Disección de un caballo, grabado del Cours d´Hippiatrique, ou traité complet de la médicine des chevaux, Philippe-Étienne Lafosse, París 1.772

miércoles, 22 de diciembre de 2010

LOS OTROS RIOS (II) Med. y Vet India





El concepto básico del culto hindú, ya hemos dicho, es el de la metempsicosis, transmigración de las almas de unos cuerpos a otros, que justifican su creencia en la migración del alma de un ser humano al cuerpo de un animal, lo que explica el enorme respeto que el hindú siente por los animales y que muchos de ellos sean considerados animales sagrados. De hecho, en la India los procedimientos de la medicina humana y de la medicina veterinaria tradicionales se hallan en pie de igualdad tal que sólo difieren, en la práctica, por la pertenencia a la casta sacerdotal de algunos médicos de humanos.

En los Veda se hallan numerosas referencias a ambas medicinas, en el Atharveveda se contienen las fórmulas mágicas de los exorcismos y conjuros, conteniendo 731 plegarias o encantamientos para el tratamiento de las enfermedades de los seres humanos y de los animales. El códice que podemos considerar realmente médico es el Aiurveda (conocimiento de la longevidad o de la vida), para sus recopiladores, la enfermedad emanaba (siguiendo la tradición mesopotámica) de la obra demoníaca de Písacos y Raksasas, cada enfermedad era traída por uno de estos diablos, que podía ser neutralizado, transformando en inofensivo, si se llegaba a conocer su nombre.

Los tratamientos se aplicaban por igual a seres humanos y animales, asociando los conjuros, ensalmos y extractos de plantas, la planta “Kustha” se utilizaba para curar la fiebre, la “Apanarga” para las enfermedades gastrointestinales, la “Arundhati” curaba al toro y era utilizada para devolver la leche a la vaca. La castración se utilizaba en los bóvidos y en los carneros, en el Veda se describen tres métodos para la castración:

El aplastamiento de los testículos entre dos piedras.

El aplastamiento del cordón espermático entre dos estaquillas de madera.

La creación de un hipospadias artificial mediante un cuchillo de piedra.

Según el Veda, son numerosas las plantas que se utilizaban como elementos curativos, para incrementar la producción de leche de los bóvidos y como coagulante de la leche. Hacia el siglo VIII a.n.e., del códice de Manu se desprende que los médicos eran ordenados por castas y que existían escuelas de medicina. Los animales estaban protegidos por ley de una forma tan amplia como las personas, la vaca es la madre del Dios Brama, Indra es el toro posesivo y fiero en las plegarias de Brahama, se citan algunas bestias antes que al ser humano, una de estas preces dirigida a Brama dice: “tú eres el que cura al buey, al caballo, de ti la curación para el hombre, de ti la salud para la cabra y la oveja”.

Cinco son los animales que pueden ser ofrecidos para el sacrificio, en orden decreciente de valor: el buey, el caballo, el hombre, el carnero, y la cabra. Con la llegada de Buda, la protección de los animales se acentúa y el “raja” (veterinario) pasa a ser un personaje muy importante, en los escritos de Sushruta, el más ilustre médico de la India, se niega el beneficio del tratamiento médico a los cazadores y a todo aquel que mate o capture animales con trampas, siguiendo la ley de Asoka, el soberano filósofo (270-222 a.n.e.) manda que todo ser humano seguidor de Buda nunca mate animales, en la segunda parte de su códice, Asoka anuncia haber creado dos clases de hospitales, uno para seres humanos y otro para animales, estos hospitales veterinarios (pasoukicisa) fueron establecidos en todo el reino y todavía existen.

