.

c) La enfermedad es considerada, en algunos casos, como mensajero del dios que recuerda al hombre su condición de mortal.

Por último, la enfermedad es entendida como algo propio de la existencia y de la propia vida, debida a su limitación.

la filosofía es una meditación sobre la muerte, y Cicerón diría que la vida es una commentatio mortis. La filosofía ve en la muerte una cesación y una desintegración de las partes, la muerte ha planteado a la filosofía el problema de la transcendencia o inmortalidad del hombre, al que no da una respuesta unívoca. Esta respuesta viene dada desde los propios sistemas filosóficos, qué es la muerte, y cómo y por qué se produce, sigue siendo objeto de estudio e investigación en biología y medicina y veterinaria como ciencias de los Tanto el mal físico, sinónimo de dolor y muerte y cuyas manifestaciones son enfermedad, hambre, heridas, vejez, miedo, etc., como el mal moral, odio, enemistad y pérdida, han tenido, desde antiguo, diversas y opuestas interpretaciones. Reducido a esquema, el mal es interpretado:

1.- Desde el punto de vista metafísico o filosófico:

11.- El mal como obra del dios o de la causa primera.

12.- El mal como consecuencia del azar.

13.- El mal como consecuencia de la misma naturaleza y de la materia que, es imperfecta y limitada.

14.- El mal no existe, es simplemente la privación de algo.

2.- En las religiones, el mal se atribuye:

21.- Al dios o a los dioses, éstos impiden la inmortalidad del hombre, le envían la enfermedad y la muerte. Así se expresaban las religiones antiguas, a través de diferentes mitos.

22.- Al dualismo cósmico, “Todo lo que sucede en el mundo tiene su origen en el mundo”, tiene su origen en el doble principio del bien y del mal, así lo expresan el zoroastrismo, el gnosticismo y el maniqueismo.

23.- Como fruto del pecado y de la ignorancia, en la explicación del mal dentro del judaismo y del cristianismo bíblico, el mal físico y moral es consecuencia del pecado. En cambio en el hinduismo, budismo y platonismo, el mal es producto de la ignorancia en que está envuelta el alma.

Es necesario reconocer que el problema del mal es un problema constante y recurrente de la filosofía y de la religión, ello hace que existan distintas actitudes y posturas vitales ante él:

a) Aceptación alegre del mal.

b) Aceptación resignada y desesperada.

c) Huida o indiferencia.

d) Superación, como en el cristianismo y en el budismo.

La palabra muerte procede del latín mors, con frecuencia se emplea también la etiología griega thanatos, dentro de la filosofía, el tema de la muerte, sobre todo de la muerte humana, es un tema y problema constante. Tanto, que Platón pudo afirmar que seres vivos.

La muerte está íntimamente relacionada con la religión y con la historia de las religiones. En general podemos afirmar que las religiones han explicado la muerte desde el mito o desde sus propias creencias o revelaciones, en este sentido podemos afirmar:

a) Las religiones primitivas ven en la muerte no un hecho natural, sino el efecto de un agente sobrenatural malévolo.

b) Se le ha personificado como un dios especial, como un demonio o como un ángel.

c) En el pensamiento griego se representa a la muerte como un joven que empuña una espada. O como Keres, pequeñas figuras escuálidas, negras y aladas.

d) En el judaísmo y cristianismo aparece un concepto más evolucionado respecto a la muerte. Se puede decir que la muerte es interpretada como consecuencia de un pecado del hombre, la muerte es una herencia penosa de la humanidad que termina siendo aparcada en la oscuridad del “rehol” (judaísmo) o que sobrevivirá merced al poder (muerte y resurrección) en la otra vida, en el cristianismo.

e) Merece destacarse el concepto budista de la muerte: Ésta es un fenómeno inherente a la propia existencia, como el nacer, “para el que ha nacido no existe nada semejante al no morir”, la muerte es una función más del proceso continuo de la vida, ya que conduce fatalmente a un nuevo nacimiento, a partir de aquí sigue con una serie de interpretaciones sobre la naturaleza de este nuevo estado: Conciencia, reencarnación, nirvana.

La veterinaria occidental ha adoptado al mito de Quirón, el sanador herido, como emblema de su profesión. En los primeros tiempos de los mitos, la humanidad adoraba a la Diosa, la Gran Madre, en todas sus formas, era una época de veneración a todo lo que evoca fertilidad y vida instintiva. (Isthar, Demeter, Amazonas, Epona, Valquirias, Ghandarvas,..), el caballo acompaña a la Diosa para facilitar su fertilidad, así, el principio femenino es asociado a la libido salvaje, a la expresión sexual libre, al frenesí de la reproducción. Al culto a la gran madre se asocia el culto de los muertos, de los antepasados, evolución en la cual el caballo tiene un papel de intermediario entre los vivos y los muertos, sirve de puente entre el mundo subterráneo (muerte) y las regiones superiores, puente entre el mundo de la forma y el mundo de lo no-visto.

