Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

jueves, 10 de febrero de 2011

ORIENTE PROXIMO (IV) Las 12 tribus




En el último cuarto del II milenio a.n.e., los grandes imperios del momento, Egipto, Hatti y Asiria, sufrieron el ataque de numerosos invasores, llamados por los egipcios “pueblos del mar”, aunque su irrupción está poco documentada históricamente. Durante el reinado de Amenofis III había ascendido al poder un general semita llamado Yanhamu, que llegó a ser gobernador de los territorios egipcios en Canaan. No fue el único cananeo que gozó de una posición de prestigio en Egipto. Es probable que alguno de ellos (o varios) diera origen al mito bíblico sobre José, un cananeo que ascendió de la esclavitud a virrey de Egipto. Bajo el reinado de Akenatón, Yanhamu estuvo en Egipto, y es plausible que ocupara el alto cargo de "director de los graneros", lo que acabaría vinculándolo con una antigua leyenda egipcia, originariamente atribuida a Imhotep, según la cual José interpretó los sueños del faraón y previno siete años de hambre, y así ordenó a tiempo almacenar las provisiones necesarias para alimentar al pueblo en los años de escasez.

Se suponía que Mitanni era aliado de Egipto, pero Akenatón no respondió a sus peticiones de ayuda, ni tampoco a las de los virreyes y generales de Egipto en Siria, que le informaban de que las posiciones egipcias se veían seriamente amenazadas y solicitaban que enviara a Yanhamu con un ejército. En efecto, unas nuevas tribus nómadas semíticas habían surgido, al igual que sucediera con los amorreos tiempo atrás, y amenazaban las posesiones egipcias en Canaán. Eran los hebreos. Pese a la negligencia de Akenatón, los ejércitos egipcios pudieron impedir que los hebreos se instalaran permanentemente al oeste del Jordán. Sin embargo, los recién llegados formaron tres reinos al este: Amón, Moab y Edom. Los hebreos adoptaron la lengua cananea (estrechamente emparentada con la suya), así como el alfabeto, con algunas adaptaciones. Paulatinamente fueron asimilando diversos aspectos de la cultura cananea.

Los hebreos eran, en origen, mesopotámicos (tal vez arábigos), que emigraron hacia el norte acosados especialmente por la gran invasión amorrea de hacia el 2.000 a.n.e. en sucesivas oleadas llegaron a Canaan desde comienzos del II milenio a.n.e., también es posible que junto a ellos llegaran tribus amorreas incapaces de adaptarse al mundo sedentario de Mesopotamia, donde se habían instalado la mayoría de sus parientes. Los estudios recientes sobre la documentación completa en relación con los habiru nos han permitido unas seguridades limitadas: que se trataba de bandas incontroladas, sin unidad de mando, que se dedicaban a expediciones de rapiña, que a veces concedían sus servicios como mercenarios a los príncipes que les requirieran.

Todos los autores tienden a ver en ellos semitas desarraigados, si bien la referencia inmediata del término sugiere menos un particular grupo humano que un modo de comportarse: Retraídos de la sociedad, apátridas ajenos a los marcos sociales del entorno, aunque en principio podían ser multirraciales, lo normal es que mayoritariamente fueran semitas, si hebreo es lo mismo que habiru, ello no supone nombre propio de pueblo, sino que estas tribus recibieron ese apelativo porque como habiru se comportan, curiosamente los israelitas no se atribuyen así mismos el nombre de hebreos en la Biblia, sino que así se les llama desde fuera y así se denominan ellos sólo cuando hablan con extranjeros, muchos habiru, además, se incorporarían más o menos pronto a las tribus de Israel en su proceso de constitución.

Hacia el año 1.250 a.n.e., en la cuenca oriental del Mediterráneo se produjeron migraciones masivas de distintos pueblos que chocaron entre sí y se empujaron violentamente hasta atacar a los grandes estados establecidos en la región, la mayor parte procedían de la misma cuenca oriental del Mediterráneo y migraron masivamente por causas todavía desconocidas. Puede que drásticos cambios climáticos, como un enfriamiento en el centro de Europa y en los Balcanes, empujaran a sus habitantes hacia el Sur, su migración también pudo estar provocada por razones económicas, como un colapso comercial causado por el bloqueo comercial del rey hitita Tudhaliya III y de su intento de conquistar Chipre ayudado por Ugarit.

Canaán empezó a recibir el embate de nuevas tribus nómadas emparentadas con los hebreos que cien años antes habían ocupado el este de Canaán. Sin embargo, este parentesco no influyó en los hebreos, que rechazaron a los recién llegados. Las primeras en hacer su aparición debieron de ser las tribus de Rubén, Isacar y Zabulón, formaron la coalición de Lía (el nombre de una diosa de los pastores cananeos, vinculada con la Luna), a la que luego se sumaron como tributarios Gad y Aser. La primera de estas dos tribus deriva su nombre de un dios de la buena fortuna, cuyo culto se extendía desde Fenicia hasta Arabia. Aser proviene de Ashir, que era una diosa cananea también de culto muy difundido. La ciudad de Hesbón, situada en el límite septentrional de Moab, aprovechó que el ejército moabita estaba concentrado al este contra los recién llegados y se rebeló con éxito, deshaciéndose de las pocas tropas moabitas de la zona. Las tribus de Lía reaccionaron rápidamente y aprovecharon el caos creado por Hesbón. Atacaron la ciudad y la arrollaron, con lo que se abrieron paso hasta el Jordán. Ocuparon un territorio entre Amón y Moab que más adelante se quedaría en exclusiva la tribu de Rubén.

Durante los últimos años del reinado de Ramsés II la presión sobre los reinos hebreos de Edom, Amón y Moab seguía aumentando. Llegó una nueva tribu dirigida por un caudillo poderoso: Josué. Esta tribu debió de ser especialmente belicosa y parecía tener muy claro el objetivo de cruzar el Jordán e invadir Canaán. Tal vez por ello acogió gustosa en su seno a los hombres más fieros que encontró en la zona: por una parte a una tribu de honderos ambidiestros de gran puntería y por otra a un pueblo de pastores oriundo del norte de Palestina llamado Bene-jamina, cuyo caudillo tenía el título de Dawidum, (posible origen del nombre David). Éstos formaron la tribu de Benjamín, y formaron con los hombres de Josué una coalición identificada con el nombre de Raquel, una diosa de características similares a las de Lía (tal vez las diferencias de culto Lía / Raquel se usaron como signos distintivos de los dos grandes grupos tribales que acechaban Canaán). La coalición de Raquel se engrosó pronto con las tribus de Dan y Neftalí.

Josué debió de pactar una alianza con las tribus de Lía para facilitar su plan de invasión. La confederación se llamó Israel, que significa algo así como "Dios lucha con nosotros". Hacia 1226, Josué cruzó el Jordán con sus hombres y ocupó una rica franja de tierra a la que llamaron Efraím (región fértil), mientras que Benjamín ocupó la zona inmediatamente más al sur. Probablemente, la tribu original de Josué estaba formada por dos clanes poderosos, uno de los cuales ocupó Efraím y el otro fue extendiéndose hacia el norte hasta tener su territorio propio, al que dio el nombre de Manasés. Así, las tribus de Raquel pasaron a ser tres: Efraím, Manasés y Benjamín. De la federación de Raquel original surgió también una tribu diminuta: la tribu de Leví, que en realidad era una clase sacerdotal que no ocupó más que unas pocas ciudades dispersas. Posteriormente la tribu de Leví fue considerada como una tribu de Lía, en lugar de una tribu de Raquel.

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