El Mahavanma ó crónica Zingalesa, recuerda que el rey Duttha Gamani (161 a.n.e.), ordenó que hubiera un médico veterinario por cada 10 pueblos e hizo construir hospitales en los cruces de las principales vías de paso, en los que se pudiera curar tanto a los seres humanos como a los animales enfermos, en muchos casos, por ejemplo en Sri Lanka, la begum Buddhadasa (siglo IV a.n.e.) tenía médicos capacitados para curar tanto a los soldados de su ejercito como a los caballos y los elefantes (Hastyayurveda, es el tratado especial para los elefantes). El médico Charaka escribió un tratado de medicina veterinaria sobre las enfermedades del caballo, y otras dos obras sobre el tratamiento de las enfermedades de otros animales, Charaka vivió en el siglo IV a.n.e., fue médico del rey Kamiska y en su tratado recogió las nociones de la medicina veterinaria de todo el periodo védico, mucho más tarde, las ideas de Charaka pasaron a la medicina veterinaria árabe (albeytería) cuya influencia fue decisiva para el desarrollo de la veterinaria hispana (El “llibre dels caballs” de Díez , en la Sicilia medieval, esta directamente influenciado, cuando no es copia literal, del tratado de Charaka).

Los hindúes otorgaban una gran importancia a los aspectos externos de los animales, por ejemplo el pelo, la edad del animal se reconocía en la dentadura y en diversos tratados se describen las triquiñuelas que empleaban algunos tratantes de animales para embaucar a los compradores mediante la modificación de la dentadura de las bestias. El médico y el veterinario hindú practicaban la sangría, utilizaban vesicantes, la cauterización, la aplicación de sinapismos y diversos medicamentos, junto a esta medicina racional convivían los encantamientos y el empirismo.

En el Aiurveda los desequilibrios en la relación del individuo con el medio son las causas más importantes de enfermedad, el tratamiento médico tenía un sentido de ser una ayuda de los seres humanos al restablecimiento del orden del cosmos, un orden religioso, moral y físico, que la enfermedad había alterado. Concebía el mundo físico y psíquico como una unidad y una constitución común del macro y microcosmos a base de cinco elementos: el éter o vacío, el viento, el fuego, el agua y la tierra. Hay tres elementos biológicos o esenciales para la vida:

El viento, presentado como soplo o corriente del cuerpo, prama, idéntico al que recorre el universo.

El fuego, presentado bajo la forma de bilis

El agua, bajo la forma de pituita que recorre todo el cuerpo.

En la terapéutica se hallan desarrolladas la dietética, la farmacología y la cirugía, esta última en alto grado, incluso la cirugía plástica, de la que es continuación directa la cirugía plástica europea aparecida en la Italia medieval, la cirugía plástica se desarrolló por vía de los castigos de la religión que profesaban, ciertas faltas, como el adulterio, eran penadas con la extirpación de la oreja o de la nariz, para suplirlas se ideó la técnica de colgajos cutáneos sea del cuello o del cuero cabelludo. Como técnica anestésica se usaba la droga “sammohini” y la hipnosis, método que llevó a Europa desde la India el cirujano inglés Esdaile en la primera mitad del siglo XIX.

La cirugía aiurvédica fue la más notable y sus principales técnicas fueron: escisión, incisión, escarificación, puntura, vendaje, extracción, drenaje y suturas, los cirujanos tenían un rico instrumental quirúrgico que demuestra la habilidad y adelanto de las intervenciones de diversos tipos, cirugía plástica, oftalmología, amputaciones, y otras, y desinfectaban los instrumentos quirúrgicos, requieren más de 100 instrumentos quirúrgicos diferentes, y el uso de la sutura de hormigas, para suturar intestino con cabezas de grandes hormigas haciendo morder los bordes de las herida, también usaban cauterizaciones y cirugía de los cálculos renales por vía perineal.

Sushruta es el médico que nos dejó un tratado, el “Sushruta Samhita”, en el que desarrolla y perfecciona la rinoplastia, el labio leporino, las hernias, los cálculos vesicales y la cirugía de los ojos, principalmente cataratas, escribió: “Solamente la unión de la medicina y cirugía conducen al médico completo, el médico que carece del conocimiento de una de esas ramas es como un pájaro que sólo tiene un ala”; pertenecía al grupo de Ashirin, médicos formados por Prajapati “ señor de todas las criaturas” que fue creado por Brama “ el ser que existe por sí mismo”.

