Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

martes, 9 de noviembre de 2010

Los caballos. (I)





Habíamos interrumpido la historia del sur de Mesopotamia en el momento de la caída de la tercera dinastía de Ur, circunstancia que abocaría a una etapa de luchas interminables. Esos mismos siglos conocieron la independencia y el ascenso a gran potencia de otro país, situado geográficamente mucho más al norte: Asiria, los más antiguos jefes asirios (wakhum) “vivían en tiendas“, esto es, todavía se hallaban gobernando sobre un pueblo nómada, que se desplazaba por la alta Mesopotamia.

Ya hacía 1.900 a.n.e., Asiria, tras unos tanteos iniciales, había establecido colonias (karum= muelle) y estaciones comerciales (mabaratum) en algunos puntos de Capadocia, siendo el más significativo el Karum de Kanish. Las actividades desarrolladas en este Karum, y en los otros 15 existentes en Capadocia, fueron fundamentalmente de índole económica, tanto de carácter oficial como privado, a ellos arribaban las caravanas de asnos que desde Assur (distante más de 1.000 kilómetros) transportaban productos manufacturados (tejidos, estaño) que cambiaban sobre todo por lana y metales, tras pagar los correspondientes impuestos. La capital asiria pasó, hacia el año 1.754 a.n.e., a manos de Hammurabi, el poderoso rey de Babilonia.

Durante los años siguientes los asirios parecen haberse perdido en las tinieblas, ni siguiera los historiadores consiguen hoy averiguar qué fue de ellos durante un tiempo, A finales del siglo XVIII a.n.e., Mesopotamia sufrió una fuerte inestabilidad política, motivada por la invasión de diferentes pueblos montañeses, cuyo mecanismo de entrada es prácticamente desconocido, dado que no existe ningún tipo de información escrita. Hay que suponer que tales invasiones habrían sido desencadenadas por el empuje de los indoeuropeos, pueblos que al final del tercer milenio habían convulsionado amplias zonas de Europa y Asia.

Entre el V y el III milenio a.n.e., en las inmensas planicies del sur de Rusia, el mundo cultural de “los Kurganes” (los túmulos), había significado con seguridad el hogar y el corazón primero de los más remotos indoeuropeos, entre las regiones situadas entre el bajo Dnieper y la Siberia meridional, asistimos entonces al desarrollo y expansión, en tres fases, de una cultura distinguida por el tipo de tumba preferida, un pozo cubierto por un túmulo, el Kurgan.

La cultura Afanasevo es principalmente notable por las inhumaciones, con el difunto sepultado en fosas rectangulares o cónicas y en posición supina, esto es, de un modo similar al de las sepulturas de la cultura Jamna; sin embargo existe también una discreta cantidad de otros restos de asentamientos, el área de los afanasevo abarcó la Mongolia Occidental, el Xinjiang septentrional, el Kazajstán centromeridional encontrándose ramificaciones afanasevo en Tayikistán y en el área del Mar de Aral. La economía de los afanasevo parece haber sido predominantemente de tipo pastoril seminómada, esto es fuertemente sugerido por el hallazgo de restos de bovinos, ovinos ¡y equinos!-junto con restos de animales de caza- en muchos de los yacimientos afanasevo; en dichos yacimientos se documentan asimismo indicios de una agricultura primitiva

Las sepulturas presentan también notables semejanzas con las correspondientes a la cultura de Sredny-Stog y la cultura de Poltavka, que se considera son culturas correspondientes a paleo-europeos o incluso indoeuropeos. Mientras que no está aún claro el nexo con la más reciente y occidental cultura de Andronovo pese a que con ésta se evidencian semejanzas. La cultura Afanasevo fue substituida en la región más oriental por la cultura de Karasuk. La cultura Afanasevo parece ser el principal antecedente de los tocarios. En la aldea rusa de Okunevo se descubrió un sitio datado en el III milenio a.n.e., parece ser sucesiva a la de Afanasevo, una evolución de la misma. En Okunevo se han encontrado artefactos de cobre y bronce, además de objetos funerarios decorados con figuras de animales (generalmente en rebaño).

Nuevas pruebas, en el actual Kazajstán, indican que el la cultura Botai los caballos eran utilizados como bestias de carga, y como fuente de carne y leche, unos 1000 años antes de lo que se cree. Se ha desarrollado una tríada de pruebas para demostrarlo:

Estudios de las mandíbulas de caballos muestran desgaste del diente similar a la causada en los caballos modernos, sería una indicación de conducción.

Los huesos de la pata de caballos de la cultura Botai son más delgados que los de los caballos salvajes, indica una cierta selección en la cría de caballos, se muestra por primera vez que en la cultura Botai caballos estaban más cerca en la conformación de la pata de caballos actuales que de los caballos salvajes.

