Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

martes, 18 de diciembre de 2012

LA POTNIA EQUINA (II)



El esquema A.

En este esquema se verifica la unión de un démon (en Homero, particularmente asociado al viento) con una figura femenina hipomorfa en la que se procrean potros rapidísimos, pero innominados, quedándose todo ello en una esfera prácticamente zoológica o de la que interesa resaltar únicamente
la excelencia de los animales.

Así, según Il. XX 224, el viento del norte, Bóreas, cubre yeguas innominadas, adoptando para ello la forma de un caballo kuanoxaíthj, que traduciremos como “de crin azul / negra”: el epíteto connota un carácter equino de los démones implicados e inversamente, antropomórfico de los caballos protagonistas.

De esta unión nacen potros de insuperable casta, motivo de gloria del regio poseedor de la yeguada de 3.000 ejemplares, el dardánida Erictonio, según Homero el hombre más rico de su tiempo. La ligereza de estos potros era tal, que además de casi volar sobre los campos, también parecían galopar sobre “la rompiente de la canosa costa” (Il. XX 229). Con ello, se hace ya presente el elemento acuático, marino, frecuente en otras realizaciones tanto del esquema A como del B.

El esquema A reaparece en Aristóteles HA 572a13ss., quien relata que en Creta se da el fenómeno de que las yeguas en celo pueden ser fecundadas por el viento (šcanemoûsqai). Sin embargo, posiblemente Aristóteles sustituiría a Bóreas el homérico «viento del Norte», por meros puntos cardinales pròj ƒrkton § nóton “hacia el norte o el sur”, hacia donde vagan enloquecidas las yeguas hasta que se agotan o «llegan al mar». Es posible que el inciso de 572a14 sobre la forma particular de cría caballar cretense según la cual no se formaban yeguadas aparte sino que los sementales y las yeguas estaban juntos, indique incredulidad sobre un hecho aparentemente fabuloso.

Después, será en los autores latinos donde encontremos nuevas manifestaciones del Esquema A. Virgilio en sus Geórgicas III 269 ss., retoma el prototipo, siendo una vez más el viento Zéfiro el que fecunda yeguas innominadas, que como en la noticia aristotélica, vagan enloquecidas, esta vez por una geografía minorasiática, en varias direcciones, siendo la primera mencionada in Borean. A partir de este autor, el esquema A tenderá a ser localizado, especialmente por autores latinos, en el Extremo Occidente. En Iberia, en la Lusitania, en Galaecia

jueves, 13 de diciembre de 2012

LA POTNIA EQUINA (I)



Introducción

En el largo proceso de la domesticación de los animales, los caballos suplantaron a otros équidos como instrumento insuperable durante siglos de control rápido y permanente del territorio.

Homero presenta como cosa del pasado una situación en la que los procedimientos de apropiación de caballos rozan el abigeato y las actividades del cuatrero, narrados en tonos épicos por Néstor el ¶ppóta (GerÉnioj) (Il. XI 671 ss.), el gran experto en la lucha con carros (Il. IV 322). Frente a ello, Homero presenta prósperas explotaciones dedicadas a la reproducción y cría controlada de caballos para la selección de castas extraordinariamente veloces destinadas a la guerra o a su banco de pruebas, la competición. Gracias a la constitución de yeguadas y al desarrollo de una importante infraestructura humana y de medios, el caballo es el valioso resultado de esmerados cuidados, mantenido estabulado ante el peligro de ser robado o de escapar de forma incontrolada precisamente hacia los campos donde pacen las yeguas.

Como dice Delebecque, aún antes de la guerra de Troya el caballo tenía un gran «valeur marchand», lo que le convertía en una enorme fuente de riqueza para su poseedor, al que convenía poner de relieve la progenie divinao demónica de sus animales.

En la Ilíada, además de los extraordinarios caballos de origen divino, se practican cruces para la mejora de razas ganaderas. En Il. XI 697 ss., el padre de Néstor, Neleo, se cobra 300 cabezas diversas de ganado por cuatro caballos de los que había sido desposeído por los eleos.

En la épica arcaica kuanoxaíthj (voc. y a veces nom. -aˆ) se aplica a Posidón, el divinal caballo Arión y en una ocasión (HCer.347) a Hades, también llamado en la Ilíada klutópwloj ‘de famosos potros’.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

La dieta 'dura' que transformó a los caballos



Un equipo de investigadores ha verificado que los caballos se desarrollaron mediante la selección natural, que fue un proceso lento, pero con momentos relativamente cortos de adaptación al medio.
Los científicos, entre los que están dos profesores de anatomía de la Universidad de Nueva York y unos investigadores del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), llegaron a esta conclusión después de examinar los dientes de 6.500 caballos fósiles que representaban 222 diversas poblaciones de más de 70 especies extintas del caballo.
Los fósiles, que se corresponden a los más de 55 millones de años de historia de esta especie, certifican que hubo un tiempo 'crítico' de retraso entre la evolución de los dientes y las modificaciones en su dieta que provocaban los cambios en el clima, que podía ser de hasta un millón de años, pero finalmente triunfaban los mejor adaptados a las nuevas circunstancias.
Los investigadores contaron para su trabajo con la gran cantidad de restos de caballos prehistóricos con los que cuenta el Museo de Historia Natural Americano. Como ha señalado Florent Rivals, del IPHES, gracias a ello han podido descubrir las respuestas de la especie frente a su entorno, algo que los biólogos no pueden hacer. "Elegimos los caballos porque no hay 'agujeros' en su historia", asegura.
Gracias a la metodología desarrollada por otro coautor, Nikos Solounias, correlacionaron la abrasión de los dientes con su alimentación, a la que se correspondía el desgaste. Descubrieron, así, que hace 55 millones de años, los caballos primitivos americanos, que vivían en una selva tropical, comían frutas y hojas blandas, por lo que sus molares eran cortos.
Hace unos 40 millones de años, la selva se convirtió en bosque templado, y un millón de años después las piezas dentales de los caballos ya eran más altas y complejas, lo que sugiere que hubo un proceso de selección natural muy intenso.
El tercer cambio tuvo lugar hace unos 18 millones de años, cuando el bosque se transformó en praderas de gramíneas, mucho más duras de masticar, y de nuevo los molares sufrieron una selección y aumentaron en altura, para soportar mejor el desgaste.
Es decir, que la selección se produjo en momentos muy concretos de cambio ambiental, provocando saltos evolutivos , fruto de mutaciones, que favorecieron a los caballos mejor adaptados al alimento disponible.
Eso sí, entre el cambio en el entorno y la dieta y las modificaciones transcurrió un millón de años o más. "Ese tiempo de retraso es crítico, reconocen los autores.
Los caballos extintos, recuerdan, siempre se han utilizado como modelo para explicar la selección natural. "Muchas veces nos han dicho que somos lo que comemos. Ahora sabemos que es verdad", ha señalado su colega Thomas Scandalis, también de Nueva York.