La aceptación de los Mandamientos de Charaka, eran un requisito preliminar al estudio y normas de conducta para el futuro médico en el ejercicio de su profesión, el Charaka Anhita un texto (que en algunos párrafos se remonta al tercer milenio a.n.e., si bien no sería el más antiguo de los textos de medicina pues el Nei-Jing chino se remonta al 2.600 a.n.e.) relata que el cuerpo humano tiene 360 huesos, que 80 son las enfermedades debidas al aire, 40 a la bilis, 20 a la flema, relata 8 diferentes enfermedades del estómago, 7 formas de lepra, 8 de retención urinaria, 6 de diarreas, 14 tipos de tumefacciones intestinales, también afecciones por gusanos, asma, enfermedades de la nariz, también que la orina en algunos casos es dulce, describiendo los síntomas de la diabetes: Sed, orina dulce y mucosa húmeda y prescribe dieta y régimen alimenticio sumamente detallado para su curación, relata el pulso y la auscultación, describe 500 fármacos entre ellos la Rauwolfia serpentina, de propiedades sedantes para el tratamiento de la cefalea y la mordedura de serpientes.

De acuerdo con las traducciones de Charaka, salud y enfermedad no están predeterminadas, y la vida puede prolongarse por el esfuerzo humano y el cuidado en el estilo de vida. Se atribuye a Charaka la siguiente cita: «Un médico que falla en entrar en el cuerpo de un paciente con la lámpara del conocimiento y el entendimiento, nunca podrá tratar enfermedades. Deberá primero estudiar todos los factores, incluyendo el entorno, que influencian la enfermedad, y luego prescribir tratamiento. Es mas importante prevenir una enfermedad que buscar su cura». Charaka fue el primer estudioso en presentar los conceptos de digestión, metabolismo e inmunidad. De acuerdo con su traducción de los Vedas, el cuerpo funciona porque contiene tres dosha o principios, llamados movimiento (vata), transformación (pitta) y lubricación y estabilidad (kapha). Los doshas son a menudo llamados «humores», producidos cuando la sangre, la carne y los huesos interactúan con el alimento consumido. Para la misma cantidad de alimento ingerido, un cuerpo produce dosha en cantidad distinta a otro cuerpo, por eso un cuerpo es diferente a otro. Además la enfermedad se produce cuando el balance entre los tres dosha se desequilibra. Para restaurar el balance Charaka prescribía drogas medicinales

Realizó las exploraciones anatómicas topográficas en cadáveres humanos sobre todas las estructuras. Fue el primero en descubrir el aparato circulatorio, alrededor del siglo III a. n.e., nominado desde entonces Mahatma Amar. Charaka estableció un método sobre prevención de la salud, funcional hasta la actualidad, por lo que es también considerado a nivel mundial como el padre de la Medicina Preventiva, la Cirugía Plástica y la Medicina Interna. A su vez Charaka fue pionero en manufacturar más de 113 instrumentos quirúrgicos, hasta la actualidad ciertos de sus diseños siguen siendo empleados en la práctica quirúrgica.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Los otros ríos. (I)





Aunque quepa atribuir a los valles fluviales de la Antigüedad la fecundación de otras sociedades con semillas civilizadoras, las civilizaciones egipcias, y mesopotámica fueron perdiendo importancia y lo que quedó de su legado se fue transmitiendo a través de civilizaciones posteriores: La griega y la romana, en el caso egipcio, y la persa en el mesopotámico. Las otras dos grandes civilizaciones antiguas que florecieron en suelos aluviales, en la India y en China, tuvieron, a primera vista, efectos encontrados.

Los casos indio y chino, si los observamos con más atención, tienen un profundo rasgo en común: ambos consiguieron, o eso se ha dicho, ir más allá de sus entornos de origen para resituarse en otras áreas. Sin embargo, sus trayectorias fueron opuestas: La cultura del río Amarillo, de la que continuaremos hablando en otro momento, se expandió o filtró fuera de su valle de origen sin siquiera tener que sacrificar su continuidad, a pesar de las repetidas conquistas que sufrió desde el exterior y las transformaciones internas. En cambio, el mundo del Indo se desvaneció a excepción de unos pocos rastros superficiales o subterráneos.

