Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

viernes, 28 de mayo de 2010

Especies animales no domesticadas






En los siglos XIX y XX, al menos seis grandes mamíferos, el eland, el wapití, el alce americano, el buey almizclero, la cebra, y el bisonte americano, han sido objeto de proyectos especialmente bien organizados que pretendían su domesticación, y que han sido realizados por criadores y científicos modernos, expertos en genética animal. Sin embargo, estas iniciativas solo han logrado éxitos muy limitados. Ni los ganaderos autóctonos con acceso a especies candidatas durante miles de años, ni los expertos en genética modernos han logrado fabricar especies domésticas útiles de grandes mamíferos mas allá de las “catorce antiguas”, que fueron domesticadas hace al menos 4.500 años. Sin embargo, los científicos actuales podrían indudablemente satisfacer para muchas especies la parte de la definición de domesticación que especifica el control de reproducción y el suministro de alimento: en los zoológicos se llevan a cabo programas de reproducción para muchas especies amenazadas, pero la rigurosa selección no muestra perspectiva alguna de dar lugar a un producto económicamente útil.

De las 148 especies candidatas, sólo 14 pasaron la prueba, ¿por qué fracasaron las otras 134? Para ser domesticada, una especie salvaje candidata debe poseer muchas características distintas, la falta de cualquiera de las características requeridas condena al fracaso los esfuerzos de domesticación. Podemos reconocer al menos seis grupos de razones de fracaso de domesticación:

1.- Dieta: Cada vez que un animal se come una planta ó a otro animal, la conversión de biomasa alimentaria en biomasa del consumidor supone una eficiencia de mucho menos del 100%, típicamente, del orden del 10%, es decir, se necesitan 5.000 kilos de maíz para criar una vaca de 500 kilos de peso, si lo que se desea es criar 500 kilos de carnívoro, hay que darle de comes 5.000 kilos de herbívoros criados con 50.000 kilos de maíz. Incluso entre los herbívoros y omnívoros muchas especies, como el koala y el panda, son demasiado melindrosas en sus preferencias como para recomendarse a sí mismos como animales de granja. Como consecuencia de esta ineficiencia fundamental, ningún mamífero carnívoro ha sido domesticado jamás para ser aprovechado como alimento, lo mas cercano a una excepción es el perro, domesticado originalmente como centinela y compañero de caza, sin embargo, el consumo habitual de perro ha sido un último recurso de sociedades humanas privadas de carne, además, el perro no es estrictamente un carnívoro, los perros que los aztecas y los polinesios criaban como alimento eran engordados eficientemente con verduras y restos.

2.- Ritmo de crecimiento: Para que merezca la pena criarlos los animales domésticos deben crecer también rápidamente, esta norma elimina al gorila y al elefante, aún cuando sean vegetarianos con preferencias alimenticias poco melindrosas y presenten una buena cantidad de carne, ¿qué criador de gorilas o de elefantes esperaría quince años para que su manada alcance el tamaño adulto?

3.- Problemas de reproducción en cautividad: De ahí los fallidos intentos de domesticación del guepardo, a pesar de nuestra intensa motivación para hacerlo desde hace miles de años, un emperador mogol de la India tenía un establo con mil guepardos, pero todos sus ejemplares eran guepardos domados que habían sido capturados en la naturaleza, hubo que esperar hasta 1.960 para que los biólogos de zoológicos modernos lograran el primer nacimiento de un guepardo en cautividad, en la naturaleza, varios guepardos persiguen a la misma hembra durante bastantes días, y ese rudimentario cortejo a lo largo de grandes distancias parece ser necesario para que la hembra ovule o sea sexualmente receptiva. Un problema semejante ha frustrado los intentos de criar la vicuña, un camélido salvaje andino cuya lana es muy apreciada por considerarse la más fina y ligera de las lanas de todos los animales, los incas obtenían la lana de vicuña llevando vicuñas salvajes a corrales, esquilándolas y, dejándolas después en libertad, todos los intentos de reproducir vicuñas para la producción de lana en cautividad han fracasado, por razones que incluyen el largo y complejo ritual de cortejo de las vicuñas antes del apareamiento, la feroz intolerancia de los machos de esta especie entre sí, y su exigencia de un territorio para alimentarse y otro distinto para dormir.

