Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

viernes, 30 de julio de 2010

El Nilo antes de Egipto I





Durante el mesolítico (10,000 - 5,500 a.n.e.), se calcula en 50.000 los habitantes que se instalaron en la margen oriental del Nilo. Fueron llegando de forma progresiva, en pequeños grupos durante un largo periodo de tiempo, empujados por el avance del desierto y la necesidad de alimentos. Fueron ocupando la franja de 2 o 3 kilómetros de sabana lindante con el Nilo. Ello daba una alta densidad de individuos, 20 por Km2, muy alta para la época, dados los recursos disponibles, que tubo que haber creado graves problemas de supervivencia. Se han hallado en la zona de Quan, en el Egipto meridional, tres cementerios uno en Tushka y dos en Jebel Sahaba. En esos yacimientos, que corresponderían al periodo de finales del 10.000 hasta el 7.000, a.n.e., aparecen el 40% de esqueletos con claros signos de muerte violenta. Con puntas de lanza y de flecha y signos de lesiones en tórax, abdomen y cráneo sin signos de regeneración ósea, lo que indican que no hubo supervivencia después de la herida. Todo ello nos indica un largo periodo de luchas tribales. Hay muy poca evidencia de lesiones similares en los cadáveres de niños o mujeres, además los esqueletos, se corresponden a un extenso periodo de tiempo. Ambas cosas se interpretan como que estas muertes eran a causa de incursiones y escaramuzas tribales en la que participaban varones adultos, y no el resultado de auténticas ocupaciones de territorios por parte de culturas o tribus mas adelantadas, que hubieran llevado a cabo un genocidio total en mas cortos periodos de tiempo. Poco a poco se crearon asentamientos fijos de 300-500 personas y así se formaron las primeras organizaciones sociales. Como la sabana lindante ya no les podía sostener, no habrían tenido mas remedio que hacer continuas incursiones en la selva acuática. Se dedicaron, a cortar papiros, inventar y construir canales de drenaje y de irrigación, y lentamente consiguieron aumentar las zonas cultivables. Un esfuerzo de dos mil años que en la mitología posterior fue atribuido a los dioses. Se han encontrado tres campamentos semipermanentes datados entre 6.400 a 5.980, a.n.e., con más de 4.000 objetos, la mayoría, puntas de lanza y flecha, buriles, raspadores y objetos ornamentales, minuciosamente trabajados. Probablemente estos campamentos eran de temporada, y con la crecida anual del Nilo se desplazaban. Estas tribus eran principalmente nómadas y su alimentación estaba basada en la caza, pesca y recolección de frutos silvestres.

El aumento demográfico no conllevó un aumento de la densidad humana, dado que al ganar tierra a la selva y ampliar la franja fértil, al final del quinto milenio, el territorio habitable se había multiplicado hasta los 25.000 Km2, con una población de unos 300.000 habitantes. La densidad había bajado durante estos dos milenios de 20 a 12 habitantes por Km2. y los recursos gracias a las nuevas tecnologías se habían multiplicado. Ello dio lugar a una época de prosperidad que abrió paso a la futura civilización faraónica. La mayoría de los asentamientos de estos periodos han desaparecido bajo los aluviones del Nilo. Los campamentos estacionales dispersos muestran una tendencia a la reunión y crecimiento en lugares cada vez más ribereños, con una explosión demográfica que se inicia alrededor del 5.500 a.n.e., que se ha interpretado como indicativo de un auténtico desarrollo agrícola, y también de una ganadería incipiente por la domesticación de los animales salvajes. No se sabe cuando y en que lugar se inició el conocimiento de las técnicas agropecuarias. Es posible que fueran introducidas por influencia exterior, aunque hay yacimientos en Nubia con indicios de domesticación animal alrededor del 5.110 a.n.e. Si la agricultura y ganadería fue descubierta dentro de las fronteras de Egipto, o se importó de otras culturas sigue siendo un tema de debate.