Por último, de complejos estudios en antiguas cerámicas de esta cultura quedó en evidencia que un recipiente contenía restos de leche de yegua, si se ordeñó caballos, no eran salvajes.

Con la domesticación del caballo, por primera vez, la estepa de Eurasia, anteriormente una barrera ecológica hostil para los seres humanos, se convirtió en un pasillo de comunicación a través de Eurasia que une a China a Europa y el Cercano Oriente. La equitación también cambió para siempre la guerra, los límites fueron cambiados, fueron adquiridos nuevos socios comerciales, nuevas alianzas se hicieron posibles, y los recursos que habían estado fuera del alcance de la estepa pudieron llegar a ella.

Además de las personas y sus bienes, y los caballos de trabajo, de carne y de leche, algunas culturas fermentaron la leche en una bebida alcohólica suave. Los actuales kazakos obtienen hoy, fermentando leche de yegua, una bebida de un agrio de sabor y ligeramente alcohólica llamada « kumis ». Es evidente que se remonta, en su técnica actual, cientos de años, ¿Quién hubiera pensado que era una práctica que se remonta 5.500 años, al menos?

La hipótesis de los kurganes como los orígenes del indoeuropeo se asume como una expansión gradual de la cultura de los kurganes hasta abarcar todas las estepas del Mar Negro -Kurgan IV-, siendo identificada con la cultura de Jamna entre el IV y III milenio a.n.e. Se identifican cuatro etapas sucesivas de la cultura Kurgan y tres oleadas de expansión sucesivas:

Kurgan I, región del Dniéper/Volga, primera mitad del IV milenio a.n.e. Aparentemente evoluciona desde las culturas de la cuenca del Volga.

Kurgan II-III, segunda mitad del IV milenio a. n.e. Incluye las culturas de Sredny Stog y de Maykop del norte del Cáucaso. Nos encontramos con Crómlech, primitivos carros de dos ruedas y estelas pétreas antropomórficas de deidades.

Kurgan IV o cultura de Jamna, primera mitad del III milenio a.n.e., abarca toda la región de las estepas desde el río Ural hasta Rumania.

La 1ª oleada, antecede a Kurgan I, expansión desde el bajo Volga hasta el Dniéper, llevando a la coexistencia de Kurgan I y la cultura de Cucuteni. Las repercusiones de las migraciones se extienden hasta los Balcanes y a lo largo del Danubio hasta las culturas Vinca y Lengyel en Hungría.

La 2ª oleada, a mediados del IV milenio a.n.e., se origina en la cultura de Maykop, como resultado de su avance produce una serie de culturas híbridas kurganizadas en el norte de Europa alrededor del año 3000 a.n.e. (cultura del Ánfora Globular, cultura de Baden, y cultura de la Cerámica de Cuerdas). Esto se correspondería con la primera intrusión de las lenguas indoeuropeas en el oeste y el norte de Europa.

La 3ª oleada. 3000-2800 a.ne., expansión de la cultura de Jamna más allá de las estepas, con la aparición de las características de Jamna en lugares tan lejanos como las modernas Rumania, Bulgaria y Hungría oriental.

En sus estados iniciales, la cultura Kurgan poseía un limitado conocimiento del metal y del caballo, utilizando acaso éste, en principio, como nueva provisión de carne, pronto sería domesticado y crecería su importancia. Desde los primeros frenos en asta de ciervo, hallados en el norte y oeste del mar Negro se pasaría a la fabricación de toda suerte de arreos en metal, encontrados hoy con frecuencia entre el ajuar de los túmulos.

Los “Kurganes” se movían mucho, y conocían el carro. Los ritos funerarios utilizados, que incluían sacrificios de bueyes, caballos, ciervos, jabalíes, perros, osos, ovejas, cabras y seres humanos, tenían evidentes resonancias de lo indoeuropeo posterior. Las creencias del pueblo Kurgan señalaban a un dios de la tormenta y a divinidades relacionadas con el sol, el fuego, el caballo, el lobo, el perro, el jabalí o la serpiente.

En diferentes movimientos, y formando grupos más o menos numerosos, en el curso de los siglos los pueblos indoeuropeos fueron dispersándose, y empujando a otras culturas por delante, por las estepas europeas, el Cáucaso y Anatolia, Irán y la India, y el Egeo. Ciertamente los antiguos indoeuropeos poseían un peculiar fondo cultural común, pero al haberse desarrollado en un marco geográfico tan inmenso, cuando se pusieron en camino lo hicieron separadamente unos de otros, y así, su épica emigración fue múltiple en sus direcciones y en su cronología. A finales del III milenio y comienzo de II a.n.e., las regiones del norte y centro minoasiáticas recogían a la mayor parte de la población indoeuropea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario