Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

jueves, 14 de abril de 2011

Nuestros mitos. (I)





A principios del primer milenio a.n.e. (si no antes), los pueblos indoeuropeos llegaron hasta Italia. Llevaron consigo el hierro y las nuevas costumbres asociadas a la metalurgia, como la incineración de los muertos. No introdujeron ningún tipo de organización política, sino que con el tiempo irían cristalizando distintas culturas a lo largo de toda la península. Francia empieza a ser ocupada por los Celtas, que introducen nuevas técnicas agrícolas.

En México aparecen las primeras manifestaciones arquitectónicas olmecas: los poblados se concentran alrededor de los centros ceremoniales, se construyen casas sobre plataformas de piedra, templos, basamentos escalonados y montículos funerarios. Aparece una mitología más estructurada. Los principales dioses eran Huehueteotl, dios del fuego y Tlaloc, dios de la lluvia. Se han encontrado cabezas colosales de más de dos metros de altura, lápidas, sarcófagos y muchas obras de gran maestría técnica.

En Guatemala proliferan las comunidades agrícolas formadas por pueblos con una lengua común y que se extienden por la península de Yucatán. Es el preludio de la cultura Maya.

En Perú aparece la cultura Chavín, ya plenamente agrícola, que aunó a un amplio territorio cuyos habitantes adoraban a un dios felino. Su orfebrería en oro es la más antigua de América. En Chavín de Huantar se halla una plaza bordeada de plataformas presidida por una gran pirámide truncada, cuyo interior es un conjunto de galerías, cámaras y escaleras. Dispersas por todo el territorio, se encuentran estelas con representaciones de seres humanos con atributos felinos y aspecto feroz.

Creta hoy en día presenta uno de los paisajes más rocosos y áridos de Europa, en la antigüedad los agricultores tenían más elementos con los que trabajar, antes de que el suelo se perdiera por la erosión o la lluvia por la deforestación. El palacio de Cnosos fue diseñado para almacenar grandes tinajas de barro más altas que un hombre, algunas de las cuales aún están en su sitio, llenas de vino, aceite y cereales. Los restos exhumados demuestran que poca gente vivía más de cuarenta años, ésta era una esperanza de vida media inferior a la de mil años atrás, mucho antes de que hubiera aparecido la civilización, además, la mayoría de la población estaba cerca del nivel de desnutrición, el medio era caprichosamente destructivo. Las llamadas Diosas de las serpientes de Cnosos son posibles representaciones de aquella divinidad principal aparte de ser muestras relevantes de la escasa plástica minoica, el carácter ctónico o terrestre de los ofidios y su conocida significación funeraria.

En el periodo de la última destrucción de Cnosos, que generalmente se sitúa en torno al 1.400 a.n.e., el destino de Creta parece haber estado estrechamente relacionado con el de la denominada civilización micénica del Sur de Grecia, lo que no se había perdido con el despilfarro ecológico quedó aturdido por los terremotos que sufrió y por el impacto de la guerra, quizá resulte sorprendente que economías frágiles, mantenidas con burocráticos métodos redistributivos, se las arreglaran para alimentar a las ciudades y sustentar la cultura de las elites durante tanto tiempo.

No faltan escenas de los juegos de toro, quizás el rito más popular en la Creta minoica, pudo haberse convertido ya entonces en un juego, aún sin perder su sustancia religiosa. Tal y como se pinta en el célebre cuadrito del Cnosos, consistía el rito, y el juego, en saltar sobre el lomo del toro, tras afrontar su embestida y apoyarse en los cuernos para caer por detrás de la bestia, el salto, en el que participaban jóvenes de ambos sexos, tiene su origen, seguramente, en ritos mágicos de contacto surgidos a partir de la idea de que era el toro el animal genésico por antonomasia, el más claro depósito de la fuerza viril generadora, tocarlo y burlarlo podía ser la forma figurada de apropiarse de sus cualificados poderes genésicos y asegura la vida y la continuidad individual o del grupo. La idea de la absorción mágica de la fuerza vital del toro parece acertada, lo que explicaría, entre otras cosas, la proyección funeraria de estos juegos, que podían aplicarse también a garantizar la vida de los difuntos en el más allá.

En la Grecia continental se desarrollaron ricas facies del Bronce Antiguo, ó Heráclito Antiguo (tercer milenio en términos generales) como continuación del activo Neolítico anterior. Las últimas fases del Heráclito Antiguo y el Heráclito Medio definen una etapa de recesión, un periodo oscuro y difícil, pero fundamental para conocer los pasos que precedieron y condujeron a la formación de la cultura micénica, estos fenómenos se asocian con la penetración de pueblos del norte, indoeuropeos, pudieron penetrar en dos oleadas durante las fases finales del Heráclito Antiguo, aproximadamente entre el 2.200 y 2.000 a.n.e.