4.- Mala disposición: Prácticamente cualquier especie de mamífero que sea suficientemente grande es capaz de matar a un ser humano, cerdos, caballos, camellos y vacas, han matado a personas, sin embargo, algunos grandes animales tienen disposiciones mucho más desagradables y son más incurablemente peligrosos que otros, la tendencia a matar seres humanos la descalificado a muchos candidatos aparentemente ideales para la domesticación, un ejemplo obvio es el oso pardo, otro candidato, por lo demás adecuado, que se descalifica por razones de esta índole es el búfalo africano, está considerado el gran mamífero más peligroso e imprevisible de África, asimismo, el hipopótamo, un vegetariano de cuatro toneladas, sería un gran animal de establo si no fuera tan peligroso: mata más personas cada año que cualquier otro mamífero, incluido el león.

Sin embargo, hay otros candidatos cuyos peligros no son tan bien conocidos, por ejemplo, las ocho especies de équidos salvajes presentan grandes variaciones en cuanto a disposición, aún cuando las ocho estén genéticamente tan cerca una de otra que pueden cruzarse y producir crías sanas (aunque normalmente estériles), dos de estas especies, el caballo y el asno norteafricano (antepasado del asno actual), fueron domesticadas, estrechamente emparentado con el asno africano está el asno asiático, también llamado onagro, dado que su territorio original incluye el Creciente Fértil, cuna de la civilización occidental y de la domesticación de los animales, los pueblos antiguos debieron experimentar ampliamente con onagros, sabemos por descripciones y documentos gráficos sumerios y posteriores que la caza del onagro era habitual, así como su captura e hibridación con caballos y con asnos, algunas descripciones de animales y gráficos que representan a animales utilizados en monta o tirando de carretas podrían referirse al onagro, sin embargo, todos los autores que han escrito sobre este animal, desde los romanos hasta los modernos profesionales de los zoológicos , censuran su irascible temperamento y su desagradable hábito de morder a la gente, en consecuencia, aunque semejante en otros aspectos a los asnos ancestrales, el onagro nunca ha sido domesticado. Las cuatro especies de cebra son peores aún, los intentos de domesticación llegaron al extremo de engancharlas a carros, lamentablemente, las cebras hieren a más cuidadores de zoológicos cada año que los propios tigres, las cebras también resultan prácticamente imposibles de enlazar con una cuerda, incluso para vaqueros que ganan rodeos capturando caballos a lazo, debido a su habilidad a toda prueba para observar el extremo del lazo volando hacia ellas y esquivarlo agachando la cabeza.

El comportamiento imprevisiblemente agresivo por parte de un mamífero de gran tamaño y potencialmente peligroso forma parte, así mismo, de la razón por la que los experimentos modernos, inicialmente prometedores, en la domesticación del wapití y del eland no han tenido más éxito.

5.- Tendencia al pánico: Unas especies son nerviosas y están programadas para la huída instantánea cuando perciben una amenaza, otras especies son más lentas, menos nerviosas, buscan protección en la manada, permanecen inmóviles cuando se sienten amenazadas y no corren hasta que es necesario, la mayoría de las especies de ciervos y antílopes (con la notoria excepción del reno) son del primer tipo, mientras que la oveja y la cabra lo son del segundo. Naturalmente, es difícil mantener en cautividad a las especies nerviosas, esto es cierto , por ejemplo, en el caso de la gacela, que durante miles de años fue la especie cinegética cazada con más frecuencia en algunas zonas del Creciente Fértil, no hay ninguna especie de mamífero que los primeros pobladores sedentarios de aquella zona tuvieran más oportunidades de domesticar que la gacela, pero ninguna especie de gacela ha sido domesticada jamás, imaginemos como sería intentar conducir en manada a un animal que emprende súbitamente la carrera, que se golpea ciegamente contra las paredes, que puede saltar casi diez metros, y que puede correr a ochenta kilómetros por hora.

6.- Estructura social: Casi todas las especies de grandes mamíferos domesticados resultan ser aquellas cuyos antepasados salvajes comparten tres características sociales:

Viven en manadas,

Mantienen una jerarquía de dominación bien desarrollada entre los miembros del grupo, y

Las manadas ocupan territorios que se superponen parcialmente en vez de ser territorios mutuamente excluyentes.

