jueves, 23 de mayo de 2013
POTNIA EQUINA (xi)
j) El que se representasen
tragedias como Alope o las Melanipes apunta a que en el Atica
subyacían oscuros fondos en relación con deidades hipomorfas.
Aparte de que Atenea ostentó
también el epíteto de Hipia, según Aristóteles, un tal Hipómenes, descendiente
del rey Codro, sorprendió con un amante, a quien mató tras uncirlo a un carro,
a su hija, que acabó sus días encerrada hasta la muerte con un caballo. No
faltan aquí varios de los elementos del esquema B: padre de nombre
equino; el «prado», presente en el nombre de la mujer, Leimone; sufre
cautiverio como Alope y Melanipe. También alude al tema Esquines como parte de
la historia (y arqueología) ática, sin dar nombres: del lugar de encierro de la
joven quedaban los cimientos. Se recuerda que Calímaco se ocupó del tema.
Efectivamente nos han quedado unos pequeños fragmentos de los Aetia que
unidos a la Diegesis
reconstruirían una versión parecida
a la aristotélica: el lugar de encierro constituiría un lugar consagrado e
inviolable, llamado el “lugar del Caballo y la Doncella”. Subsisten en
todo el mito rastros de identificación con el caballo que en otras versiones
posteriores se acentúan: según Dión Crisóstomo el amante es un caballo y la
mujer es encerrada con él hasta la muerte.
k) El intento de hacer aceptables
estos mitos, concretamente los beocios y arcadios de Deméter / Erinis ya
mencionados, a una sociedad más evolucionada puede estar reflejado en la Tebaida de
Antímaco. Así se ha visto un intento de dulcificar la crudeza del mito, se hace
al caballo Arión nacido de la
Tierra, intentando, tal vez, la traslación del mito equino
arcaico a una esfera próxima a lo cosmogónico43, como hace Melanipe en los pasajes antes mencionados de las obras
euripídeas.
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