El pueblo indoeuropeo de los Aqueos descendió de los Balcanes hacia Grecia, donde se impuso a la población existente y se impregnó de la cultura minoica de Creta, hacía el año 1.600 a.n.e., como las abruptas y áridas tierras griegas imponían una agricultura poco rentable buscaron la fortuna por los caminos del mar, lanzándose a la piratería, el saqueo y la conquista, alcanzaron su máximo esplendor entre los años 1.400 y 1.200 a.n.e., cuando dominaron la mayor parte de las islas del Egeo.

Hacia 1100 los dorios ocuparon el Peloponeso, con lo que completaron la conquista de Grecia y terminó definitivamente la edad Micénica. Grecia cayó en la paz de los cementerios. Durante los desórdenes de los años precedentes, los campesinos tendieron a atrincherarse en ciudades amuralladas, que ahora se convirtieron en unidades autosuficientes bajo el dominio dorio, conocidas como Polis. La palabra Polis significa "ciudad" en griego, pero la polis no era una ciudad en el sentido usual. Era una ciudad-estado sin ninguna relación con las polis vecinas, con una economía de subsistencia y, en esta época, en los umbrales de la miseria. Mientras los griegos micénicos se habían mezclado con los pelásgicos, los dorios adoptaron una actitud clasista, o incluso racista, frente a los micénicos, reducidos a la esclavitud. Esparta se convirtió en una de las principales polis dorias, mientras que Micenas, Tirinto y otras ciudades importantes del periodo anterior fueron incendiadas y reducidas a tristes aldeas. Hubo, no obstante, unas pocas regiones que se libraron del dominio dorio. Una de ellas fue el Ática, con Atenas a la cabeza, y otra era Arcadia, situada en los montes más altos del Peloponeso. En estas zonas surgió una identidad jonia que reivindicaba su legítima ocupación de Grecia, frente a los dorios invasores. Así, mientras los dorios tenían a los jonios como iguales a sus esclavos, los jonios tenían a los dorios como salvajes. Una parte de la población jonia emigró a las islas del Egeo. La primera en recibirlos fue Eubea, la isla mayor del Egeo y más próxima al continente. Allí se fundó la ciudad de Calcis, cuyo nombre deriva de la palabra griega para "bronce". Probablemente fue un centro de trabajo del bronce. Al este de Calcis estaba la ciudad de Eretria, que también alcanzó cierta importancia.

Fundada hacia el año 900 a.n.e., en el sur de la península de Peloponeso, Esparta fue fruto de la invasión de los Dorios, a los pocos años los Dorios comenzaron a dominar a los Aqueos asentados en las regiones vecinas de Laconia y Messina. Su sociedad era tosca y guerrera, toda su política se basó en la fuerza destinada a controlar a los pueblos sometidos, la necesidad de centrarse en el control de sus extensos territorios implicó una nueva diferencia: Esparta no necesitará nuevas tierras, en toda su historia, Esparta sólo fundó una colonia, Tarento, en el sur de Italia.

La ciudad fenicia de Tiro seguía afirmándose como potencia marítima. Comerciaba con Egipto y con Grecia, y empezaba a explorar el Mediterráneo occidental. Mientras, los griegos jonios, tras haber ocupado paulatinamente las islas del Egeo, empezaron a poblar la costa oriental. Fueron ellos quienes la bautizaron como "Anatolia", que en griego significa "sol naciente". Así mismo adaptaron las palabras semitas "assu" y "ereb" (este y oeste), convirtiéndolas en Asia y Europa. Más precisamente, parece ser que fueron los cretenses quienes adaptaron así las palabras semitas, y los jonios las tomaron de los cretenses. La costa oriental del Egeo, juntamente con las islas, recibió el nombre de Jonia. Se fundaron doce ciudades en la costa, la más importante de las cuales era Mileto. Así los griegos entraron en contacto con los frigios, que por aquel entonces dominaban casi toda la mitad occidental de Anatolia, pero no se opusieron a la colonización griega. Al contrario, se sintieron atraídos por su cultura y mantuvieron siempre relaciones amistosas. Su capital más importante era Gordion. Los griegos decían que había sido fundada por Gordias, que había sido un campesino al que Zeus designó para ser rey de Frigia mediante un oráculo.

La Grecia continental empezaba a conseguir cierta estabilidad tras los estragos de la invasión doria. Hesíodo describe la Grecia de tres siglos más tarde y habla de cabañas de adobe con una única estancia para hombres y animales. Se pasa frío en invierno y calor en verano. Se come grano, cebollas, queso, leche y miel, pero no muy a menudo. Hay paludismo, y para huir de él hay que ir a colinas pedregosas, donde en su lugar hay hambre. No se podía comprar o vender con oro o cualquier otra cosa que sirviera de moneda. Para comprar un carro varias familias tenían que juntar sus reservas de grano. Periódicamente, los amos dorios venían de la ciudad a requisar parte de la cosecha, o incluso parte de los hombres, como soldados. Los nobles dorios llevaban una vida sobria, pero más llevadera. Algunos hombres encontraron una nueva forma de ganarse la vida: entreteniendo a sus amos con historias antiguas y no tan antiguas. Naturalmente, no eran historias sobre campesinos y sus cabañas de adobe. Trataban sobre héroes, reyes y dioses. Así, en Grecia fue surgiendo una de las mitologías más ricas de la historia, modelada en gran parte a conveniencia de los nuevos amos.

