Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

jueves, 27 de junio de 2013

LA POTNIA AQUINA (XV)



3. Ámbito indoiranio

En la Hippologia hethitica hay un gran influjo del reino de Mitanni, donde predominaba una casta indoeuropea, a través de la cual se abrió Anatolia a la influencia indoirania. Es en este ámbito donde el caballo tiene inmensa importancia, con un carácter particularmente sacro, en íntima relación con el viento y el agua, y puede ser destinado a sacrificios cruentos en momentos considerados decisivos para la comunidad y el poder real, como puede verse en la compleja ceremonia y sacrificio indio del Avamedha, en el que, en un momento dado, se simulaba una situación hierogámica entre la reina y el caballo sacrificado, exaltándose también los valores de la condición regia y guerrera simbolizados en el caballo y el carro, a la vez que la fecundidad.

Se han entrevisto rastros de este ritual en la unión hipomórfica de Deméter equina y Posidón Hipio, pero por nuestra parte creemos que en el oscuro mito ático de Leimone transmitido por Aristóteles se encuentran retazos significativos que podrían remitir a un sacrificio que recuerda al AÑvamedha: mujer de familia real, en este caso hija de un tal Hipómenes; el amante, tras ser uncido a un carro, con lo que se le equipara al caballo, es sacrificado; la mujer, encerrada y obligada a la cohabitación con un caballo hasta la muerte.
Pero es imposible tratar aquí la infinidad de lazos existentes entre la esfera equina griega e india en la antigüedad. Remitiremos solamente a algunos que pueden arrojar una luz particular sobre aspectos concretos aquí estudiados. Uno de ellos es la existencia en la religión védica y postvédica de démones femeninos concebidos como individual / múltiple como es el caso de Us¸aμs, la Aurora comparables a la(s) Harpía(s), la(s) Gorgonas o la(s) Erinia griegas. Aunque la etimología de Erinis sigue estando plagada de problemas, resulta asombroso, que en 1852, A. Kuhn trazara un extraordinario panorama de las afinidades entre toda esa esfera de démones femeninos, varios de los cuales evidencian elementos equinos, basándose inicialmente en la relación que veía entre Erinis y Saran¸yuº, añadiendo además consideraciones sobre la relación entre Gorgonas y Erinis, las Pótniai y Despoinas. Ello adquiere singular relieve sobre todo tras la aparición de e-ri-nu y po-tini- ja en las tablillas micénicas.

En el mito védico de Sarayson frecuentes las duplicaciones equinas y las generaciones sucesivas de gemelos: Saraytiene de su marido Vivasvat dos gemelos, Yama y Yami. Crea luego un doble de ella misma, Savarn¸aº, a cuyo cuidado deja los hijos, y huye en forma de yegua. Cuando Vivasvat se indota cuenta de la huída de Saran¸yuº / Yegua, adopta él mismo la forma equina y engendra en Saran¸yuº los gemelos equinos por antonomasia, los AÑvín~, semejantes a los Dióscuros, y de cuyas cualidades benéficas resaltamos el ser patronos de los remedios tradicionales indios basados en plantas y aguas medicinales.

Por nuestra parte, pensamos que resultan particularmente significativos los paralelos del mito de Saran¸yuº con las Melanipes euripídeas. Hipó y Melanipe parecen un desdoblamiento de la también doble Saran¸yuº. Son hija y nieta del centauro Quirón, de quien heredan los ƒkh pónwn que transmiten a los hombres, poderes curativos benéficos semejantes a los de los AÑvín~. La desaparición de Melanipe, prefigurada por la de su madre Hipó, tal como se entrevé en los fragmentos conservados, tiene un equivalente en la huída de Saran¸yuº / Yegua. La entrega de los niños de Saran¸yuº como consecuencia de esta huída al cuidado de su propio doble humano puede subyacer en la Melanipe Desmotis euripídea: según uno de los resúmenes conservados del mito, la reina Teano adopta a los hijos de Melanipe, mientras la heroína es encarcelada y está abocada a padecimientos, incluso la muerte como otras protagonistas de la esfera de la potnia equina (Medusa, Alope, Leimone).

jueves, 20 de junio de 2013

LA POTNIA EQUINA (XIV)









2. El mundo anatoli e hitita

Aunque en la Ilíada los dánaos son calificados como “de rápidos potros”, se ha advertido que es en la parte troyana donde hay mayor desarrollo e incidencia de la cultura equina. La onomástica y los epítetos compuestos de -ippo-, fenómeno que se manifiesta desde la India hasta el extremo occidente indoeuropeo, es más frecuente entre los troyanos, lo que indica el alto prestigio social del caballo. Ippódamoj, ‘domador de caballos’, es el epíteto colectivo de los propios troyanoS y aunque se predique de algunos héroes griegos, es el gran epíteto fijo de Héctor, con el que acaba o queda en suspenso la Ilíada. Es en la Tróade donde se sitúa la yeguada de 3.000 ejemplares selectos de Erictonio, primer escenario de nuestro esquema A. Ello confirmaría la irradiación de la cultura del caballo en diferentes fases a lo largo del segundo milenio desde el mundo anatolio e hitita hacia Grecia.