Poco a poco aparecen los héroes, también intermediarios entre vivos y muertos, con una función más elaborada casi religiosa y chamánica ( el chamán custodia un acceso a lo sagrado, debe ser capaz de atravesar el país de los muertos y regresar de él para conciliar los opuestos). El héroe puede alcanzar la inmortalidad y en consecuencia evitar ser olvidado como los ancestros, la amazona guarda su identidad de yegua y se torna héroe femenino, estamos en el amanecer de una nueva clase de conciencia donde la función chamánica del héroe establece contactos entre la diosa y los humanos. Pero la brecha entre el instinto y el espíritu se abre, empieza la desvalorización de lo femenino y aparece el conflicto entre civilizados e incivilizados, entre Lapitas que embridan los caballos y Centauros rebeldes, lascivos, desenfrenados. Las reformas religiosas y sociales patriarcales reemplazaron a las matriarcales, nuestros mitos tomaron forma.

Cronos (el tiempo), quien come a sus hijos cada día, intenta seducir a la ninfa Filira (Filira, hija de Océano y Tetis, es sobrina de Cronos). Filira, huyendo de la persecución de Cronos, se transforma en yegua (como Demeter, la Gran Madre, madre de los centauros) y Cronos se metaforsea en caballo. De esta unión tramposa de dos équidos nace Quirón con cuerpo y patas de caballo, torso y brazos de hombre. Su madre Filira desesperada implora a los dioses, quienes la convierten en tilo, árbol enraizado en la Tierra, cárcel preferible al recuerdo del fruto de su instinto no dominado, no domesticado.

Quirón abandonado por sus padres, es adoptado por Apolo y Atenea, imágenes de la razón y el logos. Quirón con la náyade Carielo no tendrá hijos varones (náyade es una ninfa de agua dulce, sacerdotisa, profetisa y sanadora, un ser conectado con la sexualidad). Su hija Hipe será protegida por Artemisa, la virgen cazadora, por ser vidente y profetisa pone en peligro a su padre. Hipe con Eolo (el viento) tendrá a los gemelos Melanipa y Poseidón y se transformará en la constelación de Pegaso. Así, las amazonas, los centauros, los dioses sanadores y los dioses de la muerte son de la misma familia. Quirón será médico, músico, profeta, y tendrá numerosos discípulos, entre otros Asclepios/Esculapio, hijo de Apolo, maestro de los médicos. El reconocimiento de Quirón por su padre adoptivo Apolo culmina en la adopción de Asclepios por Quirón.

En una de sus numerosas fiestas, Quirón invita a Hércules a cenar, los centauros (hijos de Demeter) se emborrachan y una flecha de Hércules hiere a Quirón (Hércules es un héroe osado y duro sin la moderación de Ifícles, su tímido y temeroso hermano gemelo. Combate contra la Hidra, monstruo femenino que multiplica por nueve su cabeza degollada por el héroe, quien la vence finalmente con su súplica humilde y empapa sus flechas con su sangre venenosa). Quirón herido, sufre por culpa de Hércules, no puede sanar, sólo puede sanar a los demás, y no puede morir por ser inmortal. En su calidad de héroe, Hércules intercede ante Zeus quien intercambia a Quirón contra Prometeo. Prometeo es hijo del titán Japeto y de Climene, los primeros mortales nacidos del soplo vital de Atenea, la razón, sobre barro y agua, sin relación sexual, Prometeo quiere mejorar la estirpe humana y se mide con Zeus, burlándose de él varias veces (robo del fuego, caja de Pandora), Zeus lo encadena a una roca y le envía cada día un águila que le come el hígado para destruir su fuerza vital, hasta que un inmortal renuncie a su inmortalidad y lo reemplace. Quirón acepta ofrecer su inmortalidad, baja al Tártaro donde su medio hermano Hades (Hades, Zeus y Quirón son medio hermanos), Zeus lo inmortaliza en la constelación del Centauro e impone a Prometeo llevar una corona de sauce, como símbolo de mortalidad, y un

Quirón nace de lo instintivo, negado, es educado por los dos representantes de la domesticación de lo instintivo, imágenes de la casi desexualización de lo femenino y lo masculino. Varias son las heridas de Quirón, la primera es la negación de sus raíces instintivas, la segunda es el rostro horrorizado de su madre (poder destructivo de lo femenino), la tercera es la ausencia de su padre, la cuarta es el precoz sentimiento del destino: tiene que buscar sus verdaderos padres que no son ni Apolo ni Atenea, falso énfasis de lo espiritual y falsa elevación de la conciencia que dejan a oscuras potencias que amenazan por explotar. Un dolor almacenado en su inconsciente lo lacera hasta la repetición compulsiva, todas estas heridas mentales se acompañan de una quinta, física, provocada por la flecha envenenada de su amigo, el héroe (al reprimir los instintos, los multiplica como se multiplican las cabezas de la Hidra). Es el mundo desenfrenado de la embriaguez el que provoca la herida y es Prometeo, el nacido de la no-sexualidad, quien permite el alivio después de la aceptación de la herida como condición previa a la sanación.

Prometeo se individualiza del instinto, se aparta de las reglas, humilla los dioses y se olvida de sus deberes para con ellos. Prometeo roba el fuego de los dioses, sale del encadenamiento, se libera de la esclavitud del inconsciente, se rebela contra la manipulación de arquetipos para engendrar un nuevo arquetipo: El de lograr la individualización del humano sin olvidar el reconocimiento a los dioses. Curiosa estirpe la de los discípulos de Quirón, que insisten en curar a otras especies, en lugar de limitarse a alimentarse de ellas, curiosos los descendientes de Prometeo que se hacen a sí mismos señores de la vida y de la muerte, ¿De dónde salieron?

anillo, como símbolo de atadura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario