Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

jueves, 18 de febrero de 2010

Marcas

Las marcas observables en los huesos son testimonios indirectos de su historia, es necesario distinguir dos grandes tipos de marcas: Las antrópicas de las naturales.

A.- Marcas de origen antrópico: Debemos distinguir dos grandes subgrupos, por un lado (a), las marcas dejadas por las armas y los útiles destinados a la muerte y explotación del animal; y por otro lado (b), las marcas tecnológicas generadas por la preparación de la materia ósea para la realización de armas, útiles, elementos de adorno y objetos de arte.

A.a.1.-Caza y muerte: Son marcas, en su mayoría, de impactos de proyectiles, sean letales o no, el objetivo era alcanzar dos tipos de zonas del animal, por un lado el cráneo, fundamentalmente el frontal, y por otro lado, el corazón, éste se encuentra protegido por la escápula izquierda, y será este hueso el que evidenciará el impacto. De manera más ocasional, se pueden constatar marcas de proyectiles en el resto del esqueleto ó incluso proyectiles asentados en los huesos.

A.a.2.-La carnicería:

- Sacrificio: Para las grandes especies, caballo y buey, el golpe de maza supone la perforación del frontal. El degollado sobre pequeños rumiantes se manifiesta por estrías trasversales sobre la cara ventral del atlas y en ocasiones sobre el apófisis odontoides. La decapitación con hacha deja trazas en la cara dorsal de las vértebras cervicales.

- Eliminación del pelo: Se hace quemándolo mediante un fuego rápido de brozas durante un tiempo que varía con la densidad del vellón y llega al cuarto de hora en ocasiones, de este modo es susceptible que deje marcas principalmente en incisivos y caninos que de manera natural ó por retracción de labios quedan expuestos. En algunos yacimientos protohistóricos las cúspides de estos dientes presentan marcas de quemado.

- Evisceración: Las marcas correspondientes a este proceso pueden verse sobre la cara interna de las costillas, y en ocasiones también en la parte inferior del cuerpo de las vértebras.

- Despellejado: La extracción de la piel requiere un corte circular alrededor del hocico, o en el cuello del animal, se observan marcas en los nasales, el maxilar, así como sobre las ramas horizontales de la mandíbula.

- Cuarteado: Estas marcas se manifiestan en las articulaciones, entre la parte distal del humero y la proximal del radio, o entre la cavidad cotiloidea de la pelvis y la cabeza del fémur. Existen dos técnicas básicas de despiece de la carcasa animal, ya sea mediante procesos trasversales de un lado a otro de los cuerpos vertebrales, ya sea mediante corte longitudinal de las vértebras según su eje, este último método se desarrolla a partir de útiles metálicos.

- Despiece al detalle: El cortado de lonchas dejará estrías trasversales sobre la diáfisis del fémur y trazas longitudinales sobre los cuerpos y las apófisis espinosas de las vértebras lumbares.

- Utilizaciones posteriores: Por ejemplo, la fractura del hueso como fuente de médula.

A.a.3.-Conservación y cocción de carnes: Restos de sal gema, o presencia de huesos en saladeros, o acumulaciones de restos, o abandono simultáneo de restos de peces capturados en diferentes estaciones, muestran la utilización de métodos de conservación.

La exposición de carne a la parrilla, deshuesada, ó de corta duración ó alejada de las llamas, ó protegida con grasa fundida es muy difícil de documentar. Las quemaduras que más fácilmente se observan sobre los huesos son con demasiada frecuencia muy marcadas, lo que puede indicar su utilización como combustible ó como ofrenda.

A.b.-Marcas técnicas Son visibles sobre diversas materias duras animales de las que podía disponer el hombre: conchas, huesos, astas, cuernos. Parece que ya desde el Paleolítico inferior el género Homo utilizó huesos para actividades diversas, aunque no sea hasta el Paleolítico medio , más concretamente al final del Musteriense, cuando aparezcan auténticos útiles. Desde un punto de vista técnico, se puede distinguir una primera fase, en la que la percusión, en ocasiones completada con un rasurado, permite obtener varillas de hueso y de asta de cérvidos, posteriormente se desarrollan otras técnicas como el aserrado, el perforado y el pulido, estas últimas alcanzan un desarrollo pleno en el Paleolítico superior y permiten una diversificación importante, así como acabados en los que los criterios estéticos tienen un peso específico. Posteriormente el desarrollo de la metalurgia permite nuevas piezas, como goznes de puerta en el periodo galo-romano con metápodos de bóvidos, o la industria de cuerno, asta y marfil.

B.-Marcas de origen natural: Estas marcas corresponden a agresiones que entran en el cuadro general de los procesos taxonómicos, es decir, del paso de los restos de animal de la biosfera a la litosfera:

- Ataques de origen animal: Moluscos carnívoros zooníticos pueden dejar sobre la superficie del hueso trazas características debido al paso de su ránula (no confundir con raspado). Los roedores contribuyen con marcas paralelas muy características que dejan sus incisivos, las garras de los topos dejan trazas cuando al excavar sus galerías topan con huesos enterrados. Los carnívoros dejan marcas en los huesos que se reconocen por tener forma de impactos puntiformes debidas a las cúspides afiladas de los caninos ó de los premolares. Los molares sean de carnívoros, de suidos, o de rumiantes, dejan trazas de interpretación más difícil.

- Otros agentes biológicos: Bacterias y hongos actúan alterando las propiedades fisicoquímicas del hueso. Las algas de medios acuáticos, y las raíces vegetales en medio terrestre, pueden alterar la superficie ósea y enmascarar otras eventuales marcas.

- Alteraciones físico-químicas: Hielo/calor y humedad/sequedad comportan una degradación de la parte externa del hueso y la zona medular. Es también importante la inmersión tanto en agua dulce como salada, y las características y evolución de la geoquímica del suelo. También deben tenerse en cuenta deformaciones, e incluso fracturas del hueso, debidas a la presión ejercida por los sedimentos.

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