Por ejemplo, el triunfo de los dorios frente a los griegos micénicos tuvo su lógica contrapartida celestial: el dios principal de la religión micénica era Cronos, pero fue abatido por el dios principal de los dorios: Zeus, exactamente igual como Cronos había desplazado en su día a la diosa Gea. Naturalmente, el relevo de poder no podía deberse a una usurpación ilegítima. La leyenda explicaba que cuando Cronos derrocó a su padre Urano, éste le vaticinó que lo mismo le sucedería a él. Para evitar la profecía, Cronos devoraba a sus hijos tan pronto nacían, pero su esposa Rea reemplazó uno de ellos por una piedra, que el padre se tragó sin apreciar la diferencia. El hijo que se salvó fue Zeus, quien, tras una serie de vicisitudes, destronó a su cruel padre y le obligo a regurgitar a sus hermanos (que seguían vivos, porque eran inmortales). Entre ellos estaban Hera (la que sería su última esposa), Poseidón y Hades. Los tres hermanos se repartieron el universo: Zeus quedó como rey de los cielos, Poseidón como dios de los mares y Hades como dios del mundo subterráneo de los muertos. De ellos surgiría la nueva generación de dioses griegos que gradualmente eclipsaría a las dos anteriores (la pelásgica y la micénica).

Igual que los sumerios situaron sus héroes míticos antes del diluvio, ahora los griegos situaban a los suyos en la era micénica, la edad de oro que había precedido a la presente edad de hierro, como ellos la describían. En la historia mítica de los griegos, Europa se convirtió en la primera pobladora de Creta, madre del rey Minos. Había una leyenda que debió de gustar especialmente a los dorios (si no es que fue íntegramente diseñada para ellos). Hacía referencia a Hércules, hijo del propio Zeus y de la reina Alcmene, esposa del rey tebano Anfitrión. Se contaban muchas historias sobre él, que lo convertían en el héroe griego por excelencia, pero la que ahora nos ocupa hace referencia a sus (numerosísimos) hijos, que resultaron ser una horda de poderosos bandidos, los heráclidas. Uno de ellos retó uno por uno a los soldados que el rey de Micenas había enviado para expulsarlos de Grecia. Las condiciones eran que si él les vencía a todos, los heráclidas gobernarían Micenas, mientras que si perdía se iría del país con todos sus hermanos, que se comprometían a no volver al menos hasta cincuenta años más tarde (esto es, en las personas de sus hijos y nietos). El caso es que perdió, por lo que los heráclidas se fueron, pero a la tercera generación, cumplido el pacto, volvieron y se adueñaron de Grecia. Evidentemente, los nietos de los heráclidas eran los dorios que, por consiguiente, al invadir Grecia no hicieron sino volver a la tierra de sus antepasados. Es la versión griega de la tierra prometida de los israelitas.

1 comentario:

  1. LA PAIDEIA GRIEGA DE CRISTO: La paideia griega tenía como propósito educar a la juventud en la virtud (desarrollo de la espiritualidad) y la sabiduría (cuidado de la verdad), mediante la práctica continua de ejercicios espirituales, a fin de prevenir y curar las enfermedades del alma (cultivo de sí). El educador, utilizando el discurso filosófico y la discusión de casos y ejemplos prácticos, más que informar trataba de inducir transformaciones buenas y convenientes para si mismo y la sociedad, motivando a los jóvenes a practicar las virtudes opuestas a los defectos encontrados en el fondo del alma a fin de adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos) __La vida, ejemplo y enseñanzas de Cristo coincide cien por ciento con el currículo de la filosofía griega. Y por su autentico valor pedagógico, el apóstol Felipe (Evangelio Apócrifo) introdujo en los ejercicios espirituales la paideia de Cristo, posteriormente enriquecida por San Basilio, San Gregorio, San Agustín y San Clemente de Alejandría, con el currículo y la metodología de los filósofos greco romanos (Aristóteles, Cicerón, Diógenes, Platón, Séneca, Sócrates, Marco Aurelio,,,), a fin de alcanzar la trascendencia humana (patente en Cristo) y la sociedad perfecta (Reino de Dios). Meta que no se ha logrado debido a que el Antiguo Testamento y su teología fantástica, al apartar la fe de la razón, castra mentalmente a sus seguidores extraviándolos hacia la ecumene abrahámiaca que conduce al precipicio de la perdición eterna (muerte espiritual)__ Es tiempo de rectificar y retomar la paideia griega de Cristo sin judaísmo, separando de nuestra fe el Antiguo Testamento y su teología fantástica que han impedido a los pueblos cristianos alcanzar la supra humanidad. Pierre Hadot: Ejercicios Espirituales y Filosofía Antigua. Editorial Siruela. http://www.scribd.com/doc/33094675/BREVE-JUICIO-SUMARIO-AL-JUDEO-CRISTIANISMO-EN-DEFENSA-DEL-ESTADO-LA-IGLESIA-Y-LA-SOCIEDAD

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