

Esta fue la época en que se forjaron los mitos del mundo griego antiguo, que darían paso, después, al inicio de una visión naturalista del cosmos y del hombre, más alejada de la magia y las supersticiones mítico-religiosas, la salud era el bien más preciado de la sociedad griega, para los antiguos griegos la enfermedad es desequilibrio de la norma y la cura pasa por un retorno a la naturaleza, el ser humano no es un animal enfermo sino naturalmente sano, el concepto de enfermedad no puede ser entendido en “soledad” sino en sociedad con la naturaleza.
En esta fase de curación teúrgica, la medicina griega recoge conocimientos y experiencias de los dos grandes bloques culturales de aquel entones: el Egipcio y el Mesopotámico, existían varias divinidades sanadoras, la principal de ellas es Apolo, considerado dios de las plagas y de la enfermedad, el que aparta y desvía el mal, quien domina también la profecía y el oráculo, su hermana, Artemisa, aunque virgen cazadora, era tenida por protectora de los partos y del crecimiento de los niños, Palas Atenea, patrona de las artes y de Atenas, fue considerada también como sanadora.
Se mencionan, por primera vez, en los escritos de Homero, algunas palabras que indican la función fisiológica del cuerpo humano, como la propia función o naturaleza de las cosas (physis), el aliento vital (psykhé), el sentimiento de las cosas (thymos), el sueño (hypnos), los sueños (oneiroi), la inteligencia (phrénes). Entre las divinidades de las mitologías homéricas se distinguen dos: Podaleirios y Machaón, médicos e hijos de Asclepios, el dios de la medicina.
El origen de la leyenda de Asclepios bien pudo haber partido de un personaje real que debió haber vivido hacia el año
Zeus, para evitar que el orden del mundo se alterarse, con los poderes de Asclepios, decidió fulminarlo con un rayo, Apolo vengó a su hijo matando a los Cíclopes, hijos de Zeus encargados de fabricarle los rayos, Asclepios, sin embargo, no fue precipitado al Tártaro después de su muerte sino que se le concedió la inmortalidad y el rango de dios, convirtiéndose en una constelación, el Serpentario (ofiuco), Asclepios fue objeto de culto fervoroso durante toda
El centro de la medicina teúrgica o espiritual griega estuvo constituido por los templos de Asclepios, asklepeia, estos templos estaban edificados en lugares sanos, de belleza natural, con agua abundante, y en ocasiones fuentes minerales, y alrededor de ellos existían locales para residencia de los enfermos, baños y ejercicios gimnásticos, los sacerdotes que regían el templo recibían a los enfermos con un relato de las curaciones principales allí conseguidas, el enfermo participaba en las ceremonias de culto, realizaba la ofrenda y el sacrificio a Asclepios y pasaba por un ritual de abstinencia o dieta, baños, masajes y unciones, vida tranquila y relajada, que le preparaba para pasar al descanso de una o dos noches en el interior del templo, al llegar la noche dormía en el templo, cerca de la estatua de Asclepios y pasaba por la “incubatio”, sueño en el que se le aparecía el asclepiades que le recomendaba el remedio para el mal, o tenía sueños donde recibía el consejo o la curación de la deidad.
Simultáneamente con la práctica de la medicina teúrgica o experimental, e inclusive con la medicina técnica del periodo clásico hipocrático, existió en Grecia una medicina astral, nutrida en una larga tradición egipcia y pérsica de observaciones astronómicas a las que dieron forma algunos médicos griegos antes del siglo IV a.n.e.
El inicio de una actitud científica fue resultado del interés de los griegos por el cuerpo humano, en el año
Es importante para los antiguos griegos la catarsis o ceremonia lustral (repetida cada lustro, cinco años), que se encuentra ya presente en la época Homérica y consiste en intentar eliminar del cuerpo del enfermo las manchas que testimonian la impureza y producen la enfermedad, se empleaban fumigaciones, agua o fuego.
Pitágoras de Samos, “el de la pierna de oro”, que vivió en la segunda mitad del siglo VI a.n.e., enunció el principio de que todas las cosas podían reducirse a números, la influencia matemática de Pitágoras y sus discípulos fue decisiva para establecer la idea de la armonía del cuerpo, de los humores y de la conservación de la salud, fue pitagórica la idea griega del justo medio, de la medida equilibrada de las cosas (metron), la perfecta relación del ejercicio y del reposo, el sueño, y la vigilia, alimento y abstinencia, cólera y burla y así en las demás cosas de la vida, aparece bien claro su influjo en el juramento hipocrático (hay quien dice que es de origen pitagórico), y en especial en las doctrinas hipocráticas y galénicas.
La terapia pitagórica estaba basada en la higiene, con relación a ejercicios corporales, y en el empleo de la música como cura, y la dieta que tiene como objeto mantener la armonía de cuerpo y alma, la salud se encuentra en la medida. Pitágoras afirmaba que la alimentación vegetariana “fortalece el cuerpo”, “despeja la mente” y “protege contra las enfermedades”, hace hincapié en el aspecto ético-filosófico que comporta la alimentación vegetariana y crudívora, recomendaba no sólo un vegetarianismo sino un crudivorísmo como base principal de la alimentación, la frase “dieta sin fuego” procede de él.
Según Alcmeón de Crotona (
Empédocles de Agrigento (475-
Para Diógenes de Apolonia (
Mientras tanto, una nueva tribu aria descendió sobre Mesopotamia. Eran los Medos. Venían del norte y se asentaron en el noroeste del moderno Irán, al suroeste del mar Caspio. Dicha zona pasó a llamarse Media. Los medos trajeron una innovación: los caballos domesticados hasta entonces eran pequeños, capaces de tirar de un carro, solos o en parejas, pero no de soportar bien el peso de un jinete. Los medos domesticaron una raza de caballos grandes, similares a los actuales, y aprendieron a montarlos, convirtiéndose en los más hábiles jinetes de la antigüedad.
La decadencia Asiria permitió una cierta recuperación de Fenicia y Siria. Los fenicios reafirmaron su dominio exclusivo sobre el Mediterráneo. En
En el siglo VIII a.n.e., unos grupos olmecas procedentes de la zona de Veracruz se instalaron en nuevos poblados, el más importante de los cuales fue Monte Albán. Éstos fueron el origen de la cultura Zapoteca. Realizaron construcciones en piedra, desarrollaron la numeración, la escritura jeroglífica y el calendario. En Monte Albán los zapotecas construyeron una enorme plaza limitada al norte y al sur por plataformas elevadas, mientras que en los otros dos lados había templos y otras construcciones. En el centro se alza una hilera de templetes. La plataforma norte se abre al exterior mediante una amplia escalinata y un pórtico de doce columnas de dos metros de diámetro. En la plataforma sur se alza una gran pirámide. En el lado oeste se alza el Templo de los Danzantes, que es la parte más antigua de la ciudad.
Los celtas poblaban ya el norte de España, con lo que la cultura indoeuropea estaba extendida a lo largo de toda Europa, allí se mezclaron con la población indígena.