La enorme riqueza generada por la cría y preparación de los caballos pudo tener en griego su nombre concreto: Equépolo, de nombre bien significativo (Il. XXIII 299), que con la donación a Agamenón de una sola yegua, Ete, se había eximido de la guerra de Troya, tenía un ƒfenoj – palabra para la que se ha propuesto una etimología hitita o anatolia– superior a la de veinte hombres. Y efectivamente los textos de hipología hitita, redactados en principio por un personaje de Mitanni, Kikkuli, muestran la gran infraestructura y esfuerzo así como personal especializado y muy considerado, como el propio Kikkuli, necesarios para mantener excelentes caballerizas. En ellas, día a día (y noche a noche), la vida de los caballos, su comida y bebida, salidas y entradas en los establos, baño, ejercicios al trote y al galope, etc. Están minuciosamente reglamentados durante un tiempo prolongado. Posiblemente los versos de Il. VI 506-511 y XV 263-268 en los que se compara o identifica a los hermanos troyanos Paris y Héctor con el caballo estabulado que, bien alimentado en su pesebre y acostumbrado a bañarse en el río, rompiendo su atadura galopa por la llanura, escapando hacia los campos donde pastan las yeguas, resume curiosamente en unas pocas líneas la larga rutina del tratado hitita.

A estos textos técnicos se ha añadido una parte ritual en la que se exhorta a invocar (expresamente en hurrita y en luvita) a divinidades femeninas como protectoras de los caballos y las caballerizas,
Pirinkar y Šaušga. En otros textos encontramos a Pirwa, diosa o dios caballo, a Kamrušepa y Aškašepa de su entorno o a Maliya asimilada a Istar, divinidades de muy variada procedencia que en un momento dado se asociaron al caballo. Para Pirwa se ha postulado una etimología a partir del nombre de la «piedra», lo que podría remitir a un Posidón con el epíteto de Petraîoj y también Ippioj, que, tras fecundar rocas, engendra un caballo primigenio de nombre Skúfioj, en Tesalia y en el Atica. En un ritual hitita aparece una divinidad del caballo asociada a otra protectora de los prados.

jueves, 13 de junio de 2013

portnia equina (XIII)