Los animales gregarios se comportan bien cuando están encerrados en condiciones de hacinamiento, porque están acostumbrados a vivir en grupos densamente atestados en la naturaleza. En cambio, los miembros de la mayoría de las especies animales territoriales y solitarias no pueden ser conducidos en manada, no se toleran unos a otros, no asumen la impronta humana, y no son sumisos instintivamente. El gato y el hurón son las únicas especies de mamíferos territoriales que han sido domesticadas, porque nuestra motivación para hacerlo no fue criarlos en grandes grupos para obtener alimento, sino tenerlos como cazadores o mascotas solitarios.

Aunque la mayoría de las especies territoriales solitarias no han sido domesticadas, tampoco sucede lo contrario, es decir, que la mayoría de las especies gregarias puedan ser domesticadas, la mayoría no pueden serlo, por una o varias razones adicionales:

En primer lugar, las manadas de muchas especies no tienen territorios que puedan superponerse, sino que mantienen territorios exclusivos frente a otras manadas, no resulta posible juntar dos manadas de este tipo.

En segundo lugar, muchas especies que viven en manadas durante gran parte del año son territoriales en la época reproductiva, durante la cual luchan y no toleran la presencia de otros ejemplares. Este es el caso de la mayoría de las especies de cérvidos y antílopes (de nuevo con la excepción del reno), los machos de estos grupos se espacian en territorios y luchan ferozmente entre sí al llegar la época de la reproducción, de ahí que estos antílopes no puedan mantenerse en recintos superpoblados en cautividad, como es posible en el caso de la oveja, la cabra o la vaca. El comportamiento territorial se une asimismo a una disposición feroz y a una lenta tasa de crecimiento para proscribir al rinoceronte de la granja.

Finalmente, muchas especies gregarias, incluidos de nuevo la mayoría de los cérvidos y antílopes, no tienen una jerarquía de dominación bien definida y no están instintivamente preparados para recibir la impronta de un líder dominante (ni, por tanto, para recibir erróneamente la impronta de los humanos).

Los humanos y la mayoría de las especies animales forman un matrimonio desdichado por una o más de muchas razones posibles: la dieta, la tasa de crecimiento, los hábitos reproductivos, la disposición, la tendencia al pánico, y varias características diferenciadas de la organización social del animal. Los pueblos euroasiáticos heredaron muchas más especies de grandes mamíferos herbívoros salvajes y domesticables que los pueblos de otros continentes, este resultado, con todas sus transcendentales ventajas para las sociedades euroasiáticas tuvieron su origen en tres hechos básicos, la geografía, la historia y la biología de los mamíferos:

Primero, Euroasia, en consonancia con su gran superficie y diversidad, comenzó con la mayoría de los candidatos.

Segundo, Australia y América, pero no Euroasia y África, perdieron la mayoría de los candidatos en una oleada masiva de extinciones a finales del Pleistoceno, posiblemente porque los mamíferos de los dos primeros continentes tuvieron la mala suerte de ser los primeros en encontrarse de improviso con el ser humano, y en época avanzada de nuestra historia evolutiva, cuando nuestra capacidad cinegética estaba ya sumamente desarrollada.

Finalmente, de los candidatos supervivientes, resultó apto para la domesticación un porcentaje mayor en Euroasia que en otros continentes, un examen de los candidatos que nunca fueron domesticados, como los grandes mamíferos formadores de manadas en África, revela razones concretas que descalificaban a cada uno de ellos.

No hubo más de nueve zonas del globo terráqueo, que quizá pudieran reducirse sólo a cinco, donde la producción de alimentos surgió con independencia de otras, sin embargo, la producción de alimentos se había propagado ya en tiempos prehistóricos a otras muchas regiones además de esas pocas zonas de origen. Entre tales difusiones de la producción de alimentos. Las más importantes tuvieron lugar desde el sudoeste de Asia hasta Europa, Egipto y el norte de África, Etiopía, Asia Central y el Valle del Indo; desde China a los trópicos del sudeste de Asia, Filipinas, Indonesia, Corea y Japón; y desde Mesoamérica a América del Norte. Además, la producción de alimentos se enriqueció, incluso en sus zonas de origen, con la adicción de cultivos, ganados y técnicas de otras zonas de origen.

