Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

jueves, 20 de junio de 2013

LA POTNIA EQUINA (XIV)









2. El mundo anatoli e hitita

Aunque en la Ilíada los dánaos son calificados como “de rápidos potros”, se ha advertido que es en la parte troyana donde hay mayor desarrollo e incidencia de la cultura equina. La onomástica y los epítetos compuestos de -ippo-, fenómeno que se manifiesta desde la India hasta el extremo occidente indoeuropeo, es más frecuente entre los troyanos, lo que indica el alto prestigio social del caballo. Ippódamoj, ‘domador de caballos’, es el epíteto colectivo de los propios troyanoS y aunque se predique de algunos héroes griegos, es el gran epíteto fijo de Héctor, con el que acaba o queda en suspenso la Ilíada. Es en la Tróade donde se sitúa la yeguada de 3.000 ejemplares selectos de Erictonio, primer escenario de nuestro esquema A. Ello confirmaría la irradiación de la cultura del caballo en diferentes fases a lo largo del segundo milenio desde el mundo anatolio e hitita hacia Grecia.

La enorme riqueza generada por la cría y preparación de los caballos pudo tener en griego su nombre concreto: Equépolo, de nombre bien significativo (Il. XXIII 299), que con la donación a Agamenón de una sola yegua, Ete, se había eximido de la guerra de Troya, tenía un ƒfenoj – palabra para la que se ha propuesto una etimología hitita o anatolia– superior a la de veinte hombres. Y efectivamente los textos de hipología hitita, redactados en principio por un personaje de Mitanni, Kikkuli, muestran la gran infraestructura y esfuerzo así como personal especializado y muy considerado, como el propio Kikkuli, necesarios para mantener excelentes caballerizas. En ellas, día a día (y noche a noche), la vida de los caballos, su comida y bebida, salidas y entradas en los establos, baño, ejercicios al trote y al galope, etc. Están minuciosamente reglamentados durante un tiempo prolongado. Posiblemente los versos de Il. VI 506-511 y XV 263-268 en los que se compara o identifica a los hermanos troyanos Paris y Héctor con el caballo estabulado que, bien alimentado en su pesebre y acostumbrado a bañarse en el río, rompiendo su atadura galopa por la llanura, escapando hacia los campos donde pastan las yeguas, resume curiosamente en unas pocas líneas la larga rutina del tratado hitita.

A estos textos técnicos se ha añadido una parte ritual en la que se exhorta a invocar (expresamente en hurrita y en luvita) a divinidades femeninas como protectoras de los caballos y las caballerizas,
Pirinkar y Šaušga. En otros textos encontramos a Pirwa, diosa o dios caballo, a Kamrušepa y Aškašepa de su entorno o a Maliya asimilada a Istar, divinidades de muy variada procedencia que en un momento dado se asociaron al caballo. Para Pirwa se ha postulado una etimología a partir del nombre de la «piedra», lo que podría remitir a un Posidón con el epíteto de Petraîoj y también Ippioj, que, tras fecundar rocas, engendra un caballo primigenio de nombre Skúfioj, en Tesalia y en el Atica. En un ritual hitita aparece una divinidad del caballo asociada a otra protectora de los prados.

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