Podríamos seguir rastreando huellas de nuestros esquemas A y B en la literatura griega. Pero preferimos por ahora detenernos en significativos y antiguos precedentes del tema, que – aunque reflejan la complejidad de una cultura equina dependiente estrechamente del palacio o de la condición real y guerrera – señalan líneas comunes, que pueden ayudar a entender la permanencia de los mitos que venimos estudiando.
1. Micénico
Aunque el número de caballos consignado en las tablillas micénicas es escaso, evidencia un interés diversificado que apunta a una etapa evolucionada de la introducción del caballo y su prestigio en el mundo helénico en casi todos sus aspectos. En el testimonio extraordinario de los ideogramas del caballo, realizados a base de cabezas equinas definidas y realistas, con rasgos diferenciados si se trata de yeguas, de un caballo adulto o de un potro, se ha reconocido una decisiva innovación del linear B frente al A. La famosa tablilla Kn Ca 895 en la que se consignan «5 yeguas, 4 caballos, [ ] potros», con la equivalencia i-qo y po-ro en el texto silábico, evidencia un germen de explotación equina, en el que las hembras tiene una posición relevante, remoto precedente de la noticia sobre las yeguadas cretenses que, en una realización del esquema A, nos transmitía Aristóteles. Hay que decir también que en zonas próximas a aquellas donde se han descrito testimonios del esquema
B, como Arcadia (Pilos) o Beocia (Tebas), en contextos arqueológicos en relación con el caballo y el carro, las tablillas documentan alguna forma de cría caballar por la mención de unos i-po-po-qo-i o ppoforboí No sería la única palabra compuesta con el nombre del caballo, sino que hay otras que reflejarían en las tablillas una importante diversificación de funciones como i-pe-se-wa , pposóaj; i-pe-ra-ta pphlátaj, importante epíteto de caballeros expertos y distinguidos en la Ilíada. El caballo podría representar un prestigioso motivo ornamental o, marcar diferencias económicas, como se ha propuesto para las secuencias i-qo-qe  y e-ne-ka i-qo-jo, respectivamente. A su vez, el léxico relativo a i-qi-ja ppía, el carro, está extraordinariamente especializado.
Resulta particularmente sorprendente el número de nombres de los protagonistas del esquema B que, de una manera o de otra, se han hallado en las tablillas. Zéfuroj existe como Ze-pu-ro, aunque antropónimo; a pesar de no estar documentado el nombre de la harpía Podárgh, sí encontramos el masculino po-da-ko, equivalente a Pódargoj, nombre de caballo homérico, así como a-wo-ro Aoloj, nombre de varios personajes relacionados con la tradición de la potnia equina. Aunque actualmente se da por seguro que estos dos últimos nombres se aplican a bovinos, en fases tempranas de la investigación micénica hubo quienes interpretaron el ideograma que les acompaña como representación de un caballo. Existe la posibilidad de que en las tablillas estén también los nombres de algunos hijos de la potnia equina. Así los de Podarga y Zéfiro: ka-sa-to Cánqoj, considerado un antropónimo; Balíoj fué entrevisto en; el nombre del hijo de Alope y Posidón, Hipotoon, amamantado por una yegua podría estar bajo [I?]-qo-te-wo; Ke-re-te-u que puede ser una versión del nombre de Krhqeúj, que como hijo de Eolo pudo tener algún papel en el mito de Melanipe, aparece en una ocasión en las tablillas junto a la secuencia e-ne-ka i-qo-jo.
Pero no sólo se trata de nombres aislados o dispersos como antropónimos o zoónimos. Hay sintagmas, proximidades internas y externas de las tablillas que aunque puedan aisladamente ser de resbaladiza interpretación, pueden inscribirse en contextos relacionados con la potnia equina. Los aspectos demónicos de vientos como Bóreas y Zéfiro, especialmente su principio fecundador relevante en los ejemplos homéricos de los Esquemas A y B, que se mantiene en la religión griega posterior, pudieron haber tenido una atención cultual en Cnosos, donde se adscribe una cantidad de aceite a una a-ne-mo ije- re-ja (y a-ne-mo-i-je-re-ja), una sacerdotisa de los vientos. En la misma tablilla se dedica otra ofrenda a e-ri-nu, tal vez Erinúj, nombre no solo de un ser equiparado al elemento ventoso (qúella) desde Homero, sino de la protagonista femenina a la que se une Posidón equino en Beocia según Thebais y el adoptado en la Arcadia Telpusa por Deméter, transformada en yegua para huir de Posidón Hipio.
Y efectivamente estos aspectos de un Posidón, más dios de la vegetación y la fecundidad que marino, no lejos de los vientos Bóreas y Zéfiro en Homero, pueden estar particularmente documentados en las tablillas micénicas, especialmente en las de Pilos, lo que llevó a Palmer a ver en i-qo de un dios Hipo. En eventual relación con ello, entre muy frecuentes menciones de po-ti-ni-ja  hay que destacar la po-ti-ni-ja i-qe-ja , que aunque con detracciones sería posible traducir como la Pótnia, la “Señora del Caballo”, protectora de todo lo relativo a este animal, su cría, doma y mantenimiento. Si, ne-wo-pe-o po-ti-nija, pudiera ser la “potnia del establo nuevo” estaríamos ante un paralelo de divinidades tutelares femeninas de animales domésticos, tema sobre el que volveremos a ocuparnos en los apartados siguientes.

jueves, 6 de junio de 2013

La portnia equina (XII)



l) Efectivamente, Platón tiene razones, pero debemos mirar más lejos en la tradición que estudiamos. En el Critias, cuando los dioses se reparten el mundo, corresponde a Posidón la isla Atlántida. En ella vive Evenor, personaje “nacido de la tierra” que se une a Leucipe “La yegua blanca”. Esta pareja primigenia de la Atlántida tiene a su vez una hija, Clitó, “La famosa” con la cual se une Posidón, naciendo de ellos cinco pares de gemelos44. Creemos que, como en las Melanipes euripídeas, estamos ante dos generaciones del esquema B, aunque Platón ha hecho desaparecer los rasgos más crudos y arcaicos de la faceta equina, que se reduce al nombre de la esposa de Evenor y al de uno de los gemelos, Elasipo, que vendría a ser una especie de precursor de la domesticación del caballo.

El escenario es occidental, junto al mar y en un maravilloso campo) semejante al prado junto al Océano donde la harpía Podarga iliádica fué fecundada por Céfiro. Platón presenta una versión del arcaico esquema B con vestigios de un mito de tipo ctónico, cuyo precursor inmediato sería Antímaco quien hizo al caballo Arión hijo de la Tierra, como lo era Evénor el hombre primigenio de la Atlántida, pero es necesario también volver al gran mito cosmogónico expuesto por la Melanipe euripídea, negativo cromático de la Leucipe de la Atlántida, destinadas ambas a ser seducidas por Posidón. Todo ello nos lleva a una época en la que el mito de la potnia equina va abandonando en Grecia sus facetas más primarias para ser sublimado en interpretaciones de tipo racionalista.