Algunas zonas que ecológicamente son muy adecuadas para la producción de alimentos no la obtuvieron en absoluto en tiempos prehistóricos, a pesar de que en sus cercanías había zonas de producción alimentaria prehistórica, son los ejemplos mas evidentes de estos casos de falta de difusión, tanto de la agricultura como de la ganadería, hacia la California autóctona desde el sudoeste de Estados Unidos o a Australia desde Nueva Guinea e Indonesia, y la falta de difusión de la agricultura desde la provincia sudafricana de Natal hasta la de El Cabo. En uno de los extremos se dio una rápida propagación a lo largo de los ejes este-oeste: desde Asia sudoccidental hacia el oeste, a Europa y Egipto, y hacia el este, el valle del Indo (a un ritmo medio aproximado de 1 km., por año), y desde filipinas hacia el este, a Polinesia (5 km., por año), en el extremo opuesto tuvo lugar la lenta difusión a lo largo de los ejes norte-sur: a 0,8 Km./año en México hacia el norte hasta la región sudoccidental de Estados Unidos, menos de 0,5 Km./año el maíz y los frijoles de México hacia el norte para alcanzar la productividad de la región del Este de Estados Unidos alrededor del año 900, y a 0,3 Km./año la llama de Perú hacia el norte, a Ecuador.

Mientras que cultivos y animales oriundos de Asia sudoccidental lograron propagarse hacia el oeste a Europa y hacia el este al valle del Indo, ninguno de los mamíferos andinos (llama/alpaca, cobaya) logró alcanzar Mesoamérica en los tiempos precolombinos, este hecho asombroso exige una explicación, al fin y al cavo, en Mesoamérica se desarrollaron densas poblaciones de agricultores y sociedades muy complejas, de manera que no cave duda alguna de que los animales domésticos andinos (si los hubieran tenido a su disposición) les habrían sido útiles para la alimentación, el transporte y la obtención de lana, a excepción del perro, Mesoamérica padecía una escasez total de mamíferos indígenas para satisfacer dichas necesidades, no obstante, algunos cultivos de América del Sur sí lograron alcanzar Mesoamérica, como ocurrió con la mandioca, la batata y el cacahuete

La mayor parte de las especies vegetales silvestres de las que se obtuvieron nuestros cultivos varían genéticamente de una zona a otra debido a que se habían afianzado mutaciones alternativas entre las poblaciones silvestres ancestrales de diferentes zonas. Es posible examinar la difusión de un cultivo en tiempos prehistóricos y plantear la cuestión de si todas sus variedades muestran la misma mutación autóctona o la misma mutación transformadora, el objeto de este examen es tratar de averiguar si el cultivo se desarrolló en solamente una zona o en varias por separado. Algunos botánicos llegan a la conclusión de que las judías de lima (Phaseolus lunatus), las alubias comunes (Phaseolus vulgaris) y los chiles del grupo Capsicum annuum/chinense, se aclimataron todos en, por lo menos, dos ocasiones distintas: una en Mesoamérica y otra en América del Sur, y que la calabaza Cucúrbita pepo y el quenopodio también se aclimataron por separado dos veces por lo menos: una en Mesoamérica y otra en el este del actual Estados Unidos.

En cambio, la mayor parte de los cultivos de Asia sudoccidental presentan sólo una de las variantes silvestres alternativas o mutaciones transformadoras alternativas, lo que sugiere que todas las variedades modernas de cualquiera de estas plantas provienen de una sola aclimatación. Vemos que muchos fenómenos diferentes coinciden en llegar a la misma conclusión: la producción de alimentos se difundió con mayor facilidad a partir de Asia sudoccidental que en el caso de América, también probablemente que en el África subsahariana, estos fenómenos consisten en:

-La falta completa de logro de la producción de alimentos en algunas áreas ecológicamente idóneas,

-Las diferencias en su ritmo y selectividad de difusión, y

-Las discrepancias en cuanto a si los cultivos aclimatados antes alcanzaron o no prioridad sobre readaptaciones de la misma especie o aclimataciones de parientes cercanos.

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