En la práctica, la vida urbana y la agricultura intensiva que se adoptaron en los suelos aluviales del Indo parecen haber sido más frágiles que las de Egipto, Mesopotamia y China, muchos lugares sólo fueron ocupados con este grado de sofisticación durante unos pocos siglos, algunos fueron abandonados a principios del segundo milenio a.n.e. Pero las conclusiones a las que llegaron los primeros arqueólogos, según los cuales tales acontecimientos traumáticos podían comprobarse en Mohenjo Daro observando los huesos de las víctimas de masacres y los rastros de incendios de las murallas de la ciudad, resultaron prematuras, pocas de las supuestas víctimas de masacres presentaban heridas, la vida continuó en otros enclaves después de estas catástrofes hasta la segunda mitad del segundo milenio a.n.e.

El clima se fue haciendo más seco y, puede que las convulsiones tectónicas desplazaran el lecho de los ríos, el Saraswati, el principal afluente oriental del Indo, donde los asentamientos se habían concentrado notablemente antaño, desapareció ante el avance del desierto de Thau. Sin embargo, ni siquiera esto es suficiente para explicar el abandono de las ciudades, ya que año tras año el Indo sigue arrojando su espléndido limo sobre una enorme extensión de campos relucientes. Es muy posible que una crisis de suministro, relacionada con un proceso de desecación o con la mala gestión de los habitantes, también afectara a algunos recursos, como a la ganadería y a los productos de la zona de influencia de la ciudad, que servían como complemento al trigo y la cebada de los huertos, además, o alternativamente, puede que los habitantes escaparan de alguna plaga más mortífera que la endémica malaria que se puede detectar en los huesos enterrados.

Otra de las fuentes interesante del conocimiento de una cultura es su cementerio, generalmente ubicado en la parte occidental de las zonas de ritual, en algunas ciudades llega a tener ocho capas sucesivas de tumbas, de las que se han extraído cráneos de todo tipo evidenciándose una mezcla de razas, en cualquier caso el número de tumbas es muy inferior al de la población hipotética, por lo que no se puede soslayar a la incineración, presente en todas las posteriores religiones de origen indio, lo que todavía sigue siendo un misterio es la causa de enterramiento o incineración, o la selección de las personas para uno u otro rito, posiblemente, la admirable convivencia religiosa india se remonte a esta ancestral civilización. Por otro lado, una de las hipótesis más interesantes, en la que confluye la mayoría de los autores, es que la noción de reencarnaciones (samsara) denominada también teoría de la transmigración del alma o metempsicosis, se origina en este momento.

Como ya se ha dicho, el desgaste ecológico jugó un papel fundamental en el declive de esta cultura, pues la tala de bosques a lo largo de las cuencas de los ríos (principalmente el Indo), para cubrir la gran demanda de madera y desbroce de campos de cultivo, produjo aluviones y riadas cada vez más frecuentes y destructoras, ante estos ataques se respondía con prontitud y vitalidad (reconstrucción, nuevos cultivos,...), acrecentándose así la posterior violencia de estos mismos ataques, hasta que la rica llanura aluvial se convirtió en una árida estepa y en una tierra insalubre.

La genética muestra que las castas en India no se formaron hace 1000 o 2000 años, y son la causa de que India triplique la diversidad genética europea. Los individuos de cualquier casta, sin embargo, son una mezcla de los dos grupos humanos ancestrales -el sur y el norte- que colonizaron la India en la noche de los tiempos. Casi todos los indios provienen de dos poblaciones ancestrales claramente distinguibles, pero casi todos son una mezcla genética de ambas. Los distintos grupos indios han heredado del 40% al 80% de su genoma de una población a la que llamamos Indios Ancestrales del Norte, que están relacionados con los euroasiáticos occidentales, y el resto de su genoma lo ha hecho de los Indios Ancestrales del Sur, sin parentesco con ninguna población fuera de India.