El neolítico en Egipto coincide con una climatología superponible a la actual. Si bien el proceso de neolitización apareció un poco mas tarde que en otros países limítrofes, pronto su desarrollo se intensificó. En este periodo, existen áreas muy definidas en cuanto a costumbres y culturas. La del área de El Fayum, otra que se extiende por el delta del Nilo, la que se extiende desde el delta hasta Asiut, y la que se extiende desde Asiut hasta Nubia. El yacimiento de El Fayum, corresponde al más antiguo neolítico egipcio del que tenemos constancia. Corresponde a la cultura Fayum A y se localiza al norte de la depresión que ocupaba un antiguo lago. Se hallaron restos de graneros comunales en el que se hallaron indicios de haber contenido trigo y cebada. Las viviendas eran cabañas de esteras o de cañas. Eran pues agricultores y posiblemente habían domesticado ovejas, cabras y bóvidos. Se ha postulado que sus asentamientos fueran de carácter estacional. El yacimiento de Merimda Beni-Salamé, en el Bajo Egipto, situado en el vértice sur del borde occidental del Delta del Nilo, sería el primer ejemplo de asentamiento urbano permanente en Egipto de que tengamos noticia. Ha dado nombre a la llamada cultura "merimdense". Se han constatado en él 5 estratos arqueológicos, que corresponden a sucesivos periodos que abarcan unos 600 años entre el sexto al quinto milenios a.n.e. El segundo estrato muestra una inequívoca influencia del sur del país (arpones de hueso y hachas de piedra de inequívoca procedencia Nubia). La cerámica de los niveles superiores es cada vez más tosca, de barro mezclado con paja con bordes cada vez más elevados, pero sin asas ni decoraciones. Estas poblaciones, estaban constituidas inicialmente por núcleos de viviendas fabricadas con palos, diseminadas en áreas extensas. Las viviendas eran ovales, o redondeadas, parcialmente excavadas, con pavimento de barro y cubiertas de esteras de juncos. En los estratos mas altos, vemos un aumento en la densidad de edificación de viviendas, algunas excavadas en el suelo y con restos de adobe, algunas tan apiñadas que se creyó en un momento que formaban auténticas calles. Las casas eran de reducido tamaño algunas para albergar a un solo individuo, tenían un hogar donde se cocinaba, y casi en cada casa había una muela de piedra para moler el grano. Cada casa tenía un granero de mimbre o de arcilla semienterrado en el suelo. Se estima que su población pudo llegar a los 16.000 habitantes.

También en el Bajo Egipto, pero de una época arqueológica más reciente, se han encontrado en la localidad de Maadi, 10 Km. al noroeste de El Omari, y en el antiguo asentamiento de Buto, yacimientos que datan de inicios del cuarto milenio y que finalizaron en el periodo protodinástico con el advenimiento de la cultura del Nagada III. Esta cultura se ha venido a llamar Maadi-Buto. En estos asentamientos, las cabañas eran de planta ovalada con fuertes postes que sostenían muros de cañas y barro. También se han encontrado cuevas excavadas en el suelo, a las que se accedía por escalones, con indicios de haber sido habitadas, y con vigas en el techo. Se han hallado grandes graneros comunales similares a los de El Fayum. Los materiales hallados en Maadi, muestran una cantidad de utensilios de cobre que progresivamente van arrinconando a los útiles de piedra, por lo que la podemos ya englobar en el Calcolítico (o en el Eneolítico). El cobre, que también era usado como tinte y para uso cosmético, se extraía de la península de Sinaí. Probablemente era importado y manufacturado en Maadi. Ello indica que Maadi fue un importante punto de encuentro y de relaciones comerciales entre el Bajo Egipto y Oriente Próximo. También hay indicios de comercio con el Alto Egipto, como lo indica la presencia paletas de esquisto y de cerámica roja característica de las culturas del sur.

Parece demostrado que los habitantes del Bajo Egipto eran de una raza diferente a los del Alto Egipto, tenían una mayor talla y mayor capacidad craneal, estaban mas emparentado con la población mediterránea que colonizó oriente medio que con la población de origen africano. Sin embargo toda la tradición política y cultural que dio lugar a la cultura Egipcia, la encontramos en el sur no en el norte. Egipto en esa época estaba dividido en dos zonas diferenciadas. En el delta, una zona fértil y rica que permitió el asentamiento humano, con una incipiente cultura que pronto se irá desarrollando, gracias a que la zona estará en contacto con otras culturas, siendo la encrucijada entre Asia y África. Mientras tanto el sur, árido, a lo largo de dos cadenas montañosas, protegía a una población de cazadores que se había vuelto semisedentaria y que, en espíritu y costumbres, estaban emparentados con cazadores de épocas arcaicas.

Así estaba la situación cuando aparece la llamada Cultura Nagada, que se considera la más importante de las culturas prehistóricas en el sur, y es la que finalmente colonizará todo Egipto. Con ella se da inicio al llamado Periodo Predinástico. Se subdivide en tres fases. Por el estudio de sus necrópolis, se puede afirmar que ya la cultura Nagada II alcanzó el bajo Egipto poniendo fin a la cultura Maadi-Buto, sentando las bases de una unificación que primero fue cultural y luego política. Con Nagada II es frecuente la decoración con aves y animales, y los barcos de remos. Aparecen también paletas con formas de animales usadas para mezclar cosméticos, y otras en forma de escudo con aves representadas. Cuchillos ceremoniales de sílex y ornamentos corporales de todo tipo son cada vez mas abundantes y sofisticados lo que implica una especialización artesanal, base de un intenso comercio tanto hacia el norte y Palestina, como hacia el sur y Nubia, como lo evidencian los yacimientos encontrados. El cobre, la plata y el oro se emplean ya con frecuencia, por lo que ya no se puede hablar de neolítico sino de Calcolítico, y la influencia de los países de oriente próximo es tan evidente que se la creyó producto de una auténtica invasión extranjera, hecho que se ha descartado con posterioridad. Se evidencia una explotación agrícola cada vez mas rica en las zonas inundables del Nilo, aunque aún no existía una sistemática creación de diques y acequias de regadío, se sentaron las bases de su creación y los egipcios aprendieron durante este periodo a controlar al Nilo, base de su sustento.

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