





Pocos fenómenos históricos han desempeñado tan importante papel como el que, a lo largo de siglos de historia en Europa, han ostentado los monumentos megalíticos. La amplitud que implica seguir la concepción puramente etimológica del término podría extenderse a una escala prácticamente universal, ya que todos tienen ejemplos de culturas que a lo largo de la historia construyeron grandes monumentos de piedra.
La cronología más aceptada sitúa el marco temporal de estas grandes realizaciones entre el 4.800 y el
Se tiende a considerar que el motor de estas nuevas prácticas de construcción monumental se encuentra en el contexto de las relaciones sociales y el sistema económico. Se ha hallado restos del enterramiento de un grupo de 19 mujeres, de entre 20 y 30 años, junto a alguien lleno de poder, de unos 40 años, en las excavaciones de un dolmen en la península ibérica. 19 mujeres y tres hombres murieron voluntariamente (o los mataron, indicios apuntan a que no los mataron de forma violenta) en honor de alguien lleno de poder.
Las últimas dataciones retrotraen a momentos de un neolítico muy inicial, si no a un contexto todavía anterior a la agricultura y la ganadería, en estos casos, al menos, es imposible entender la producción de grandes estructuras en el paisaje, como consecuencia de la jerarquización nacida a partir de un estilo de vida puramente agrícola. Las explicaciones socioeconómicas tampoco responden al conjunto de todas las realidades que se engloban dentro del amplísimo fenómeno megalítico. La competencia por los recursos no parece un acontecimiento generalizado en todas las zonas donde aparecen los megalitos, y aunque para subsanar esto se suele recurrir a la hipótesis del aumento demográfico, no se tienen datos que respalden dichas teorías en los casos particulares en que éstas han sido propuestas.
Pocos temas han sido tan discutidos como el relacionado con el papel de Malta en la prehistoria del Mediterráneo, en el centro de este debate están los templos megalíticos, asombrosas construcciones, datadas entre el IV y el III milenio a.n.e., cuyos vestigios se extienden por las islas de Malta y de Gozo. Las preguntas que los arqueólogos no han respondido definitivamente son: ¿Cómo unas sociedades que ignoran el urbanismo y la escritura han podido desembocar en semejantes realizaciones arquitectónicas? Desde el punto de vista técnico, palancas, cordajes y cuñas fueron las únicas herramientas que dispusieron los constructores de megalitos, escofinas, mazos y punzones de piedra fueron los únicos instrumentos utilizados. Por encima de los materiales hay que pensar en una particular organización social capaz de iniciar el proceso.
Hasta la fase Red Skorba, Malta estuvo confinada en una estructura poco “progresiva” de pastores y agricultores, pero en la fase Zebbug, hacia el
Los templos son la expresión de comunidades diferenciadas, a la manera de las circunscripciones polinesias, que construyen monumentos prestigiosos para distinguirse de los grupos vecinos y afirmar su identidad. El templo es la capital religiosa, es el símbolo de la apropiación del espacio, ¿sólo fue lugar de culto?, el templo, aún teniendo en cuenta sus prerrogativas relativas al culto, parece que también llegó a ser palacio. Debía ser a la vez centro de la vida espiritual y material, quizá fue también, como algunos han avanzado, un mercado, un lugar de cambio donde los sacerdotes redistribuirían a su manera las riquezas acumuladas de las donaciones de los fieles, del comercio y de la guerra.
No deben confundirse con tumbas megalíticas recubiertas de túmulo, cuyo origen es aborigen portugués o bretón, las tumbas de fosa en forma de túmulo o “kurgán” de
Coincidiendo con la aparición de los indoeuropeos al este del Volga, al oeste de este río se producen considerables transformaciones, esta nueva cultura (Serdny-Stog) apunta a una continuidad del sustrato aborigen de Dniepr-Don, tiene una mayor importancia el caballo, con el consiguiente nomadismo y la clara aparición de jerarquías sociales, aparece decoración cerámica mediante la impresión a cordel, que es otra característica secundaria del proceso de indoeuropeización de Europa. La impresión que produce esta cultura es la de una infiltración de nómadas indoeuropeos utilizando el país póntico como trampolín para las posteriores invasiones en Europa Central y los Balcanes.
La incipiente corriente migratoria que existía ya en la última fase de Dniepr-Don aparece con fuerza en todo el arco báltico. En las regiones al este de este mar se consolida una cultura de carácter sobre todo cazador, aunque conocedora de las técnicas agrícolas y ganaderas. Pero es en la cultura de Sarnowo y, sobre todo, en Escandinavia y las regiones Bajo-Alemanas (Holanda incluida), donde cobran más importancia las aportaciones ucranias. En estos países nórdicos, continúa en parte la tradición estética local (vasos de cuello de embudo, joyería del ámbar), introduciéndose el tipo de enterramiento ucranio (alargado, con ocre) y novedosos rituales de ofrendas en lagos, que mucho tiempo después podremos encontrar entre los pueblos celtas
Las culturas tesalio-danubianas, descendientes de las primeras culturas neolíticas europeas, ocupaban en estos momentos una inmensa área de
En Bulgaria y Valaquia se desarrolla a partir del
También heredera de Boian-Marica, pero mediatizada por factores locales, como la irrupción de los vecinos no danubianos aparece en el noroeste de Bulgaria una cultura, que se caracteriza por su especialización en la orfebrería del oro y en la fabricación de características hachas dobles ("labrys") de cobre . Se trata seguramente de un país-tapón, que mantiene fuertes lazos con Karanovo-Gumelnita, así como con sus vecinos del norte.