Las castas y tribus se formaron después por aislamiento, y sus efectos son bien evidentes en el genoma. La diversidad genética en India es tres o cuatro veces mayor que la europea, por ejemplo. La explicación es que cada población india proviene de un pequeño número de individuos (el efecto fundador) y que ha permanecido bastante aislada desde entonces. Pero estos efectos fundadores han ocurrido en los últimos milenios -entre 750 y 2.500 años atrás-, mucho después de las colonizaciones ancestrales. Cada casta o tribu india sigue siendo una mezcla de individuos que a su vez son una mezcla genética de las dos poblaciones ancestrales.

Pese a que la mezcla de ancestros norte y sur es general, las proporciones varían, la mayor proporción de norte (hasta el 80%) es común en los hablantes indoeuropeos y las castas altas tradicionales. El sur predomina en las castas bajas que hablan otras lenguas. La excepción son los indígenas de las islas Andaman, que sólo tienen relación con los Indios Ancestrales del Sur, sin mezcla con el Norte. Los andamaneses son los únicos supervivientes de los primeros colonizadores de Surasia.

Hacia el año 1000 a.n.e., los arios estaban plenamente instalados en la India. Por esta época se consolidó una rígida división social en cuatro clases. Estaban los brahmanes (sacerdotes), los chatria (guerreros), los vaisya (ganaderos y comerciantes) y los sudra (los antiguos aborígenes de la India, ahora reducidos a la esclavitud). En un largo proceso que arranca incluso antes de la invasión, los arios fueron desarrollando una religión antecedente del actual hinduismo. Los brahmanes eran los únicos que podían conocer los ritos y los textos sagrados, conocidos como veda, o revelación, redactados en sánscrito pero no por escrito, sino que se transmitían oralmente. El dios principal era Visnú, también llamado Siva, quien se ocupaba del mundo a través de sus numerosas esposas, entre ellas la benevolente Parvati, la guerrera Durga y la destructora Kali. El hinduismo se refiere a su doctrina como sanatana-dharma, que significa algo así como "ley cósmica universal sin origen", pues, al contrario que otras religiones, el hinduismo no tiene ningún fundador renombrado. Uno de sus aspectos más destacados es la idea de los ciclos y la reencarnación. Por ejemplo, cuando un hombre muere, se reencarna en una de las cuatro clases según la medida en que hubiera respetado el orden cósmico en sus vidas anteriores. Así, bien mirado, las desigualdades por el nacimiento eran una expresión de la justicia universal.

Las acciones de un individuo que determinan su próxima reencarnación son su karma, pero el hombre cuenta con distintas vías para salir del ciclo de reencarnaciones (samsara) y llegar finalmente a la liberación (moksa). Puesto que todo pensamiento influye en el karma, una de las vías era el control del pensamiento mediante la meditación (la vía de la meditación). La principal técnica de meditación era el yoga. Por otra parte, estaba la vía de las obras, consistente en observar cuidadosamente los rituales tradicionales con la esperanza de acumular así un karma favorable y meritorio.

De la literatura védica, inmediatamente posterior, se deduce que los agricultores aborígenes ofrecieron una valerosa resistencia ante los invasores arios, sin embargo, a pesar de ser numéricamente superiores, no pudieron resistir las sucesivas oleadas de estos pueblos, expertos jinetes, conductores de carros y estrategas bélicos, que merecieron el sobrenombre de “destructores de ciudades” (purandara). También se menciona que eran seminómadas, de piel clara y nariz prominente, llevaban el pelo largo, apenas sabían de agricultura, desconocían el cultivo del arroz y del algodón, se asombraban ante el tigre y el elefante, sin embargo, dieron mucha importancia al león y al caballo, desde un principio, los conquistadores despreciaron a los conquistados, a los que denominaron dara o dasyu (esclavo) y, más peyorativamente “Chatos”, “oscuros” y “adoradores del falo”.

