Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

miércoles, 9 de enero de 2013

LA POTNIA EQUINA (III)



El esquema B

a) Este esquema expresa un mito más complejo, en el que los protagonistas, aparecen desde las documentaciones mas antiguas con sus nombres o epítetos, llegando a recibir en ocasiones alguna forma de culto.

Además de la cría selectiva, el propietario de caballos se enfrentaba a determinados problemas. Al caballo se le reconoce, por un lado, siempre un fondo de fiereza que exige desbravado, doma y adiestramiento; su extraordinaria velocidad debe ser domeñada y controlada en la tracción de la biga, que con carro y auriga forma una potente unidad de orden semisacral. Pero, por otro lado, este “noble bruto” es un ser delicado, cuya alimentación y salud es causa de constante preocupación. La buena marcha de todo ello podría cifrarse acudiendo a divinidades como los protagonistas de Il. XVI 150-151, mencionados en las primeras líneas de este trabajo.

El protagonista masculino es el viento Céfiro o viento de Poniente, en lugar del Bóreas norteño del esquema A. Céfiro tiene aspectos favorables y fértiles como cuando también procedente del Océano orea el Elíseo en Od. IV 567, pero también puede ser incontrolado y brutal, participando de la naturaleza del titán, del gigante y otros seres no fácilmente clasificables, muchos de ellos localizados en Occidente y nunca del todo sometidos por los dioses olímpicos.
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La prole de Céfiro y la harpía Podarga tras su unión en el pasaje mencionado de Il. XVI 150-151 y en XIX 400 consiste en los dos caballos de Aquiles, Cánqoj y Balíoj, e. d. Alazán y Rodado que, inmortales, seguirán pasando de héroe en héroe mortal. De los dos, Janto es el descrito de forma más definida y el más prodigioso: en la ocasión (Il. XIX 404 ss.) en que vaticina a Aquiles su propia muerte es descrito como pódaj a±óloj ¹ppoj (v. 404). Se excusa de no haber podido evitar la muerte de Patroclo, aunque tanto él como Balio galopan rápidos como su padre el viento Zéfiro (Šma pnoíh7 Zefúroio, v. 415).

Nombres frecuentes en la onomástica equina de tipo heroico, sobre todo Janto, Posidón donó dos caballos de nombre Janto y Cílaro a Hera, que luego pasaron a los Dióscuros.  Menelao tiene un caballo de nombre Podargo (Il. XXIII 295); también Héctor (Il. VIII 185), nombrándose en el mismo verso otro de nombre Janto.

La madre de los maravillosos caballos es la harpía Podárgh “Patasblancas / Patas de centella”, nombre que connota “color-brillo-movimiento rápido», difícil de expresar desde las lenguas modernas. Pódargoj es conocido como nombre propio de caballo y Podárgh fué descrita como un demon de rasgos equinos por el comentarista de Homero, Eustacio (Con una imagen alada arcaica y orientalizante paralela a la de Pegaso, también Medusa, madre de Pegaso). En ocasiones, se silenciará que la madre de Janto y Balio es una de las harpías: en Il. XIX 400 Aquiles se dirige a sus caballos como tékna Podárghj; Estesícoro (Fr. 1) manifiesta que Podarga parió otros inmortales caballos, Flogeón y Harpago, donados por Hermes inicialmente a los Dióscuros. El tema de los Dióscuros será aquí tocado solo tangencialmente, a pesar de su gran peso en la cultura del caballo Figuras paralelas leúkippoi y nacidos de un huevo son los Moliónidas, Ibyc. 4, o los beocios Anfión y Zeto.

Ello hace pensar que Podarga fué considerada un démon arcaico de cierta importancia, perteneciente a la esfera de divinidades femeninas que se manifiestan bien como una unidad individual, bien como varias, fenómeno que se verifica tanto para la(s) Harpía(a) como para la(s) Erinis, la(s) Gorgona(s), o la(s) Eilitía(s), etc., cuando no simplemente la(s) Potnia(s), seres con diversas funciones y facetas de las que vamos a resaltar su capacidad de controlar o desencadenar ciertos procesos vitales, lo que las hace ser particularmente temibles, debiendo los hombres cuidar de mantenerlas aplacadas para garantizar la protección de grupos o especies. Con esa esfera demónica tan amplia entró en contacto el caballo desde una época común a los pueblos indoeuropeos.

Pueden arrebatar y hacer desaparecer a las personas (Od. I 241, XIV 371); tienen estrecha relación, cuando no colaboración, con las Erinis y a veces un poder superior al de divinidades olímpicas, como en el caso de las hijas de Pandareo que, huérfanas, son criadas por Afrodita, Hera, Ártemis y Atenea, pero son arrebatadas por qúellai en Od. XX 66, identificadas con Šrpuiai en el v. 77, que las entregan al servicio de las Erinia.

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