Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

viernes, 24 de abril de 2015

NEUTRINOS




Los neutrinos son tan invisibles que los científicos, para verlos, tienen que montar sus especiales y enormes detectores en lugares insólitos, como la Antártida. Los científicos todavía no pueden señalar los fenómenos concretos que emitieron esos neutrinos pescados en la Antártida, dado que el flujo es pequeño todavía, pero las teorías indican que deben proceder de explosiones estelares de supernova, de agujeros negros, de galaxias activas o de otros fenómenos extremos.
Miles de millones de neutrinos pasan por cada centímetros cuadrado de la Tierra –y por el cuerpo de cada uno de nosotros- cada segundo. Como si nada. Estas partículas apenas interaccionan con la materia así que la atraviesan sin inmutarse y como son neutras, no se desvían por los campos magnéticos. Pero se generan en procesos físicos fundamentales y en cantidades ingentes. La inmensa mayoría de los neutrinos que nos atraviesan imperceptiblemente se generan en el Sol o en las interacciones de los rayos cósmicos en la atmósfera y en la radiactividad natural.
Como son tan fantasmagóricas, lograr detectar estas partículas sin apenas masa y viajando casi a la velocidad de la luz exigen auténticas proezas tecnológicas y mucha imaginación por parte de los científicos.
Los científicos anunciaron la detección, en 2012, de dos neutrinos superenergéticos, de más de 1000 teralectronvoltios (TeV), tan queridos por estos físicos que los bautizaron Epi y Blas en honor a los entrañables personajes de Barrio Sésamo.
 Los neutrinos son mensajeros excepcionales de los fenómenos de más alta energía del universo porque, a diferencia de la luz, escapan fácilmente de entornos extremadamente densos, como el centro de una supernova .

Científicos del experimento OPERA --que recoge datos de neutrinos muón que viajan desde el CERN (Ginebra) hasta el Laboratorio Subterráneo de Gran Sasso (Italia)-- han detectado un cuarto neutrino tau. Se trata de una partícula que inició su viaje en el CERN (Suiza) como un neutrino muón y, después de recorrer los 730 kilómetros a través de la Tierra hasta Gran Sasso (centro de Italia), se transformó en el nuevo neutrino tau.
 Esta transición se ha podido ver por primera vez con una significación estadística superior al nivel 4 sigma. Más allá de la jerga científica, esto es equivalente a decir que por primera vez hemos observado el fenómeno de oscilación extremadamente raro de neutrinos muón a neutrinos tau", ha apuntado.
   Los datos obtenidos de este estudio aún no han sido estudiados al completo. De este modo, si se encuentran otros neutrinos tau en los estudios aún no analizados, aún se podría lograr un nivel mayor de significación y completar la 'misión'.
Las oscilaciones de neutrinos han sido un fenómeno poco conocido durante varias décadas y, hace unos 15 años, se demostró que los neutrinos muón producidos en la interacción de los rayos cósmicos, llegan a la Tierra menos de lo esperado.
   El resultado del que se ha informado ahora explica el por qué: que los neutrinos 'desaparecidos' son de hecho neutrinos muón oscilando en neutrinos tau.

El CERN confirma un tipo de materia que escapa al modelo tradicional

 Resultados confirman la existencia de hadrones exóticos, un tipo de materia que no puede clasificarse dentro del modelo de quarks tradicional.
   Los hadrones son partículas subatómicas que pueden participar en la interacción fuerte, la fuerza que une los protones dentro de los núcleos de los átomos. Los físicos han teorizado desde la década de 1960 acerca de ellos y una amplia evidencia experimental ya ha confirmado que los hadrones están compuestos de quarks y antiquarks que determinan sus propiedades.
   Un subconjunto de los hadrones, llamados mesones, se forma a partir de pares quark-antiquark, mientras que el resto --bariones-- están formados por tres quarks. Pero, además, los físicos han encontrado varias partículas que no encajan en este modelo de estructura de los hadrones. Ahora una observación inequívoca de una partícula exótica, llamada Z (4430),  no encaja en el modelo de quarks.
   Ya se había hallado la primera evidencia para  Z (4430) en 2008 tras el descubrimiento de un pico en la distribución de masa de las partículas que resultan de las desintegraciones de mesones B. Más tarde se confirmó la existencia de Z (4430) con una significancia de 5,2 sigma en la escala que los físicos de partículas utilizan para describir la certeza de un resultado.
   "La fiabilidad de la señal de la existencia de Z (4430) es abrumadora --por lo menos 13,9 sigma-- que confirma la existencia de este estado.


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