Este pueblo que se autodenominaba ario, procedía del Asia Central, expandiéndose hacia el sur y el oeste, surge del mismo tronco que los iranios, los hurritas mesopotámicos e, incluso los eire (irlandeses), el rasgo fundamental que los relaciona es el idioma: Sánscrito (denominado también por los indios devanagari ó “lenguaje de los dioses”), por lo que los filólogos prefieren el término sanscritización para referirse a este proceso intercultural.

Desde el año 600 al 300 a.n.e. aproximadamente, India presencia la consolidación de su orden social, la canalización práctica de todo pensamiento religioso y los primeros contactos con las entonces grandes potencias occidentales, Persia y Grecia, cuya conciencia histórica ayudará en gran medida a establecer los primeros datos básicos y servirá de modelo para la configuración del futuro imperio Maurya. El siglo VI a.n.e. corresponde a la gran crisis espiritual de oriente, pues, casi al mismo tiempo, Buda y Mahavira fundan respectivamente el budismo y el jainismo en India (entre otros muchos pensadores y doctrinas que no han sobrevivido), Persia ve surgir a Zarathustra y al zoroastrismo, y en China triunfan el taoísmo de Lao-zi y el confucianismo de Kongfuzi.

jueves, 2 de diciembre de 2010

LA CIENCIA EN MESOPOTAMIA (II)







En las tablillas de arcilla halladas en Shamra (Hugarit), hacia el 1.500 a.n.e., se halla la descripción de algunos tratamientos para las enfermedades de los caballos, y representaciones de tratamientos a basa de medicamentos introducidos por los ollares, pero antes, hacia el 2.000 a.n.e., en el código de Hammurabi, comenzamos a hallar muestras de alguna regulación en el ejercicio de la medicina veterinaria, las normas 224 y 225, regulan el estipendio a recibir o a pagar por el veterinario (Mounai- asu), si cura o no con sus prácticas al animal enfermo:

224- Si un médico de buey o de asno ha realizado una grave incisión sobre un buey o un asno y le ha salvado la vida, el propietario del buey o del asno pagará al médico, como salario, 1/6 de siclo de plata.

225- Si ha practicado una grave incisión sobre el buey o sobre un asno y le ha hecho morir, pagará al propietario del buey o del asno 1/5 de su precio.

En este documento excepcional queda perfectamente fijado el ejercicio de la profesión veterinaria, el código describe también la hemostasia, las cataratas, los partos distócicos, la reducción de luxaciones, el tratamiento de esguinces, etc., el desarrollo de la profesión médico-veterinaria, hace 4.000 años es tan elaborado que en el código están plasmadas las aspiraciones más actuales de todas las profesiones liberales, el establecimiento oficial de tarifas y honorarios, no todas las profesiones pueden exhibir unos orígenes tan documentados y tan explícitos.

El código de Hammurabi contiene además información extraordinariamente relevante para profundizar en la verdadera naturaleza de la profesión veterinaria, por una parte, se aborda y se describe el alojamiento de los animales y se reglamenta el pastoreo, es decir, desde el “documento fundacional” la profesión veterinaria no es solamente medicina-veterinaria. Más importante, más sorprendente y más preñado de consecuencias para la profesión veterinaria y para las profesiones sanitarias, es el hecho de que en el Código se establece el concepto jurídico de redhibición, en veterinaria legal, éste es un concepto fundamental: los animales que, teniendo un defecto, enfermedad o lesión ocultos, sean objeto de venta, pueden ser devueltos al dueño anterior, si se manifiesta dentro de cierto plazo, (esto es válido también para las transacciones de esclavos).

Amplio predicamento alcanzó la medicina en Babilonia, practicándose al igual que en Asiria bajo dos enfoques: el mágico, cuyos remedios eran dispensados por el ashipu, y el pragmático, en manos del a.su. Textos de variada índole nos han trasmitido largas listas de productos y materias usadas como curativos, así como textos con recetarios, prescripciones y formulaciones (“Tratado médico”, de época cassita, con 40 tablillas), las prácticas quirúrgicas, si bien elementales, están atestiguadas en numerosas inscripciones y sobre todo en el Código de Hamurabi, sin embargo, hay que decir que la medicina estuvo constreñida generalmente por la teoría demoníaca de las enfermedades, creyéndose que se debían a la posesión de un demonio concreto, una serie de amuletos, fórmulas, conjuros y sortilegios se empleaban como medicina preventiva.

