jueves, 11 de julio de 2013
POTNIA EQUINQ (XVII)
2. Ámbito celta.
La singularidad de Epona nos
lleva a protagonistas similares en el ámbito céltico, deidades femeninas cuyo
papel en la cría del caballo apunta a su prestigio casi semisacral, dentro de
la esfera del poder real, y con concomitancias con la Harpía, Medusa, Melanipe,
etc.
La galesa Rhiannon o «Reina» (en
un Mabinogion) que, como Epona, también invocada como Regina, se
presenta a caballo. Tiene de su marido un hijo, que desaparece a la vez que un
potro nacido de una yegua; es condenada a trabajar para los huéspedes de su
marido, debiendo incluso llevarlos a cuestas, es decir se identifica con la
yegua. En una de las gestas del Ulster se narra una historia con puntos de
contacto con la anterior. En ella interviene una de las Machas, divinidades
femeninas celtas, que aunque se presenten como tríada, se destaca una de ellas individual
o particularmente preeminente, carácter que las sitúa en la misma esfera que
la(s) Harpía(s), Gorgona(s), etc. Un hombre se jacta de que su mujer, de origen
misterioso, es capaz de vencer en la carrera a los dos corceles campeones del
rey Conchobar. Obligada por este rey a correr aún en avanzado estado de preñez,
manifiesta por fin su nombre, Macha, y se reclama descendiente del Océano,
profetizando desgracias; triunfa e inmediatamente da a luz dos gemelos muriendo
a continuación, no sin maldecir a los habitantes del Ulster.
Epona, Rhiannon y Macha muestran
una constante ambigüedad o duplicación equina, pesando sobre todo ello un
evidente factor hierogámico cuya expresión más explícita está en las ceremonias
reales del Ulster en las que el futuro rey debía unirse a una yegua blanca,
posteriormente sacrificada y devorada en una consagración real casi
sacramental. Si ya en el primero de los trabajos de Gricourt aquí reseñados se
señalaba que estos ritos hierogámicos del Ulster no estaban lejos de las
actividades del itálico Fuluius Stellus, padre de Epona, el cuarto lleva como
subtítulo «L'épreuve de la mythologie grecque». A las comparaciones con los
mitos arcadios y tebanos, referentes a las facetas equinas de Deméter y
Posidón, Gricourt añade más datos significativos: la ira de Deméter Erinis que
comporta la esterilidad de los campos es comparada a la de Macha contra los del
Ulster; la unión de Posidón y Medusa trae consigo el nacimiento de Pegaso
«porque nació en las fuentes del Océano», lo que coincide con los orígenes
oceánicos de Macha. Pero hay varias otras coincidencias que consideramos
interesante aducir: Rhiannon y Macha sufren su particular pasión, como Medusa
que muere en el momento de generar a sus hijos, como Leimone encerrada con un
caballo hasta morir o Alope encarcelada hasta la muerte y luego convertida en
fuente después de dar a luz un niño reiteradamente criado por una yegua. Pero
son Melanipe y su madre Hipó (ya hemos hablado de su relación con la india Saran¸yuº) las que tienen más puntos de contacto con
Rhiannon y Macha: dotes
proféticas, desaparición, vida sufrida y ocultación de su identidad, entrega de
los hijos a otra familia.
El hecho de que la epopeya celta
remita a una sociedad guerrera de la época del hierro, con notables parecidos
con la tradición heroica de los poemas homéricos, muy dependientes de la
cultura del caballo, es lo que habría permitido que se mantuvieran relevantes
arcaísmos comunes en el ámbito indoeuropeo.
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