Abarcando la región de los Danubianos Orientales (Ucrania occidental, Moldavia) y parte de Transilvania, una cultura de recipientes globulares y poblados rodeados por fosos y terraplenes, modifica las tradiciones fúnebres practicando el enterramiento en postura extendida. El culto a
Dos tendencias aparecen en los danubianos occidentales: Las tribus meridionales se diversifican en grupos regionales, sin embargo, las tribus del norte se ven intensamente influenciadas por los ucranio-escandinavos, hasta el punto de la aculturación, tanto de origen nórdico como centro-danubiano. Las gentes de esta nueva cultura habitan en chozas ligeras, agrupadas siempre en poblados fortificados situados en espolones montañosos, desde donde se dedican al pastoreo de vacas. Los danubianos occidentales "reformistas" irán ganando terreno hacia el sur hasta la completa asimilación de sus parientes, en lo que indudablemente tuvo que ser un conflicto político-social de envergadura.
En cuanto a la evolución mediterránea nos encontramos con
En el centro-oeste francés, merece la pena detenerse en una cultura influenciada por los ligures en la cerámica, por su gran variedad de formas monumentales. A los dólmenes de corredor tradicionales, añaden ahora los gigantescos "cairns" o túmulos que acogen varias cámaras sin corredor, donde se hallan restos humanos acompañados de ajuar de prestigio (grandes hachas rituales, collares de variscita y discos perforados.
En los últimos siglos del IV milenio se producen importantes cambios que afectan a gran parte de los pueblos de Europa Central y los Balcanes Orientales. En medio de ellos aparecen dos grupos de invasores indoeuropeos. El septentrional, y más importante, parece ser el embrión de la mayoría de los pueblos europeos históricos (celtas, germanos, itálicos, ilirios y quizá otros). El meridional debe de ser el precursor de los griegos indoeuropeos (aqueos). Coincidiendo con esta intrusión indoeuropea, la cultura nórdica padece un proceso de militarización, con la construcción de grandes fosas defensivas (posiblemente contra los carros) y la intensa fabricación de armas (larguísimas hachas de sílex, hachas-martillo en piedra dura, flechas cortantes, puñales de cobre). La metalurgia empieza a cobrar fuerza a pesar de que debía importarse la materia prima, quizá desde Iberia a cambio de ámbar.
En el último siglo del IV milenio, tras la irrupción de los indoeuropeos meridionales (proto-griegos,) ya casi finalizando el milenio, se detectan grupos invasores extranjeros dispersos por los Balcanes, que dejan un rastro de tumbas tumulares aisladas, con ocre, útiles de cobre, lingotes de cobre y oro, adornos y cetros de piedra, con extrañas formas zoomorfas. Esta etapa se caracteriza en primer lugar por el resurgir danubiano, liderado por la importantísima cultura que reúne a todos los pueblos danubianos y tesalios aún existentes en Europa Central. También es la época de apogeo del Megalitismo, en consonancia con los nuevos desarrollos en Estremadura Ibérica y la relacionada con Almería. Es también la época del gran salto desde el simple neolítico a la civilización en el Egeo (Cícladas y Creta). Sin embargo, es una época de vacas flacas para los indoeuropeos occidentales, que ven muy limitado su ámbito
Mientras tanto, los mayores avances se produjeron en
Hasta entonces, las aldeas pequeñas tenían una estructura tribal, formadas por unas pocas familias que obedecían a algún patriarca, pero las grandes ciudades requerían una organización que no descansara en vínculos familiares. Así, las ciudades mesopotámicas se fueron convirtiendo en ciudades-estado. Cada ciudad dominaba y cultivaba las tierras de su entorno y era gobernada por un rey. La administración corría a cargo de los sacerdotes. Éstos ejercían de tesoreros y recaudadores de impuestos y, en la medida en que su autoridad residía en su papel de intermediarios con los dioses, la religión se fue sofisticando más y más. El templo era el centro de cada ciudad. Además de la clase sacerdotal, surgió una aristocracia y una burguesía que originó una demanda de adornos, tejidos y obras de arte. El modo de vida de
En la península del Sinaí se descubrió la fundición del cobre, y el sistema se extendió rápidamente tanto hacia Mesopotamia como hacia Egipto. Hacia el
La metalurgia del cobre prosperó en Irán, que importaba el mineral de
Hacia el año 4000
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