En la cultura asirio-babilónica la enfermedad es siempre castigo de los dioses, es una impureza moral, en definitiva un pecado, la enfermedad (shertu) es fruto de la transgresión, de la rebeldía ante la divinidad, los mecanismos de castigo que utiliza la divinidad son tres: actuación directa, abandono o encantamiento por un hechicero, en el caso de los animales el castigo se recibe a causa de los pecados de su dueño o pastor. En la cultura asirio-babilónica el tratamiento es fundamentalmente penitencial, se basa en exorcismos, plegarias, ofrendas y sacrificios.

Pero no solamente los tratamientos médicos eran ritos mágicos y religiosos, utilizaron hasta 250 variedades de plantas medicinales, sustancias minerales y sustancias animales, emplearon el masaje, el calor y múltiples tratamientos quirúrgicos, curación de heridas, evacuación de accesos, flebotomías, amputaciones, trepanaciones y operaciones de cataratas, actos médicos que son relatados en las tablillas. Herodoto (186 a.n.e.) refiere que: “Los babilonios traían a sus enfermos al mercado y los paseantes daban su opinión para el tratamiento“, lo más importante era que los enfermos, sus familiares o sacerdotes gravaban en tablillas los síntomas y los tratamientos y así se crearon los mejores archivos médicos.

En la medicina mesopotámica la dolencia es un castigo divino, originado, como ya se ha dicho, por una falta, por eso la intervención del médico o sacerdote se iniciaba con una confesión doliente, y la curación tenía un tinte de purificación y a través de una catarsis, y atribuida al contenido mágico del medicamento, algunos aspectos de esta medicina, al igual que la grecorromana o la egipcia, surgen de la mitología, desde Mesopotamia se ha utilizado la serpiente como símbolo médico, que tiene su origen en la leyenda sumeria del héroe Gilgamesh que se basaba en la figura de un rey sumerio del tercer milenio con múltiples aventuras, una de las cuales refiere que Gilgamesh se sumerge en el fondo del mar para recoger la planta de la eterna juventud, a su regreso, en un momento de descuido, una serpiente le roba y engulle la planta, rejuveneciendo, mudando su piel y por eso curaba enfermedades.

El arte médico babilonio se reunía en tres categorías de sacerdotes, pero sólo una trataba directamente al enfermo, Baru se ocupaba del diagnóstico, causas de la enfermedad y del pronóstico, Ashipur es el exorcista que arroja los demonios de la enfermedad, y A. su, el sanador el verdadero médico que suministraba los medicamentos, cuatro mil años hace que los médicos-sacerdotes utilizaban:

- El interrogatorio: examen de conciencia y catarsis.

- La adivinación, usando el fuego, el polvo, la astrología, los sueños y su interpretación y la hepatoscopia, porque consideraban al hígado como la fuente de la vida, existen representaciones de hígado de arcilla con divisiones y señales para poder identificar las lesiones.

- Los Augurios médicos, para predecir el futuro del enfermo y se derivaban de la inspección de la orina, de la expresión facial y de la inspección de la sangre de las sangrías, para determinar los indicios de la recuperación o muerte, y la expulsión o no de los demonios de la enfermedad.

- La higiene, los babilonios fueron precursores de la higiene personal y pública, utilizaron la profilaxis, al separar a los leprosos, expulsándoles de las ciudades y creando comarcas especiales para ellos, la lepra ya era, en esas épocas, una enfermedad endémica.

Pero los tratamientos eran realizados por el sacerdote-médico-sanador, el A.su (en sumerio), médico-sacerdote “que conoce las aguas”, que sabía leer y escribir y conocía la religión.