





La cerámica es quizá el material arqueológico más representativo de esta nueva etapa histórica, su fragilidad y peso la hace casi exclusiva de sociedades agrícolas y, desde luego, de los grupos humanos sedentarios. La más antigua se ha documentado en la etapa neolítica de la cultura Jomon, en Japón, hacia el año
Hacia el
Otra escena muy extraña, que aparece en tres ocasiones, muestra unos pájaros enormes y seres humanos diminutos sin cabeza, aunque están pintados en un modo muy estilizado, los pájaros han sido identificados como buitres grifones, devorando la carne de los cadáveres expuestos. En un nivel inferior (nivel VI) se encontró también una pintura relacionada con el tratamiento dispensado a los muertos, se supone que representaba un osario construido con cañas, recubierto y decorado con esteras tejidas bajo las que se conservan cráneos con las cuencas oculares vaciadas.
En los asentamientos primitivos de Ganj Dareh y Nemrik se encontraron también cabezas de animales, bien modeladas enteramente en argamasa o usando cráneos o interiores de cuerno de animales verdaderos, destacan jabalí, zorro y oveja. Los muertos se enterraban bajo el suelo de las viviendas, los enterraban en dos fases: después de la muerte los alejaban del lugar para descarnar y sólo después se entraban a las casas, como se deduce de la posición de los huesos de los enterramientos. A juzgar por los huesos, disfrutaban de un buen estado de salud, aunque algunos presentan síntomas de anemia, posiblemente por malaria, y otros padecían artritis y huellas de fracturas de miembros, el promedio de edad era de 34 años en los varones y 30 años en las mujeres.
De las figurillas de piedra y arcilla, las de mujeres tienen interés especial, una representa a una dando a luz, apoyada en dos gatos o sentada en un sillón con brazos en forma de gatos, la mayoría de figuras de animales eran animales de caza: leopardos, toros salvajes, jabalíes, cabras y ovejas salvajes, algunas tienen marcas de punzadas lo que sugiere que se utilizaban en rituales de caza. Nueve décimas de la carne consumida por los habitantes de
Los pueblos de la época cultivaban trigo de las clases escaña menor y escanda, candeal, cabezorro, espelta, cebada de seis carreras, lentejas y guisantes, criaban vacas, ovejas, cabras, cerdos y perros, mientras que los huesos de animales silvestres representan menos de un quinto de los huesos encontrados, la cría de ganado vacuno, de grandes dimensiones y fiero, en comparación con las ovejas y cabras, debió de representar dificultades, se empleaban para producir leche y en el transporte, así como por su carne y por su cuero, o incluso para tirar del arado, que probablemente se usaba ya en el cultivo de las extensas llanuras del norte de Mesopotamia.
El pequeño asentamiento de Umm Dabaghiyeh está situado más allá de lo que hoy en día es la región de la agricultura de secano y presenta interesantes peculiaridades. Lo más sorprendente es que los útiles que se encontraron en este asentamiento eran más propios de una comunidad de recolectores que de una de agricultores, comían plantas cultivadas, pero puede que éstas fueran traídas de regiones más alejadas hacia el norte, la mayoría de la carne que se consumía se obtenía de la caza, dos tercios de los huesos encontrados en el asentamiento son de onagro, una variedad de equino salvaje, y un quince por ciento de gacela, tan sólo un diez por ciento de los huesos pertenecían a especies domesticadas, sobre todo ovejas. Las evidencias de la práctica de la caza y el uso difundido de almacenes hacen suponer que se trataba de una comunidad especializada en la caza de onagros y gacelas por el valor de sus pieles.
Probablemente había otros asentamientos especializados en otros productos, como sal, betún u obsidiana. No se sabe con certeza el modo en que esas comunidades encontraban un mercado para sus productos, pero no hay duda de que los excedentes alimentarios se almacenaban y se intercambiaban por otros bienes, esta riqueza almacenada fue la base de la futura sociedad urbana de Mesopotamia.
A mediados del sétimo milenio a.n.e., la cultura Hassuna, basada en la anterior, compartía muchos de sus rasgos, los hallazgos en los estratos de proto-Hassuna y de Hassuna incluyen proyectiles de arcilla para hondas, azadas de piedra tallada, espiras de husos de arcilla bicónicos, para hilar fibras de lino o de lana, y varios colgantes y cuentas de piedra grabados, que se han identificado como sellos de estampar. La presencia de lino (o linaza) y el tamaño de las semillas hacen suponer que se empleaba un sistema de irrigación.
Durante el VII milenio a.n.e., la densidad de población en la media luna fértil aumento notablemente. Se domesticó al ganado vacuno. En Siria se exploraron muchas innovaciones, como la fabricación de recipientes de cal, aunque estas técnicas no tuvieron continuidad. La agricultura se extendió por la península de Anatolia (Turquía). Hacia el año
En torno al
En torno al sexto milenio a.n.e., las aguas del Mediterráneo (cuyo nivel ascendió primero con la entrada de agua del Laurentino y luego con el nuevo deshielo) inundaron la cuenca del Euxino formando el actual mar Negro. Este hecho debió dispersar a la población que habitaba en la región, en otro de esos movimientos migratorios importantes para la humanidad, algunos arqueólogos creen que debido a ello se expandieron por Europa y Asia poblaciones sedentarias agrícolas que desplazaron a cazadores-recolectores nativos. Acabada
Hacia el
A mediados del sexto milenio a.n.e., la cultura de Halaf se extendió hacia el sudeste donde entró en contacto con la cultura de Ubaid, después de una fase de transición en la que se combina con elementos de ambos, es manifiesto el dominio de esta última cultura. En las fértiles llanuras formadas por el légamo de los ríos Tigris y Eufrates, los asentamientos más antiguos de la cultura de Ubaid que se conocen se remontan al
Al comienzo del VI milenio a.n.e., las técnicas agrícolas se habían perfeccionado notablemente en la zona occidental de la media luna fértil. Se descubrió la hoz, la azada, etc. La cerámica se extendió desde Siria por ambos "cuernos" de la media luna. Algunos indicios hacen pensar que en torno al
Todas las fases del periodo de Ubaid se excavaron en Eridu. Eridu en la actualidad está ubicada en el desierto al sur del Eufrates, pero en la antigüedad, uno de los brazos de este río discurría por la ciudad, se convirtió en un importante centro religioso dedicado al culto del dios del agua Enki, y según la épica babilónica, fue la primera ciudad creada. Se ha encontrado cerámica de Ubaid (de la fase III y posterior) en cuarenta asentamientos en Arabia Saudí occidental, en dos de Bahrein, en cinco de Quatar e incluso en dos muy alejados en los Emiratos Árabes Unidos, se trataba de pequeñas comunidades de pescadores y recolectores, el análisis de la arcilla demuestra que la cerámica era parecida a la de la región de Ur y Eridu, de donde probablemente eran importadas las vasijas. La cultura de Ubaid pervivió unos 1.500 años e influyó en el área entre el Mediterráneo y el Golfo, e incluso la meseta iraní.
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