Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

jueves, 11 de julio de 2013

POTNIA EQUINQ (XVII)



2. Ámbito celta.

La singularidad de Epona nos lleva a protagonistas similares en el ámbito céltico, deidades femeninas cuyo papel en la cría del caballo apunta a su prestigio casi semisacral, dentro de la esfera del poder real, y con concomitancias con la Harpía, Medusa, Melanipe, etc.

La galesa Rhiannon o «Reina» (en un Mabinogion) que, como Epona, también invocada como Regina, se presenta a caballo. Tiene de su marido un hijo, que desaparece a la vez que un potro nacido de una yegua; es condenada a trabajar para los huéspedes de su marido, debiendo incluso llevarlos a cuestas, es decir se identifica con la yegua. En una de las gestas del Ulster se narra una historia con puntos de contacto con la anterior. En ella interviene una de las Machas, divinidades femeninas celtas, que aunque se presenten como tríada, se destaca una de ellas individual o particularmente preeminente, carácter que las sitúa en la misma esfera que la(s) Harpía(s), Gorgona(s), etc. Un hombre se jacta de que su mujer, de origen misterioso, es capaz de vencer en la carrera a los dos corceles campeones del rey Conchobar. Obligada por este rey a correr aún en avanzado estado de preñez, manifiesta por fin su nombre, Macha, y se reclama descendiente del Océano, profetizando desgracias; triunfa e inmediatamente da a luz dos gemelos muriendo a continuación, no sin maldecir a los habitantes del Ulster.

Epona, Rhiannon y Macha muestran una constante ambigüedad o duplicación equina, pesando sobre todo ello un evidente factor hierogámico cuya expresión más explícita está en las ceremonias reales del Ulster en las que el futuro rey debía unirse a una yegua blanca, posteriormente sacrificada y devorada en una consagración real casi sacramental. Si ya en el primero de los trabajos de Gricourt aquí reseñados se señalaba que estos ritos hierogámicos del Ulster no estaban lejos de las actividades del itálico Fuluius Stellus, padre de Epona, el cuarto lleva como subtítulo «L'épreuve de la mythologie grecque». A las comparaciones con los mitos arcadios y tebanos, referentes a las facetas equinas de Deméter y Posidón, Gricourt añade más datos significativos: la ira de Deméter Erinis que comporta la esterilidad de los campos es comparada a la de Macha contra los del Ulster; la unión de Posidón y Medusa trae consigo el nacimiento de Pegaso «porque nació en las fuentes del Océano», lo que coincide con los orígenes oceánicos de Macha. Pero hay varias otras coincidencias que consideramos interesante aducir: Rhiannon y Macha sufren su particular pasión, como Medusa que muere en el momento de generar a sus hijos, como Leimone encerrada con un caballo hasta morir o Alope encarcelada hasta la muerte y luego convertida en fuente después de dar a luz un niño reiteradamente criado por una yegua. Pero son Melanipe y su madre Hipó (ya hemos hablado de su relación con la india Saran¸yuº) las que tienen más puntos de contacto con
Rhiannon y Macha: dotes proféticas, desaparición, vida sufrida y ocultación de su identidad, entrega de los hijos a otra familia.

El hecho de que la epopeya celta remita a una sociedad guerrera de la época del hierro, con notables parecidos con la tradición heroica de los poemas homéricos, muy dependientes de la cultura del caballo, es lo que habría permitido que se mantuvieran relevantes arcaísmos comunes en el ámbito indoeuropeo.

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